domingo, 22 diciembre 2024
InicioComunidad de Madrid"El entrenamiento puede mejorar  sin duda la actividad motora y los síntomas no motores para dar más calidad de vida a los pacientes"

LYDIA LÓPEZ MANZANARES / COORDINADORA DE LA UNIDAD DE TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO DEL SERVICIO DE NEUROLOGÍA DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE LA PRINCESA

“El entrenamiento puede mejorar  sin duda la actividad motora y los síntomas no motores para dar más calidad de vida a los pacientes”

Pregunta.- La Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital de La Princesa va a coordinar el estudio Pimpón Park. ¿Cuáles son los pasos que están dando para desarrollar esta investigación, pionera en España?

Respuesta.- Los primeros pasos se dieron gracias a un paciente de nuestra consulta, Javier Pérez de Albéniz, enfermo de Parkinson que, cuando fue diagnosticado de la enfermedad, empezó a practicar tenis de mesa para hacer algún deporte y estar activo, y acabó siendo campeón mundial de esta modalidad. En la consulta, hablando con él, nos contaba lo bien que le venía este deporte y hacer ejercicio, y así surgió la oportunidad de hacer un grupo de pimpón con más pacientes. Pero queríamos hacerlo desde un enfoque científico. Sabemos que el ejercicio físico es lo único que existe hoy en día para ralentizar las enfermedades degenerativas, puesto que modifica la progresión y evolución de las enfermedades neurodegenerativas. En este sentido, era necesario formar un grupo con un protocolo bien hecho, validado por el comité ético, y así poder evaluar y registrar cual es el perfil de esos pacientes al comienzo del estudio y qué pasa dentro de seis meses, tras el entrenamiento protocolizado en pimpón. La Gerencia y la Dirección del hospital nos apoyó mucho para este proyecto y también contamos con la colaboración de la Asociación Española de Jugadores Veteranos de Tenis de Mesa que nos donaron dos mesas. El estudio comenzó en octubre, y en seis meses esperamos tener los resultados. Los participantes son pacientes de nuestra consulta a quienes hicimos algunas pruebas cardiacas y físicas. Este grupo sigue un programa con nuestro entrenador que les motiva mucho y les ayuda. Son dos días a la semana, dos horas, en las que primero hacen ejercicios de estiramiento, concentración, equilibrio, etcétera. Hasta ahora los estudios que hay publicados sobre la práctica del pimpón hablan de la mejora de la movilidad, la fortaleza muscular, el bienestar emocional, incluso mejoras en el sueño, mejoras cognitivas y también ayuda a fomentar la independencia. Pero todos ellos se han hecho en periodos de tiempo más cortos, y con grupos de pacientes pequeños.

P.- Se han seleccionado 24 pacientes con unos criterios específicos. ¿Cuál ha sido el criterio a seguir y qué esperan conseguir con ese perfil?

R.- Como son pacientes de nuestra consulta, son personas que padecen enfermedad de Parkinson, en estadios desde iniciales hasta medios o incluso avanzados, pero sí tuvimos en cuenta que pudiesen caminar solos para poder practicar tenis de mesa, y que no presentaran un deterioro cognitivo importante que les impidiese practicar el juego o que no pudieran estar de pie por sí mismos. Además, de esto, y lo más importante, fue que tuviesen capacidad para poder hacer ejercicio físico.

Pimpon Park

P.- ¿Cuál es la base científica que sustenta este estudio? Es decir, ¿cómo se relaciona la práctica de pimpón con una ralentización de la enfermedad de Parkinson?

R.- En la enfermedad de Parkinson lo que se produce, sobre todo, es un envejecimiento de una zona cerebral más rápido que el resto por la pérdida de las neuronas dopaminérgicas. Sabemos que no existe ningún tratamiento farmacológico que modifique el curso de la enfermedad como tal, pero desde las fases iniciales hasta las avanzadas, hay muchos metanálisis que hablan de los efectos neuroprotectores del ejercicio físico. Por eso se comenzó a estudiar esto y se detectó que hay un aumento de la energía mitocondrial con el ejercicio físico que tiene ciertos factores antioxidantes, y esto ayuda también a la neuroplasticidad. Además, se trata de un ejercicio que engloba tareas que se relacionan con el control motor, con funciones ejecutivas de cómo planificar el movimiento y también con la memoria de trabajo, por eso es importante a nivel cognitivo. Y, en definitiva, actividades sensoriales y motoras que se relacionan con las zonas frontales del cerebro. Por otro lado, las últimas investigaciones sobre Parkinson revelan que se están descubriendo nuevas proteínas en el músculo, entre ellas la irisina, que tiene cierto efecto sobre las células que producen la neuroprotección. Realmente, el proceso ha sido el inverso, primero nos dimos cuenta de que el ejercicio físico es muy beneficioso y después nos pusimos a estudiar por qué. Lo cierto es que el entrenamiento, por ejemplo con el tenis de mesa, puede mejorar sin duda la actividad motora y los síntomas no motores para dar más calidad de vida a los pacientes.

