Automedicación responsable, según la Organización Mundial de la Salud
De hecho, la denominada promoción de la autoasistencia ha contado, de modo directo e indirecto, con la colaboración de la OMS, que ya en 1983 procedió a definir esta acción: “La autoasistencia (self-care) abarca las actividades y decisiones espontáneas adoptadas en relación con la salud por personas, familiares, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etcétera; comprende la automedicación, el apoyo social en el curso de la enfermedad y los primeros auxilios”.
La automedicación responsable se refiere principalmente al uso de medicamentos de libre acceso (no requieren receta médica) y se contrapone a la autoprescripción, o uso indiscriminado de fármacos sin indicación ni supervisión facultativa.
Podría pensarse que los medicamentos más disponibles para la automedicación en nuestro país, las Especialidades Farmacéuticas Publicitarias (EFP), que no requieren receta médica, debieran ser los medicamentos más consumidos por los usuarios que se automedican, pero no es así. Estas EFP constituyen sólo una pequeña parte de los medicamentos utilizados con este fin.
Así pues, la Organización Mundial de la Salud aprobó en el 2008 la Ley del Medicamento, cuyo principal objetivo radica en acabar de una vez por todas con la automedicación, con un sistema de multas que van desde los 30.000 a 90.000 euros a los farmacéuticos que vendan medicamentos para los que se requiera receta.