“Somos los profesionales sanitarios que prescribimos las ayudas y rehabilitamos a los pacientes para que gocen de una mejor visión, ya sea con gafas, lupas o telescopios; y así, conseguir que tengan una mejor calidad de vida”. Así definen su profesión los ópticos y optometristas, una especialidad que es a la Oftalmología lo que la Farmacia a la Medicina.
“A medida que las personas envejecen, las necesidades visuales se van modificando”, expresan a entremayores desde el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, “ya sea por la aparición de problemas visuales asociados a la edad como por problemas neurológicos asociados, también a la edad”.
Una consulta habitual en la óptica puede ser la recomendación de uso de gafas o de lentillas. “No hay diferencia por edad”, explican desde el consejo general. “Lo que hace que nos inclinemos por prescribir gafas o lentes de contacto es la habilidad del paciente con estas últimas, siempre y cuando la patología que presenten sea compatible con ellas”. Ahora bien, en muchas ocasiones, muchos mayores llevan años de entrenamiento en el uso de lentillas, ya que “a día de hoy, las personas mayores fueron los primeros niños a los que se les adaptaron las primeras lentes de contacto, y llevan utilizándolas con normalidad desde hace más de 50 años”.
También fueron los mayores de hoy los que estrenaron las lentes progresivas. “Para ellos es costumbre usarlas, pero hay que tener en cuenta que cuando surgen los problemas visuales, de movilidad o neurológicos, va a haber muchos pacientes a los que haya que cambiarles las progresivas por otro tipo de lente, por ejemplo, las bifocales o monofocales”, advierten desde el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.
Por último, no es secreto que los ojos de los mayores requieren de más cuidados en verano debido a la exposición al sol, del mismo modo que hay que cuidar la piel para evitar la aparición de melanomas. Lo más recomendable es acudir a la óptica de confianza para que se indique qué gafas de sol son las más adecuadas para cada persona, pero, ¿qué factores tiene en cuenta el optometrista para tomar esta decisión?
“Lo más importante es la calidad de la lente y el tipo de filtro que necesite en cada situación”, aclaran desde el consejo general. “En muchos casos, los mayores están operados de cataratas, faltándoles el cristalino, que es el filtro natural del ojo. Esto hace que la retina esté más expuesta a las radiaciones”. De ahí la amplia diversidad de lentes para proteger los ojos del sol: existen muchos tipos, y se utilizan según las necesidades del paciente.
“Un cristal de sol no es solamente una lente con color”, advierten desde el consejo general, “y lo prescrito para un paciente no vale para otro”. “No nos fijamos solamente en cuánta protección otorga la lente, sino en la luminosidad que les da, la visión que tienen cuando hay cambios de luz a sombra, el deslumbramiento que les pueda provocar una lente, la patología que presentan... En definitiva, son muchos los factores que intervienen en el proceso de la protección solar”, concluyen los ópticos y optometristas.