La historia de Jesús y Mari Luz, ambos residentes de Amavir Puente Vallecas, comenzó hace 74 años en Escalonilla, un pueblo de Toledo. Jesús cuenta que llevan “toda la vida juntos, dese los 16 años”, y los dos van a cumplir 90.
Cuando se casaron, se fueron a vivir a Aranjuez, en Madrid, y allí estuvieron hasta que el Alzhéimer les cambió la vida.
Jesús explica que “algo empezó a ir mal con Mari Luz” después de una operación de rodilla, hace unos diez años. Al poco tiempo de esa operación, aunque se recuperó bien, empezaron a notar signos de que “algo no iba bien” y acabaron por mudarse a casa de su hija, pues en su domicilio habitual no tenían ascensor y eso suponía una dificultad para Mari Luz, que cada vez perdía más autonomía.
La enfermedad de Alzheimer fue avanzando, y hace aproximadamente cuatro años la familia pensó que su mejor opción era trasladar a Mari Luz a una residencia. Pero, desde el primer momento, Jesús tuvo claro que donde fuera ella, iría él también. “Yo me voy con tu madre a donde haga falta”, le dijo a su hija.
SU VIDA GIRA EN TORNO A SU ESPOSA
En un primer momento, a ella le concedieron una plaza en una residencia pública de Moratalaz, pero la rechazaron, ya que Jesús no podía ir.
Después consiguieron plaza los dos en una residencia de Parla y, finalmente pudieron trasladarse a Amavir Puente Vallecas, que está más cerca de su familia.
En este centro Jesús ha configurado una nueva rutina que, como siempre, gira en torno a su esposa, desde que se levanta para darle el desayuno hasta que se van a dormir.
Ambos duermen en la misma habitación de la primera planta, que es la de los residentes autónomos. Por la mañana, después de desayunar, se quedan en la habitación o bajan al jardín, en función del tiempo, hasta las 12 del mediodía, más o menos, que suben a su mujer a la tercera planta, que es la adaptada para las personas dependientes. Allí, Mari Luz, come y pasa el día, hasta que la vuelven a bajar a su habitación, donde Jesús cuida de ella toda la noche.
“Por la noche está muy tranquila -cuenta Jesús-. La llaman la bella durmiente. Solo alguna vez está más inquieta, pero pocas”. También señala que como hay auxiliares y profesionales que se encargan de atender y cuidar a los residentes, si hay algún problema, sabe que cuenta con ayuda y eso le tranquiliza.
JESUS COLABORA EN EL CENTRO COMO UNO MÁS
Jesús, que es muy activo y totalmente independiente, durante el día se ocupa de diversas actividades, como explica Sergio Logroño, un animador sociocultural con el que Jesús tiene muy buena relación. “Es el alma de la residencia. Se encarga del huerto todas las mañanas, participa en muchas actividades, en las excursiones y nos ayuda a los trabajadores en todo lo que puede. De hecho siempre le decimos que le van a meter en nómina”, bromea Sergio.
Jesús, aunque a veces sufre por la enfermedad de su mujer, está my contento porque puede estar con ella y cuidarla. Además, tienen el apoyo y cariño de sus dos hijos y su tres nietos, que les visitan con mucha frecuencia. Cuando algún familiar va, Jesús aprovecha para sacar a pasear a Mari Luz fuera de la residencia.
PROTAGONISTA DE 'EL BURUJONERO'
Recientemente Jesús ha sido uno de los protagonistas del proyecto ‘ Tu Historia De Verdad Importa’. Durante un año, con una de las voluntarias de esta iniciativa, Zaida Ortega, Jesús ha ido contando toda su vida, que ahora está plasmada en un libro titulado ‘El Burujonero’, nombre que procede de su localidad de nacimiento, Burujón.
En este libro está toda su vida, desde que era pequeño. Sus páginas narran que antes de cumplir los dos años su madre había muerto y su padre había partido al frente de la Guerra Civil; también cómo conoció a Mari Luz, cuando estuvieron en el mismo grupo de Acción Católica; cómo se casaron en la modesta iglesia de Escalonilla (Toledo); o cómo formaron una familia mientras él trabajaba como camionero.