P.- El estudio durará seis meses. Tras ese periodo, ¿cuáles son los siguientes pasos?

R.- El principal objetivo de este estudio es demostrar científicamente que hay una diferencia significativa en la evolución de los pacientes que han participado en este programa y los que no practican ningún deporte. Por eso, va a ser uno de los estudios que tiene un periodo de desarrollo más a largo plazo. Nosotros hicimos estudios de todas las escalas a tener en cuenta para el análisis antes de comenzar el estudio. Éstas eran de calidad de vida, hábitos diarios, función motora, escalas cognitivas, de ánimo, de apatía, etcétera. Y las volveremos a recoger al final del estudio y veremos si nuestra hipótesis se cumple y si realmente el ejercicio físico es positivo para mejorar la calidad de vida de los pacientes, o si nos hemos equivocado. Aunque solo viendo el ánimo y la motivación que tienen ofrece datos de que los resultados van a ser buenos.

P.- ¿Qué ventajas tiene el ejercicio físico, en general, para mejorar el proceso de envejecimiento?

R.- Los beneficios que puede tener el ejercicio en una enfermedad neurodegenerativa, se extrapola, al envejecimiento en general. Estas mejoras, no solo son en la parte motora, sino también las defensas. Evitar llegar a edades avanzadas sin pérdida muscular es muy importante para conservar una buena salud. Lo que sucede es que esta concienciación sobre los beneficios del ejercicio debe empezar en los niños, desde el colegio. Si se enganchan a un deporte y están toda la vida practican algún tipo de ejercicio, sin duda envejecerán de forma más saludable. Pero si no lo has adquirido desde pequeño, de adulto es más complicado coger el hábito. Es cierto que hay que tener en cuenta las patologías previas, practicarlo de forma paulatina, y hacer un ejercicio continuo y constante, durante media hora al día por ejemplo, y de intensidad moderada. Hay que ponerse metas realistas y que veamos que somos capaces de alcanzarlas a medio plazo. Además, el deporte crea vínculos sociales muy importantes, y eso es fundamental para mejorar la calidad de vida. Pero aun así, si alguien empieza a los 60 años a practicar algún deporte, pero lo hace de forma continuada, es muy beneficioso. Incluso con los pacientes con deterioro físico o los que están encamados se puede practicar algún tipo de ejercicio con los pedales, movimientos con brazos,… Lo importante es moverse de alguna forma.

P.- La Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital de La Princesa se ha convertido en centro de referencia nacional (CSUR) para cirugía funcional del Parkinson. ¿Cuál es su función y cómo ayudan a las personas que padecen esta enfermedad neurodegenerativa?

R.- Estamos en el barrio de Salamanca, que es uno de los más envejecidos de toda España, por lo que solíamos a tener pacientes muy mayores, pero con una situación sociocultural muy buena, por el área en la que está el hospital. Sin embargo, cada vez nos encontramos con más personas que viven en soledad y con un aumento significativo de las enfermedades neurodegenerativas. La primera en frecuencia es la enfermedad de Alzheimer y la segunda, el Parkinson. La Unidad lleva en marcha ya más de diez años y hemos conseguido reconocimientos muy importantes como la acreditación cono unidad médico-quirúrgica en cirugía funcional. Y también somos CSUR, que es una acreditación que otorga el Ministerio de Sanidad, que nos conviertió en centro de referencia, en este caso para cirugía funcional en enfermedad de Parkinson. Realizamos anualmente alrededor de 30 intervenciones quirúrgicas para paliar los efectos de este trastorno neurológico a través de la Estimulación Cerebral Profunda. Todo esto se ha conseguido con mucho trabajo y poniendo muchas ganas. Y, sobre todo, dedicándonos tanto a la parte asistencial, como a la docencia y a la investigación, que son fundamentales para abordar las enfermedades neurodegenerativas.

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