Respuesta.- Por un lado, lo he vivido con una sensación agridulce ya que Alberto y yo hemos trabajado codo con codo durante más de un año, hemos formado un gran equipo en la Consejería y hemos iniciado proyectos juntos. Pero, por otro lado, cojo el testigo con mucha ilusión y responsabilidad, sabiendo que tenemos mucho trabajo por hacer y muchos retos por delante para mejorar la vida de los madrileños.  

R.- Mis prioridades son claras, la primera sin duda es seguir trabajando para proteger a las personas mayores que, junto a sus familias, lo han pasado muy mal durante la primera ola de la pandemia. Seguimos trabajando para dar la mejor atención, con todas las medidas de protección necesarias que permitan garantizar su calidad de vida.

Asimismo, esta crisis sanitaria es también una crisis social, y por eso estamos centrados no dejar a nadie atrás en esta pandemia. Estamos trabajando de forma coordinada con los servicios sociales para dar el apoyo necesario y la mejor atención a las personas que peor lo están pasando. 

Y, como no puede ser de otra manera, al haber dedicado la mayor parte de mi vida profesional a las personas con discapacidad, quiero también poner el foco en el sector. Es un reto que teníamos ya en marcha y que es acabar con la lista de espera en atención temprana. Es fundamental garantizar la atención más adecuada a todos los niños y niñas con discapacidad, para dar respuesta a sus necesidades que permitan un correcto desarrollo.

R.- Yo creo que hemos aprendido todos. Es una situación que ha dado la vuelta al sistema. Nos ha mostrado las costuras de un modelo de atención que nosotros antes de esta pandemia, ya empezamos a trabajar precisamente en reforzarlo y mejorarlo. Afortunadamente, hoy la situación es de control en los centros; estamos en alerta, pero estamos controlando los brotes que se producen en las residencias. Hemos puesto en práctica lo que hemos aprendido de la primera ola y ahora todas las residencias cuentan con planes de contingencia, tienen un stock de equipos de protección (EPIs) suficientes para un mes mínimo tanto para los residentes como para los trabajadores. Además, todos los centros tienen capacidad de sectorizar para que, en caso de que haya una persona que dé positivo, puedan aislarla de forma adecuada y se evite la propagación del virus. En definitiva, estamos preparados para frenar el Covid y además, hemos trabajado junto a Sanidad para elaborar un protocolo que permita garantizar las visitas a las personas mayores en la medida en que la situación epidemiológica lo permita, con todas las medidas de seguridad.

R.- Pues en la línea de lo que comentaba anteriormente, tenemos armas suficientes para enfrentarnos a esta segunda ola, tenemos EPIs suficientes, una dotación que llega a un mes de material de protección para todas las residencias. Por otro lado, contamos con test de antígenos y PCR que nos sirven para detectar los casos positivos. En la otra ola no teníamos capacidad para saber si una persona tenía Covid y hoy, todos los centros de nuestra red tienen una dotación de test de antígenos para poder detectar en cuestión de 15 minutos si hay un positivo y tomar las medidas más adecuadas para evitar que el virus se propague.  

R.- Estamos trabajando en sintonía. La Dirección General de Coordinación Sociosanitaria, que es la responsable dentro de la Consejería de Sanidad de establecer este marco de relación entre la parte sanitaria y la de Políticas Sociales está trabajando bien, tenemos una relación fluida, y el director general de Coordinación Sociosanitaria con la directora general de Atención al Mayor tienen una relación cercana, diaria y una comunicación permanente para poner soluciones en aquellos sitios en los que pueda surgir algún brote. 

R.- Bueno, no sé si fue uno de los principales proyectos pero sí fue uno de los primeros proyectos en los que me embarqué y desde luego la inclusión es un camino diario. Se está mejorando día a día pero, si echamos la vista atrás y miramos cómo era la situación de las personas con discapacidad hace 15 años a cómo lo es hoy, vemos que se han dado pasos muy importantes. Se ha avanzado mucho en inclusión educativa, en la atención a los niños pequeños que permiten que su discapacidad posteriormente sea menor, y también se han dado pasos muy importantes en todo lo que tiene que ver con la inclusión y la integración laboral, que al final es lo que permite que todos podamos tener acceso a la cultura, al ocio, al tiempo libre… a tener una vida en condiciones de normalidad como tenemos todos los demás. Yo creo que se ha avanzado mucho, pero todavía nos queda mucho por camino por recorrer en ese sentido.

R.- Hay un objetivo clarísimo que yo creo que es primordial: reducir las listas de espera en todos los ámbitos, porque las personas que necesitan un apoyo en casa o una atención en una residencia o en un centro de día, no pueden esperar. Por ello estamos trabajando en todo lo que es agilizar los procesos, pero hay algo que es fundamental y es que el Gobierno central tiene que cumplir su compromiso de financiar al 50% la Dependencia, como marca la Ley. 

Ahora mismo el Estado está financiando tan solo el 20%, mientras que la Comunidad asume el 80% y esto tiene que cambiar. Aun así, la Comunidad de Madrid está mejor que otras regiones de España, pero no es suficiente, no nos conformamos y por eso seguimos trabajando para reducir estas cifras.

R.- Esta crisis está atacando a las personas más vulnerables de la sociedad y desde luego desde la Consejería trabajamos para que nadie se quede atrás en la Comunidad de Madrid. Para ello, trabajamos en coordinación con los servicios sociales municipales para detectar a aquellas personas, a aquellas familias que peor lo están pasando para darles apoyo social y que vean que las administraciones estamos ahí cuando nos necesitan. Tenemos el sistema de Renta Mínima de Inserción, que sirve de ayuda económica para aquellas personas que se han quedado sin recursos, pero también trabajamos mano a mano con entidades del tercer sector para detectar los casos de personas en riesgo de exclusión y ofrecerles alternativas para que puedan salir adelante.  Hemos dotado al tejido social de fondos extraordinarios, no solo los que provienen del Estado sino fondos propios de la Consejería, para que puedan hacer frente a las necesidades que han surgido con el incremento de las necesidades sociales por parte de la población vulnerable. 

A corto plazo, en los peores meses de la pandemia, abrimos recursos habitacionales para personas sin hogar o familias que debido a la pandemia se vieron en situación de exclusión residencial, para que contaran con todos los recursos necesarios.  Además, en esta segunda ola, hemos reabierto el hotel para personas sin hogar y familias que no tienen un lugar en el que pasar la cuarentena, para que puedan estar en las mejores condiciones con todo el apoyo social y sanitario que precisen. 

R.- Desde luego, soy un firme defensor de la innovación social como forma de mejorar las políticas dirigidas a las personas. Creo que vamos en la dirección adecuada, pese a que el virus nos ha hecho replantearnos objetivos, estamos tomando decisiones en la buena dirección para cambiar el sistema de servicios sociales. Queremos que la persona esté en el centro de las políticas y enfocar todo nuestro modelo social para hacer que el sistema y todos los recursos se adapten y estén al servicio de las nuevas necesidades que tienen los madrileños.