Aunque no he nacido en el Mediterráneo, quizás porque los vinilos de Joan Manuel Serrat han formado parte de la banda sonora de mi niñez, hay un vínculo muy estrecho con el cantautor. Aunque creo que esta sensación es bastante compartida. 

El 24 de abril, tal vez, el cantante pensó: “Hoy puede ser un gran día”. Y así fue. El jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024 anunció la concesión de este galardón, por unanimidad, al compositor catalán “por el alcance de una trayectoria artística que trasciende la música y se hace referente cívico, sumando a las letras de sus canciones la fuerza del himno colectivo con voluntad universal”, apunta el acta. De vez en cuando, la vida nos sorprende para bien. 

Aquellas pequeñas cosas del principio, fueron haciéndose más grandes. De ser uno de los pioneros de lo que se conoce como la Nova Cançó catalana, acabó siendo un referente para la memoria emocional de varias generaciones en España e Iberoamérica, tanto en catalán como en castellano.

Entre medias, multitud de vicisitudes se sucedieron en su vida. Pudo haber ido a Eurovisión en 1968, pero su talante rebelde de entonces de querer interpretar ese famoso ‘La, la, la’ en catalán, parece que le sacó de la ecuación, según la versión más extendida. En 1975, para su libertad, tuvo que exiliarse por criticar al régimen franquista, y seguro que no fue una fiesta. 

Consustancialmente, la poesía ha sido un hilo conductor para su inspiración. Ha puesto música a Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Pablo Neruda o Mario Benedetti. Pero también el folclore catalán, la copla española, el tango, el bolero o el cancionero popular de Iberoamérica han sido grandes influencias para su creación. Y por qué no decirlo, muchas Lucías o Penélopes serán fruto de sus palabras de amor.

La montonera de años han pasado, aunque de esa canción con mensaje encriptado, mejor no hablamos. Se despidió de los escenarios a finales de 2022. Llegar a viejo es una meta para todos, tal vez una utopía. Pero a sus 80 años, Serrat sigue siendo el mejor acicate para los recuerdos de la vida. Y tras 32 álbumes de estudio, seis álbumes en directo y 13 recopilatorios, el cantautor, compositor, actor, escritor, poeta y guitarrista español dice: “No saben con cuánta alegría y emoción recibo la noticia de la concesión del Premio Princesa de Asturias de la Artes 2024. No encuentro mejor manera que una distinción tan prestigiosa como esta para despedir una carrera profesional larga y satisfactoria como la mía”. 

Ojalá tuviera versos en la boca para definirle de una manera lírica. Pero quizás esta puede ser un buen resumen: “En el trabajo de Serrat, de honda raíz mediterránea, se aúna el arte de la poesía y la música al servicio de la tolerancia, los valores compartidos, la riqueza de la diversidad de lenguas y culturas, así como un necesario afán de libertad. Defensor del diálogo frente a la crispación, la obra de Joan Manuel Serrat es un exponente de su irrenunciable vocación de tender puentes entre países y generaciones”, concluye el acta del jurado que ha otorgado el Princesa de Asturias de las Artes. 

Recogerá el reconocimiento en octubre, tal vez, tras arribar a Oviedo en un barquito de papel. Bienaventurados los que han tenido, tienen y tendrán la oportunidad de tus cantares y dondequiera que estés, Serrat, y aunque suene a algo personal, nuestra más profunda admiración.