‘Madrid cuenta con la red asistencial más amplia y con un alto nivel de especialización’

Respuesta.- Cuando la presidenta, Esperanza Aguirre, me comunicó que depositaba en mi su confianza para dirigir la Consejería de Asuntos Sociales, lo primero que pensé fue en la suerte que había tenido, ya que me había confiado una de las carteras más importantes del Ejecutivo, sin duda, la Consejería de las personas. Y esa va a ser mi prioridad en esta nueva etapa profesional: ocuparme y preocuparme por las personas que lo necesitan.
Además, en unos momentos de profunda crisis económica como la que, lamentablemente, este país atraviesa desde hace ya varios años, mi prioridad al frente de la Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, como no puede ser de otra forma, va a ser atender a aquellos que más afectados se encuentran por esta situación.
Entre otras cosas, garantizaremos el pago de la Renta Mínima de Inserción a las familias y las personas que, cumpliendo los requisitos que establece esta ayuda, la precisen; seguiremos trabajando para procurar la inserción laboral de ciudadanos con discapacidad o enfermedad mental y para mantener y mejorar las cifras que nos sitúan a la cabeza en la atención a personas dependientes. En definitiva, nos ocuparemos de quienes más lo necesitan. Para ello, cuento con el excelente legado de mi antecesora, Engracia Hidalgo, que realizó un trabajo fabuloso que me encargaré de mantener.
P.- Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, Madrid supera en 15 puntos la media nacional de personas dependientes atendidas y se sitúa a la cabeza del Sistema Nacional de Dependencia. ¿Qué valoración hace de estos datos?
R.- Efectivamente, los datos que publica la Administración del Estado sitúan a Madrid a la cabeza tanto en gestión como en cobertura en la atención a personas en situación de dependencia. Actualmente, el 97% de las personas que han solicitado el reconocimiento de su situación de dependencia en la Región ya se encuentran valorados y el 84% disponen del servicio o prestación que han solicitado, alcanzando los casi 73.000 beneficiarios atendidos. Además, la Comunidad lidera la cobertura asistencial con más de 32.100 plazas de residencia y de centro de día, lo que representa el 20% del total de plazas a nivel nacional.
Estos datos son, a mi juicio, fruto del hecho de que, para la Comunidad de Madrid, la atención a la dependencia no resultó algo novedoso cuando entró en vigor la Ley de Dependencia, ya que la región contaba desde 2003 con una Ley de Asuntos Sociales que ya anticipaba un sistema organizado de asistencia a personas en situación de dependencia. Y, por otra parte, las buenas cifras obtenidas responden también al excelente trabajo que se ha realizado estos años desde la Dirección General de Coordinación de la Dependencia para adaptar el sistema de la Comunidad a los nuevos requerimientos de la normativa estatal. Nuestro reto pasa por mantener el tiempo y seguir mejorando ese notable esfuerzo.
P.- ¿A qué se deben las diferentes velocidades con las que se está aplicando la Ley de Dependencia?
R.- Sin duda, la Ley de Dependencia es una buena norma que nació con el consenso de todos los grupos políticos con el objetivo de crear un gran sistema común a todas las comunidades autónomas que, por primera vez en la historia de nuestra democracia, reconociera los derechos de aquellas personas que se encuentran en una situación de dependencia. Sin embargo, en la realidad, la normativa nació con dos problemas de fondo: una financiación insuficiente, un problema que aún se mantiene, y la ausencia de un marco normativo que evitase lo que ha sucedido: que existan 17 sistemas diferentes.
No es de recibo que cada comunidad autónoma sea valorada por la Administración del Estado en materia de financiación con criterios totalmente dispares, ni tampoco que existan regiones, como Madrid, que cuenta con la red asistencial más amplia y con un alto nivel de especialización en los servicios y una elevada calidad asistencial y otras que presumen de estar a la cabeza en todas las estadísticas a costa de conceder prestaciones económicas, que la Ley marca como excepcionales, en detrimento de recursos que, obviamente, son mucho más costosos.
