Familia asesora a la primera sociedad que construirá una residencia bajo los parámetros del nuevo modelo de atención profesional

La consejera explicó que el centro responderá al modelo “En mi Casa” en su doble vertiente. Por un lado, ofrecerá a los residentes vivir en unidades de convivencia estructuradas para que sientan la residencia como su casa; y por otro lado, ofertará a los mayores de la zona los servicios profesionales que necesiten para que puedan permanecer en su casa si así lo desean.
El centro reunirá, como explicó la consejera, una serie de características estructurales, como disponer de unidades de convivencia para 12 personas, contar con habitaciones individuales de uso doble si lo desea la persona mayor, con baño privado, cocina, cuarto de estar y rincón de lavado. El objetivo es que el usuario sienta la residencia como su hogar. Para conseguir una calidez del espacio, se utilizarán luces indirectas, rincones de estar, cortinas, cojines, lámparas, y se permitirá a los residentes decorar su habitación con elementos personales.
Además de estos requisitos estructurales y decorativos, el centro deberá ajustarse a unos criterios organizativos. El más importante de ellos es que las personas mayores que residan en una unidad de convivencia contarán con un profesional de referencia, que se encargará de desarrollar el plan de vida de la persona asignada, le prestará una atención directa y estable, y hará un seguimiento individualizado de sus rutinas y cuidados. Este profesional elaborará un documento en el que se reflejen los acontecimientos más importantes de la vida del usuario, sus capacidades, sus ilusiones, sus relaciones, a modo de historia de vida. Y, además, diseñará otro documento en el que plasmará el proyecto de vida del residente: sus metas, sus sueños, gustos, intereses, así como los recursos y apoyos que necesita para conseguir sus objetivos. Será, además, el encargado de mantener informados a los familiares y propiciar que éstas participen y colaboren en la atención a la persona mayor.
La atención será personalizada y buscará la máxima autonomía del mayor, quien podrá elegir los horarios o qué actividad prefiere realizar, en consonancia con sus gustos o el estilo de vida que llevaba hasta el momento de entrar en el centro.
Siguiendo los pasos de “Los Rosales”
Todos estos criterios estructurales y organizativos, establecidos por la Consejería de Familia, son los que regirán el funcionamiento de las unidades de convivencia de las 43 residencias de personas mayores de Castilla y León que ya están realizando adaptaciones estructurales y de funcionamiento para acomodarse a esta nueva forma de entender las residencias. Estos 43 centros siguen así los pasos de la residencia pública “Los Royales”, ubicada en Soria, que lleva desde el pasado enero pilotando el modelo y que ha ampliado de dos a cuatro el número de unidades de convivencia que oferta a sus residentes.
Las razones del nuevo modelo
La Consejería de Familia ha apostado por dar un giro a la atención residencial con la creación de unidades de convivencia en las residencias, tras comprobar que existe un nuevo perfil de persona mayor que demanda un modelo de centro que huya del carácter hospitalario habitual, que se aproxime más a un verdadero hogar y donde cuente con un profesional de referencia. Pero, además, ha apostado por adaptar estructural y funcionalmente los centros a las nuevas demandas, tratando de que esas residencias proporcionen a las personas mayores de la zona que deseen permanecer en su domicilio toda clase de servicios de atención profesional, como ayuda a domicilio, centro de día, centro de noche, servicio de comedor, de catering o lavandería.
Con este cambio de enfoque, la Consejería pretende potenciar los servicios profesionales de calidad, en cumplimiento de los acuerdos alcanzados a finales de julio con el sector y con Diálogo Social. Asimismo, favorecer la sostenibilidad de la red residencial, especialmente en el medio rural, y garantizar la viabilidad económica actual y futura del sistema de Servicios Sociales, que cuenta con un 88,2% de las plazas ocupadas por personas mayores dependientes financiadas públicamente y que presta cinco millones de horas de ayuda a domicilio.
La Consejería pretende también, con este nuevo modelo, evitar la pérdida de puestos de trabajo de un sector que emplea en Castilla y León a 35.000 profesionales, de los que más de 19.300 están directamente relacionados con la atención a personas mayores.