Bouco Meco celebrará el Día de la Solidaridad Intergeneracional con actividades entre niños y mayores

Bouco Meco, de grupo emeis, celebrará el 29 de abril, Día de la Solidaridad Intergeneracional, con una jornada lúdica entre mayores y niños.
Esta residencia ha sido pionera en integrar una escuela infantil en sus instalaciones, en las que mayores y niños de hasta dos años comparten actividades a diario. Esta iniciativa comenzó hace más de 20 años, como un espacio para los hijos de los empleados de Bouco Meco y en la actualidad se ha convertido en una de las historias de experiencia intergeneracional de mayor éxito en España. El centro acabó abriéndose a otros niños y niñas y esta residencia se convirtió en pionera en Europa en integrar una escuela infantil dentro de sus instalaciones. Hoy, niños y mayores siguen compartiendo espacio, actividades y, sobre todo, cariño y empatía en esta residencia de la firma emeis.
Niños de hasta dos años y mayores comparten un montón de talleres y experiencias durante todo el curso escolar. Entre septiembre y junio se establece entre ellos una relación única y especial; los profesionales de la residencia, educadores infantiles y terapeutas ocupacionales, los emparejan para que jueguen y realicen juntos actividades, como cuentacuentos o manualidades.
Los mayores que participan en el día a día de los niños, además, presentan mayoritariamente algún tipo de deterioro cognitivo o Alzhéimer. Las actividades, de una hora de duración, son específicas y están adaptadas a la edad de los niños, y, muy importante, a la capacidad cognitiva de los residentes.
Mejora de autoestima y empatía
Este intercambio lúdico aporta beneficios a unos y otros. Los niños trabajan la empatía y el respeto a los mayores, y para las personas con deterioro cognitivo las actividades con los niños son un impulso para su estado de ánimo. Las sesiones intergeneracionales les aportan un refuerzo emocional mediante el que disminuyen sus sentimientos de soledad y mejoran su seguridad y autoestima.
«A los mayores les cambia la cara cuando ven a los niños. Residentes generalmente poco participativos se transforman, sonríen, juegan con los niños… La interacción con los pequeños es muy valiosa en relación a la ralentización de deterioros cognitivos, ya que es un estímulo para los mayores y les ayuda a mejorar en muchas áreas como la memoria o la atención. También potencia la actividad física, porque los niños les hacen moverse mucho: cantan, bailan, leen cuentos, juegan o colorean juntos», explica sonriendo la terapeuta de Bouco Meco Cristina Pérez, al cargo de las actividades.