miércoles, 5 febrero 2025
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EDITORIAL

La polémica de los 67

Después de varios intentos, parece que el Gobierno por fin está decidido a acometer la reforma de las pensiones. A principios de 2010 ya hablaba el Ejecutivo de su intención de alargar la edad de jubilación a los 67. Este anuncio abrió un polémico debate con más posturas en contra que a favor, y eso hizo al equipo de Zapatero aparcar la medida hasta más adelante. Y así, reforma si, reforma no, transcurrió todo el año, sin que se decidiese nada en firme. Ahora, sin mucho margen de maniobra por las presiones de las instituciones europeas, el Gobierno parece que está decidido a presentar el proyecto de Ley a finales de enero, tanto si hay acuerdo con los agentes sociales como si no. Y lo cierto es que esa reforma es necesaria. De hecho debería haberse abordado mucho antes, pero el Gobierno no ha querido hacer frente a un tema tan controvertido.
El sistema de pensiones, tal y como lo conocemos hoy es insostenible, puesto que por su estructura piramidal, para que continúe funcionando y los jubilados cobren sus prestaciones, la base de la pirámide tiene que ser ancha y el vértice estrecho. Algo que no sucederá dentro de unos años cuando el número de jubilados sea igual o superior al de los trabajadores.
Respecto a ese proyecto de Ley que verá la luz próximamente, sabemos que probablemente contemplará hasta 20 o 25 años el aumento del periodo para el cálculo de la pensión; la edad de jubilación a los 67 años, excepto para los trabajadores con largas carreras de cotización -entre 36 y 40 años- y quienes desempeñen trabajos penosos; y que las empresas carguen con los costes de las prejubilaciones.
Sin embargo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pide una reforma más radical puesto que tenemos un sistema "muy generoso respecto a las cotizaciones", según un informe del organismo publicado recientemente.
Por eso recomienda, entre otras medidas, alargar la jubilación hasta los 70, aunque de forma progresiva, y vincular el cálculo de la pensión a toda la vida laboral -algo que reduciría la cuantía de las prestaciones hasta en un 30%-. Según la OCDE el panorama no es nada tranquilizador y los recortes necesarios son mucho más duros de lo que nos cuentan los políticos. Por eso, a estas alturas, ya no queda ninguna duda de que la reforma saldrá adelante en unos meses, la incógnita es si será de nuevo un parche más, o afrontaremos con rigor los cambios que pide la propia evolución demográfica.

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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