Por ello, creo que el Gobierno de España debería revisar la financiación del sistema de Dependencia para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Es necesario que las comunidades autónomas recibamos de forma real el 50% del coste de atención a una persona en situación de dependencia de la Administración General del Estado, tal y como contempla la Ley, y también que se tenga en cuenta el tipo de servicio que se presta a la hora de recibir los ingresos del Gobierno central.
Es injustificable que el Ministerio mantenga congelados los fondos que destina a la dependencia desde hace dos años, pese a que el número de dependientes a nivel nacional ha aumentado: mientras en el año 2009 recibíamos 1,74 euros al día por dependiente, este año hemos pasado a percibir 85 céntimos diarios por persona.
P.- Recientemente, responsables de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) denunciaron que los mayores españolas “no están recibiendo una correcta asistencia, ya que no siempre están atendidos por profesionales especializados”. ¿Qué tendría que decir sobre esto en cuanto a los mayores madrileños?
R.- La Comunidad de Madrid cuenta ya con más de 500 centros especializados para la atención de personas dependientes. Se trata de residencias y centros específicos para la asistencia de estas personas que requieren atención especializada y continuada; por lo tanto, son instalaciones en las que trabajan personas cualificadas profesionalmente en la atención directa a este tipo de usuarios y que, además, reciben formación especializada por parte de la Comunidad para reciclar sus conocimientos.
La formación de los profesionales es esencial para garantizar una atención de calidad, especialmente cuando se trabaja con personas en situación de dependencia. La Consejería de Asuntos Sociales cuida este aspecto desde el primer eslabón de la cadena, ofreciendo una formación integral a los valoradores, que son los primeros profesionales que atienden al dependiente. Desde el Departamento que dirijo entendemos que un buen profesional formado en la materia que se le encomienda es una garantía en la calidad de la tarea que realiza.
P.- En esta línea, la Comunidad está impulsando un servicio de acompañamiento residencial a familiares de dependientes en el Centro de Alzheimer Fundación Reina Sofía. ¿Prevén extenderlo a otros centros o ampliar el número de beneficiarios?
R.- Efectivamente, la Comunidad de Madrid ofrece a los familiares de las personas dependientes la posibilidad de trasladarse a la misma residencia en la que éstas son atendidos. El objetivo es mejorar las condiciones de vida de las personas dependientes, pero también las de sus familiares, ya que entendemos que se humaniza enormemente la asistencia que ofrece a estos ciudadanos y se evita, al mismo tiempo, el desarraigo familiar.
Se trata de una iniciativa que demuestra el grado de especialización que tienen los recursos sociales de la Región. Hace unas semanas tuve la oportunidad de conocer personalmente este servicio en el Centro Reina Sofía y comprobé la importancia que tiene este programa tanto para el residente como para su familiar, puesto que palia enormemente el sufrimiento que ya de por sí causan determinadas situaciones.
Hasta el momento se han beneficiado de esta iniciativa 20 cónyuges de personas dependientes. Habría que estudiar la posibilidad de seguir extendiéndola a otros recursos, pero esto depende mucho del tipo de centro, de sus características y del tipo de personas dependientes que en ellos residan.
P.- Por último, ¿qué retos se plantea para esta legislatura referidos al colectivo de personas mayores?
R.- Sin lugar a dudas, esta legislatura tenemos que seguir trabajando para que las personas mayores en situación de dependencia reciban la más rápida y mejor de las atenciones posibles, centrándonos en la especialización de los recursos que se les asigna en función de su situación personal y de sus circunstancias familiares. No es lo mismo atender a una persona mayor en situación de dependencia que no tiene familiares disponibles que a otra que presenta algún tipo de necesidad en cuanto a cuidados y atención pero que mantiene el deseo de seguir viviendo en su casa, rodeada de los suyos. Por ello, contamos con distintos tipos de recursos, desde los más de 500 centros especializados hasta la teleasistencia, pasando por la ayuda domiciliaria o los centros de día.
Por otra parte, seguiremos potenciando el Envejecimiento Activo, seña de identidad de nuestras políticas de mayores, ya que representa la mejor vía, según todos los expertos, para prevenir y retrasar futuras situaciones de dependencia. Daremos continuidad y relevancia a programas como la Universidad para Mayores, los talleres de actividades, el senderismo, las Rutas Culturales, etcétera.