‘Aunque algunos quieran tapar el sol con un dedo, nadie puede negar la evidencia de que cada vez hay más pobres en España’

Respuesta:No podíamos ignorar que cada día llegaban a nuestras puertas a pedirnos ayuda más y más personas, muchas de ellas cabezas de familia que hasta hace poco tiempo trabajaban y vivían normalmente, pagaban sus recibos e incluso podían pasar una semanita de vacaciones en la playa. Hoy algunas de ellas viven en un coche. Para ellos y para otras muchas personas hemos puesto en funcionamiento desde hace tres años una red de recursos sociales para aliviar los efectos de la pobreza en los niños y sus familias. Hablo de comedores sociales, apoyo escolar, formación, distribución de alimentos, leche maternizada, roperos, y otras ayudas familiares, sociales y materiales.
Pregunta: Cáritas cifró en 700.000 las familias sin ningún tipo de ingreso en España y el informe ha generado polémica porque el ministro Cristóbal Montoro salió públicamente a desmentir el dato. ¿Qué opinión le merece este asunto?
Respuesta:Aunque algunos lo nieguen y quieran tapar el sol con un dedo, nadie puede negar la evidencia, y menos los que la vemos de cerca cada día. Cada vez hay mas pobres en España y los españoles son cada vez más pobres. Los políticos a veces creo que no ven la realidad que tienen a su alrededor. Yo he invitado al ministro Montoro a que venga a uno de nuestros comedores sociales y vea lo que hay, que ponga cara a esos datos que, sin ninguna duda, existen. Aunque la pobreza no entiende de números. A muchas familias no les salen las cuentas. Es normal. Ni un premio Nobel de Economía sería capaz de mantener una familia con 500 euros de un subsidio.
Pregunta: Las ONG de acción social son hoy el sustento de muchas personas para satisfacer las necesidades más básicas. ¿Le parece que la labor que realizan está suficientemente reconocida por las administraciones públicas?
Respuesta:Los gobiernos deberían ver a las organizaciones sociales como colaboradores, como aliados y a veces como suplentes; no como opositores, ni como enemigos. Estoy convencido de que la única forma de salir de esto es estando todos juntos. La sociedad civil, las administraciones, las familias… y el Gobierno también. La sociedad española está dando el “do de pecho de la solidaridad” en estos tiempos difíciles. Los gobiernos deben ser estar a la altura de los ciudadanos.
Pregunta: El Gobierno prepara una reforma de la Ley de Subvenciones que genera incertidumbre y preocupación entre numerosas entidades del Tercer Sector. ¿Ha podido leer el anteproyecto? ¿Cuál es su postura al respecto de esta reforma?
Respuesta:He leído algo de eso, pero esperemos a que efectivamente se apruebe. Lo que los gobiernos no pueden hacer, y menos en estos momentos, es escatimar, poner artimañas legales para justificarse. España dedica menos de la mitad de la media europea a la lucha contra la exclusión social, mientras esta crece, y el país se empobrece. En un momento como el presente las coberturas sociales deberían aumentar, no ser percibidas como en amenaza constante de recorte.
Pregunta: Ante el envejecimiento, Mensajeros de la Paz creó la Asociación Edad Dorada para atender las necesidades sociales de los mayores. ¿Cuáles diría que son esas necesidades del colectivo que requieren de una atención prioritaria?
Respuesta:Los mayores necesitan reconocimiento y justicia. De todos: de la sociedad, de las familias y de los gobiernos. Faltan plazas de residencia, ayudas a la dependencia, falta que aquellos que han pasado toda su vida trabajando descansen sus últimos años desahogados y felices. Respecto a la crisis, los mayores son nuevamente los grandes olvidados. Ellos, con su generosidad, están manteniendo con su “pensioncita” a hijos y nietos; cuando deberían estar tranquilos, se ven agobiados manteniendo a dos o tres familias. Eso no puede ser.
Pregunta: Combatir la soledad de los mayores es uno de los objetivos de su organización y para ello han puesto en marcha el Teléfono Dorado. ¿Cómo funciona y qué acogida ha tenido en estos años?
Respuesta:El Teléfono Dorado fue, y sigue siendo, yo diría que todo un fenómeno en lo social. En sus casi 20 años de funcionamiento ha tenido más de 20 millones de llamadas de personas que se sienten solas, que buscan una voz amiga con quien compartir la pena o la alegría del día, el dolor de los achaques o una receta para hacer el pollo. Y quizá lo más hermoso de todo es que sólo funciona con voluntarios. Basta con marcar el 900 22 22 23, una línea de llamada gratuita para encontrar el consuelo y la amistad de una voz amiga. Eso es algo que muchos mayores siguen necesitando cada día. Creo que se puede vivir con muy poco, y los mayores españoles saben muy bien de austeridad y de apretarse el cinturón, pero no se puede vivir sin cariño, sin saber que eres importante para alguien, sin querer ni sentirse querido y apreciado.
Pregunta: Mensajeros de la Paz se nutre de voluntarios y, precisamente, el colectivo senior suele ser muy activo y comprometido en cuestiones de voluntariado, ¿qué papel representan los voluntarios mayores en el seno de su organización?
Respuesta:Las personas mayores son una “mina” para las ONG. Son un voluntariado valiosísimo. Ponen su conocimiento, su experiencia y su buen corazón. Y además son infatigables, tienen una capacidad de entrega y un entusiasmo que para sí lo quieran los jóvenes. En eso como en tantas otras cosas, los mayores no paran de darnos ejemplo y lecciones. Para Mensajeros de la Paz es un orgullo y un honor tener tantos y tan buenos voluntarios mayores.
Pregunta: ¿Qué proyectos guiarán a Mensajeros de la Paz en el futuro? ¿Tienen previsto abrir nuevas líneas de actuación o poner en marcha nuevos proyectos?
Respuesta:En nuestra ONG siempre nos hemos preocupado de estar ahí, donde y en lo que se necesita, de adaptarnos a las necesidades y los tiempos de los lugares donde trabajamos. El futuro de nuestra actividad es seguir estando ahí, para aliar necesidades, trabajar por la justicia y seguir canalizando ayuda y solidaridad. Donde sea y como sea, de la forma y en el lugar que cada momento requiera. Eso es lo que quiero para los próximos 50 años de Mensajeros de la Paz, o para el tiempo que Dios y los hombres nos destinen.