En el plazo de 30 años se duplicará el número de personas mayores de 65 años
El acto contó con la participación de la alumna de este Programa de Formación de Mayores de la Universidad de Vigo, Marina Troncoso; el presidente de la Asociación de Alumnos de dicho programa, Alejandro Otero y el geriatra Andrés Vázquez
La Asociación Aulas de Formación Aberta, del Programa de Formación de Mayores de la Universidad de Vigo, con el patrocinio de la propia Universidad, celebró este jueves en Vigo el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional en el Salón de Actos de la Escuela de Ingenieros Industriales.
El colectivo ha organizado una jornada de ponencias y una conferencia cuyo propósito es “dar a conocer públicamente que se puede envejecer activamente además de empleando la Solidaridad Intergeneracional, en el Programa de Formación de nuestra Universidad” tal y como explica el presidente de la Asociación de Alumnos del Programa, Alejandro Otero que expuso que envejecer activamente es “envejecer con salud, participando plenamente en la sociedad, sintiendo satisfacción en el trabajo, autónomos en la vida cotidiana y más activos como ciudadanos”. Sea cual sea la edad, matizó, “podemos tener nuestro papel en la sociedad y optar a una mejor calidad de vida” con el reto de “sacar el máximo provecho del enorme potencial que se conserva, incluso a edades avanzadas”.
Otero recordó que la población española ha pasado a ser, “afortunadamente” una de las más longevas del mundo, con un progresivo aumento del número de personas mayores, un 83´7 por ciento más entre 1981 y 2009, pasando de 4´2 millones a 7´8 millones y con una previsión de un ritmo de crecimiento aún mayor en las próximas décadas. En concreto se espera que en 2020 haya 9,3 millones de mayores y 14,7 millones en 2040. Es decir, en el plazo de 30 años se duplicará el número de personas mayores. Según cómo evolucione la natalidad y los saldos migratorios, “las personas mayores pueden llegar a representar un 33% del total de la población”, señaló.
“Y los mayores no serán sólo más, sino que también vivirán durante más tiempo”, añade, “pues como ha anunciado Eurostat, hacia 2060 la esperanza de vida se sitúe en 84,9 años para los hombres y en 89,6 años para las mujeres. Esto supondrá que la duración media de una pensión de jubilación será de 22,1 y 25,5 años, respectivamente”.
En ese sentido, 2012 es el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, la única y más efectiva herramienta para el abordaje de este fenómeno. Según Otero, este acercamiento entre generaciones es básico para “lograr una sociedad para todas las edades, las cuales se dan espontáneamente en la vida normal. Pero proveerlas de manera consciente exige responsabilidades, atención a su complejidad e implicaciones”.
No en vano, asegura, “el envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional, es una oportunidad que debe ser potenciada entre todas las generaciones, porque crea empleo, enseña a mejorar y aumentar la calidad de vida, disgrega colectivos homogéneos y sobre todo, envuelve a toda la población en un proyecto común, siendo positivos frente a todo”.
De hecho la Comisión Europea indica que el 71% de los europeos son conscientes de que la población envejece rápidamente. Pero solo el 42% se muestran preocupados por esta evolución. Para la mayoría de los ciudadanos las personas mayores de 55 años o más, desempeñan un papel importante en la sociedad y más de 60% considera que debe ser posible seguir trabajando después de la edad de la jubilación.
Por eso el envejecimiento activo, insistió este experto, “propugna que los trabajadores mayores se mantengan activos, mejorando las condiciones laborales, adaptándolas a su estado de salud y necesidades y actualizando sus capacidades; facilita el acceso a la formación continua y revisando los sistemas fiscales y de prestaciones, para garantizar incentivos fiscales para seguir trabajando y fomenta su participación en la sociedad, mejorando las oportunidades y condiciones para que las personas mayores contribuyan como voluntarios o cuidadores familiares y participen en la sociedad, evitando su aislamiento y riesgos sociales”. Finalmente, subrayó, “potencia la autonomía personal de los mayores, promoviendo la salud y la asistencia sanitaria preventiva a través de medidas que aumenten al máximo los años de vida saludable, prevengan la dependencia y hagan que el entorno sea más adecuado para las personas séniors y les permita tener la máxima autonomía posible”.
Y este “debe ser el trabajo que dentro del Programa de Formación de Mayores de la Universidad de Vigo debe realizar la Asociación de Alumnos ´Aulas de Formación Aberta´ donde en la actualidad conviven simultáneamente alumnos de distintas generaciones dentro de dichas aulas”. Una circunstancia que “fomenta las relaciones intergeneracionales, ayudando a superar las actitudes, así como posturas discriminatorias sobre el envejecimiento”. Esta convivencia entre alumnos del Programa de Formación de Mayores y los jóvenes que están realizando su carrera académica “es un lujo para los Séniors y Jóvenes que comparten la misma materia de formación, pero con el asesoramiento de una persona que ha vivido profesionalmente y que transmite al resto de alumnos, todas sus vivencias”, concluyó Otero.
