La formación del médico de AP para anticiparse a la enfermedad cardiovascular, clave para su detección

El objetivo, aparte de ambicioso, supone un cambio extraordinario en la forma de valorar y atender la enfermedad cardiovascular en el ámbito de la Atención Primaria. Se trata de formar al facultativo para que sea capaz de detectar precozmente trastornos que aún no se han manifestado clínicamente, pero que subyacen de forma latente en el enfermo y que, en la mayor parte de los casos, terminarán provocando un evento cardiovascular.
'Esto supone anticiparse a la evolución natural de la enfermedad cardiovascular y, por lo tanto, permite establecer medidas preventivas de forma precoz, lo que optimiza sus posibles beneficios', afirmó el doctor Miguel Ángel Prieto Díaz, médico de familia del Centro de Salud Vallobín-La Florida (Oviedo) y coordinador del Área Cardiovascular de Semergen.
Recursos tales como la medición del grosor de la íntima-media (a través de la ecografía o los ultrasonidos) o el cálculo del índice tobillo-brazo informan de forma fidedigna sobre la existencia de factores de riesgo cardiovasculares y de la presencia de enfermedad cardiovascular.
'Estas técnicas permiten al clínico poder diagnosticar la lesión de órgano subclínica en sus etapas iniciales, en que es asintomática, lo que facilita el abordaje de la enfermedad cardiovascular sin esperar a que se produzca un evento cardiovascular (como puede ser un infarto de miocardio o un ictus), resalta el doctor Vicente Pallarés Carratalá, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria de la Unidad de Vigilancia de la Salud Unión de Mutuas (Castellón), advirtiendo que 'ya en estas etapas, a pesar de que la lesión sea subclínica, el paciente ya suele tener un riesgo cardiovascular muy alto'.
Los cuatro puntos cardinales de la prevención cardiovascular
Los recursos que permiten monitorizar las cifras de presión arterial fuera de la consulta médica son también muy importantes junto con los antes indicados. Y es que, como recordó el coordinador del Área Cardiovascular de Semergen, el doctor Prieto, 'sabemos que cuando tomamos decisiones clínicas con la presión arterial que medimos en consulta nos equivocamos en casi un 30% de las ocasiones'. Gran parte de este amplio margen de error se reduce significativamente con el uso de la Automedida de Presión Arterial / Monitorización ambulatoria de presión arterial (AMPA / MAPA), dos técnicas que permiten medir la presión arterial fuera de la consulta y que acercan esas medidas a la realidad de la presión arterial que tiene el paciente en cada momento.
Como destacó el doctor Vicente Pallarés, 'aportan mucha información'; hoy día existen estudios que determinan que 'AMPA / MAPA tiene un valor predictivo superior a la medida de la presión arterial en consulta, tanto para la lesión de órgano subclínica como para la enfermedad cardiovascular'. La AMPA y MAPA se está extendiendo cada vez más en los centros de Atención Primaria de España y, de hecho, 'hoy es impensable no utilizar estos recursos para dar una mejor atención a nuestros pacientes', sentenció el doctor Pallarés.
También el electrocardiograma es una herramienta muy útil en Atención Primaria, no solo para diagnosticar determinadas patologías (como la cardiopatía isquémica, la hipertrofia de ventrículo izquierdo o la fibrilación auricular) sino también para prevenirlas. Así, subrayó el doctor Miguel Ángel Prieto, 'en el paciente hipertenso, diabético, dislipémico y/o en el anciano es obligatorio contemplar la realización periódica del electrocardiograma para diagnosticar precozmente posibles trastornos cardiovasculares antes de que se manifiesten clínicamente'. Incluso, cuando ya se ha producido un evento cardiovascular, el electrocardiograma también aporta información relevante de la evolución del paciente, por lo que es necesario monitorizar el seguimiento de estos pacientes con esta técnica.
La epidemia cardiovascular
La enfermedad cardiovascular constituye la primera causa de morbimortalidad en España, mientras que la hipertensión, la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2 o la dislipemia son factores de riesgo de una elevada prevalencia.
A lo largo de los últimos treinta años se han producido enormes avances, tanto en investigación básica, epidemiológica, diagnóstico y tratamiento, que han llevado a un mejor conocimiento de las bases fisiopatológicas implicadas en su desarrollo y se han obtenido múltiples evidencias sobre los beneficios de un diagnóstico y una intervención terapéutica en fases cada vez más precoces del continuo cardiovascular, procurando un abordaje integral.
Las Sociedades Europeas de Hipertensión, Cardiología, Arteriosclerosis y las Americanas del Corazón (AHA/ACC) y Diabetes recalcan que la identificación del riesgo y su tratamiento precoz es fundamental. De ahí la importancia de adquirir conocimientos que permitan la detección precoz de la lesión subclínica en órganos diana de la enfermedad cardiovascular, con especial atención a la búsqueda de hipertrofia ventricular izquierda, enfermedad renal crónica oculta, arteriopatía periférica, rigidez arterial y engrosamiento de la íntima media carotídea.
Un aula para adquirir habilidades
El Aula Cardiovascular que se llevó a cabo en el Congreso de Semergen atiende a esta demanda, 'puesto que aparecen nuevos métodos de diagnóstico que debemos conocer los médicos de Atención Primaria', explicó el doctor Miguel Ángel Prieto, quien asegura que 'la mejora formativa favorecerá un mejor control de los pacientes y, a su vez, disminuir la morbi-mortalidad cardiovascular asociada'.
El Aula se estructura en custro estaciones: grosor de Intima media, índice Tobillo/Brazo, Automedida de Presión Arterial / Monitorización ambulatoria de presión arterial, y electrocardiografía/electrocardiograma en el paciente hipertenso. Tras una breve exposición teórica, los asistentes rotan por las plataformas de adquisición de habilidades donde, de manera interactiva y muy práctica, se enseñan las técnicas y diversos procedimientos. Se usan dispositivos tales como la ecografía para determinar el grosor de íntima media carotideo, el eco-doppler con sonda vascular, o los tensiómetros automáticos y dispositivos de la MAPA.