Jubilación y calidad de vida, un artículo de
publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología en 1998 por
Francisco J. Leturia Arrazola, entonces director del Centro Gerontológico de Eibar, hace una aproximación a esta etapa –ya entonces y que se mantiene vigente– de una manera
mucho más integral e innovadora, teniendo en cuenta, además, que han pasado 25 años. “Este artículo hace una
revisión de la relación entre la jubilación, como salida del mercado laboral con los cambios que supone en las diferentes áreas vitales, y la
calidad de vida de estas personas, planteándose la
necesidad de diferenciar jubilación y envejecimiento”. Se basa en datos y porcentajes de Euskadi, pero el contexto, es, sin duda, extrapolable.
Hay un aspecto, muy interesante, que habla de que “históricamente, el comienzo de la vejez era la causa, en parte, de la jubilación y su justificación”, pero con el fenómeno sociodemográfico que vivimos –aumento de la longevidad y esperanza de vida– se produce, definitivamente, una ruptura entre jubilación-vejez.
“Hoy en día, jubilarse no es hacerse viejo, puesto que en la mayoría de los casos todavía estas personas disponen de muchos años en los que pueden presentar unas características sociosanitarias inmejorables”.
Finalmente, hace un apunte a tener en cuenta: “La jubilación no es un cambio de la situación que se dé en un momento dado de nuestra vida laboral, no es el fin de esta. La jubilación, tal y como nosotros la entendemos, es un proceso que comienza mucho antes de los 65 años, antes del momento de salida del mercado laboral, y que se prolonga hasta bastante más allá de ese momento”.