Medicamentos a vigilar ante temperaturas extremas

Así, la Aemps establece como medicamentos susceptibles de influir los efectos de las altas temperaturas aquellos que provocan alteraciones de la hidratación y electrolitos (como los diuréticos), los que son susceptibles de alterar la función renal (los antiinflamatorios no esteroideos y las sulfamidas, por ejemplo), los fármacos cuyo perfil cinético puede ser alterado por la deshidratación (como antiarrítmicos y antiepilépticos), aquellos que pueden impedir la pérdida calórica, los neurolépticos y los agonistas serotoninérgicos, los medicamentos que pueden bajar la presión arterial, los que alteran el estado de vigilia, todos los antihipertensivos y los antianginosos.
A este respecto, la Agencia insta a los profesionales sanitarios a vigilar el estado general de los pacientes en el aspecto clínico y biológico teniendo en cuenta el conjunto de factores de riesgo, pero advierte de que “en ningún caso está justificado considerar, en principio y sistemáticamente, la disminución o la suspensión de los medicamentos que pueden interaccionar con la adaptación del organismo al calor”.