viernes, 6 junio 2025
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SOCIÓLOGA Y PORTAVOZ DE JOYCLUB EN ESPAÑA

Cecilia Bizzotto: “El sexo en la vejez no tiene por qué ser tierno, puede ser muy quinqui”

Entrevista a la socióloga y portavoz de Joyclub en España para hablar de la sexualidad cuando nos hacemos mayores
Cecilia Bizzotto.

Pregunta.- ¿Cómo cambia la manera de vivir el sexo y, en general, la sexualidad con los años?

Respuesta.- Al final, lo que marca la diferencia en cómo vivimos la sexualidad en la vejez no es tanto la edad, sino cómo hemos vivido nuestra erótica antes de envejecer. Si llegamos con una actitud abierta, sin tabúes, con educación sexual decente (o al menos con curiosidad y ganas de aprender), lo más probable es que el paso del tiempo no nos frene. De hecho, para muchas personas mayores, el sexo se vuelve incluso más disfrutable: hay más conocimiento del cuerpo, menos presión, más seguridad, menos vergüenzas y más tiempo… bueno, eso si no estamos criando nietas a jornada completa y si tenemos una jubilación sin demasiados sobresaltos.

Y ojo, que cuando aparecen cosillas como la disfunción eréctil o la lubricación que ya no es la de antes, no significa que se acabó la fiesta. A veces, esas limitaciones nos empujan justo a lo contrario: a repensar el sexo, a salirnos del guion de siempre y a explorar nuevas maneras de conectar, tocar, jugar y gozar. Si dejamos de centrarnos tanto en los genitales, la penetración y el “rapidito”, y empezamos a poner el foco en la creatividad, la ternura, el contacto y el placer en sentido amplio, puede abrirse un mundo nuevo. Hemos de aclarar que el sexo en la vejez tampoco tiene por qué ser ‘tierno’ (parece que esta es la única manera en la que podemos imaginarlo), sino que puede ser muy quinqui y muy guarro… pero puede salirse del guion sexual tradicional centrado en los genitales y el coito.

Eso sí, no vamos a romantizar todo. Hay factores que influyen: cambios hormonales, enfermedades, efectos secundarios de medicaciones, dolores varios… todo eso puede afectar.

Y luego está lo emocional: una autoestima tocada, sentir que el cuerpo ya no encaja en los cánones de belleza, la sensación de no ser deseables… especialmente en mujeres, que suelen recibir más mensajes de ‘invisibilidad’ cuando envejecen. A eso le sumamos la soledad, las dificultades para conocer gente nueva o, simplemente, la falta de espacios seguros donde explorar la sexualidad a cualquier edad.

Entonces sí, hay barreras. Pero muchas de ellas no tienen tanto que ver con lo biológico, sino con todo lo que nos rodea: los modelos sexuales que arrastramos, los prejuicios, las narrativas que nos han enseñado sobre quién tiene (o no tiene) derecho al placer. Si empezáramos a romper con eso, podríamos imaginar y construir una vejez más erótica, libre y placentera de lo que nos han hecho creer.

P.- ¿Está cambiando la tecnología la forma de relacionarnos también a edades avanzadas?

R.- Por supuesto. De hecho, las personas mayores que han superado la barrera tecnológica y tienen redes sociales (principalmente Facebook) o saben usar app de juegos en el móvil o la tablet, tienen el mismo nivel de adicción a las pantallas que las personas jóvenes. La tercera edad, obviamente, no es nativa digital y eso hace que todavía tengan menor dependencia de las aplicaciones digitales y que les afecte menos a la hora de relacionarse; pero no están exentas de ello.

Sí es cierto que, aún a falta de estudios específicos sobre el tema, considero que tienen menos espacios específicos para ligar y conocerse entre ellos, y que no se apropian de espacios digitales para todas las edades.

Por ejemplo, en JOYclub, las personas mayores de 65 representan solo el 1,5% de los miembros y se distribuyen en un 54% hombres, 41% parejas y 5% mujeres. Todavía nos queda trabajo por hacer para acercarnos a las personas mayores y, especialmente, a las mujeres.

P.- ¿Está el colectivo sénior abriéndose a relaciones no normativas?

R.- Es difícil saber dada la ausencia de datos en este sentido. Si hay pocos estudios científicos sobre vejez, imagínate sumar la variable ‘sexo no convencional’ o ‘relaciones abiertas’. Sí se ha observado que en la vejez continúa habiendo actividad sexual, que inclusive estamos observando un repunte de las ITS en personas mayores debido a que han perdido el miedo a los embarazos no deseados… Todo esto nos hace pensar que estamos ante una “revolución sexual de la vejez” que viene dada por las revoluciones feministas y la reducción de los estereotipos en el sexo.

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Horacio R. Maseda
Horacio R. Masedahttps://entremayores.es/
Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. Cubre la información empresarial de entremayores y la edición de Euskadi.

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