Las necesidades de mayores y niños en Pakistán ante las catástrofes climáticas no son atendidas

Los sistemas de respuesta a la catástrofe y en materia de asistencia médica no están cubriendo las necesidades de los niños y las personas mayores pakistaníes, que son quienes corren mayor peligro de muerte y enfermedad en condiciones meteorológicas extremas relacionadas con el cambio climático. Así lo afirma Amnistía Internacional en su informe Uncounted: Invisible deaths of older people and children during climate disasters in Pakistan, donde documenta cómo las inundaciones y olas de calor, cada vez más frecuentes en este país están desbordando su sistema sanitario infradotado, lo que causa muertes evitables entre menores de corta edad y personas de avanzada edad.
Pakistán, responsable de alrededor del 1% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero anualmente, es el quinto país del mundo más vulnerable a las catástrofes climáticas. En la investigación de Amnistía Internacional, realizada en colaboración con Indus Hospital & Health Network (IHHN), entidad benéfica que presta asistencia médica gratuita en Pakistán, se averiguó que los picos de mortalidad solían estar precedidos de fenómenos meteorológicos extremos. “La subida de las temperaturas provoca fenómenos meteorológicos cada vez más intensos e impredecibles. En Pakistán, los niños y niñas y las personas mayores están sufriendo en primera línea de la crisis climática, expuestos a situaciones de calor extremo o inundación que causan niveles desproporcionados de muerte y enfermedad”, señaló Laura Mills, investigadora del Programa de Respuesta a las Crisis de Amnistía Internacional. A su vez, “el sistema de atención de la salud de Pakistán adolece lamentablemente de financiación insuficiente y sobrecarga, incluso cuando no hay emergencias. La crisis climática crea una tensión adicional insoportable, que hace que el sistema no preste la debida asistencia a todas las personas que la necesitan”, destaca Mills.
LA INVESTIGACIÓN
Para comprender el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos en la salud, Indus Hospital & Health Network llevó a cabo un análisis cuantitativo de las muertes registradas en 2022 en tres de sus centros de Badin (provincia de Sind, gravemente afectada por inundaciones), Muzaffargarh y Bhong (provincia de Punjab, gravemente afectada por olas de calor). Comparó, además, la relación entre los índices de mortalidad y los indicadores climáticos, incluidas precipitaciones y temperaturas. Amnistía Internacional, por su parte, realizó diversas entrevistas cualitativas. Visitó las provincias de Sind y Punjab en cuatro ocasiones entre abril de 2024 y enero de 2025, y llevó a cabo entrevistas telemáticas en Jyber Pajtunjwa y Baluchistán. En total, la organización entrevistó a 210 personas, 90 de las cuales eran familiares de personas cuyas muertes podían atribuirse razonablemente a olas de calor o inundaciones.
DUDOSA RECOGIDA DE DATOS
En Pakistán, menos del 5% de las muertes se registra. De hecho, en su recopilación de datos, las autoridades de gestión de catástrofes normalmente solo registran las muertes por ahogamiento o electrocución, y omiten las posteriores debidas a infecciones. Esto hace que las personas mayores y los niños, que son quienes están más expuestos a la enfermedad tras una inundación, sean estadísticamente invisibles.
Los datos sobre mortalidad durante las olas de calor son aún menos fiables. A pesar de los efectos desproporcionados de las catástrofes climáticas en las personas mayores, prácticamente no hay datos recopilados sobre su salud. Actualmente, la recogida oficial de datos del gobierno no está diseñada para reflejar el coste humano de la crisis climática.