El número de alumnos del programa de Mayores de la Universidad de Vigo- Campus de Vigo asciende a 228, en los dos ciclos Intensivo de tres años y Especialización de dos años, que es cuando se imparten las clases con los alumnos de formación reglada en sus materias.
El colectivo ha organizado una jornada de ponencias y una conferencia cuyo propósito es “dar a conocer públicamente que se puede envejecer activamente además de empleando la Solidaridad Intergeneracional, en el Programa de Formación de nuestra Universidad” tal y como explica el presidente de la Asociación de Alumnos del Programa, Alejandro Otero que expuso que envejecer activamente es “envejecer con salud, participando plenamente en la sociedad, sintiendo satisfacción en el trabajo, autónomos en la vida cotidiana y más activos como ciudadanos”. Sea cual sea la edad, matizó, “podemos tener nuestro papel en la sociedad y optar a una mejor calidad de vida” con el reto de “sacar el máximo provecho del enorme potencial que se conserva, incluso a edades avanzadas”.
Otero recordó que la población española ha pasado a ser, “afortunadamente” una de las más longevas del mundo, con un progresivo aumento del número de personas mayores, un 83´7 por ciento más entre 1981 y 2009, pasando de 4´2 millones a 7´8 millones y con una previsión de un ritmo de crecimiento aún mayor en las próximas décadas. En concreto se espera que en 2020 haya 9,3 millones de mayores y 14,7 millones en 2040. Es decir, en el plazo de 30 años se duplicará el número de personas mayores. Según cómo evolucione la natalidad y los saldos migratorios, “las personas mayores pueden llegar a representar un 33% del total de la población”, señaló.
“Y los mayores no serán sólo más, sino que también vivirán durante más tiempo”, añade, “pues como ha anunciado Eurostat, hacia 2060 la esperanza de vida se sitúe en 84,9 años para los hombres y en 89,6 años para las mujeres. Esto supondrá que la duración media de una pensión de jubilación será de 22,1 y 25,5 años, respectivamente”.
En ese sentido, 2012 es el Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, la única y más efectiva herramienta para el abordaje de este fenómeno. Según Otero, este acercamiento entre generaciones es básico para “lograr una sociedad para todas las edades, las cuales se dan espontáneamente en la vida normal. Pero proveerlas de manera consciente exige responsabilidades, atención a su complejidad e implicaciones”.
No en vano, asegura, “el envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional, es una oportunidad que debe ser potenciada entre todas las generaciones, porque crea empleo, enseña a mejorar y aumentar la calidad de vida, disgrega colectivos homogéneos y sobre todo, envuelve a toda la población en un proyecto común, siendo positivos frente a todo”.
De hecho la Comisión Europea indica que el 71% de los europeos son conscientes de que la población envejece rápidamente. Pero solo el 42% se muestran preocupados por esta evolución. Para la mayoría de los ciudadanos las personas mayores de 55 años o más, desempeñan un papel importante en la sociedad y más de 60% considera que debe ser posible seguir trabajando después de la edad de la jubilación.
Por eso el envejecimiento activo, insistió este experto, “propugna que los trabajadores mayores se mantengan activos, mejorando las condiciones laborales, adaptándolas a su estado de salud y necesidades y actualizando sus capacidades; facilita el acceso a la formación continua y revisando los sistemas fiscales y de prestaciones, para garantizar incentivos fiscales para seguir trabajando y fomenta su participación en la sociedad, mejorando las oportunidades y condiciones para que las personas mayores contribuyan como voluntarios o cuidadores familiares y participen en la sociedad, evitando su aislamiento y riesgos sociales”. Finalmente, subrayó, “potencia la autonomía personal de los mayores, promoviendo la salud y la asistencia sanitaria preventiva a través de medidas que aumenten al máximo los años de vida saludable, prevengan la dependencia y hagan que el entorno sea más adecuado para las personas séniors y les permita tener la máxima autonomía posible”.
Y este “debe ser el trabajo que dentro del Programa de Formación de Mayores de la Universidad de Vigo debe realizar la Asociación de Alumnos ´Aulas de Formación Aberta´ donde en la actualidad conviven simultáneamente alumnos de distintas generaciones dentro de dichas aulas”. Una circunstancia que “fomenta las relaciones intergeneracionales, ayudando a superar las actitudes, así como posturas discriminatorias sobre el envejecimiento”. Esta convivencia entre alumnos del Programa de Formación de Mayores y los jóvenes que están realizando su carrera académica “es un lujo para los Séniors y Jóvenes que comparten la misma materia de formación, pero con el asesoramiento de una persona que ha vivido profesionalmente y que transmite al resto de alumnos, todas sus vivencias”, concluyó Otero.
El número de alumnos del programa de Mayores de la Universidad de Vigo- Campus de Vigo asciende a 228, en los dos ciclos Intensivo de tres años y Especialización de dos años, que es cuando se imparten las clases con los alumnos de formación reglada en sus materias.
