‘La dimensión económica de la tercera edad. Algunas evidencias y reflexiones’
El apartado destinado a pensiones en España es de 120.000 millones de euros, aproximadamente el 12% del valor de todos los bienes y servicios generados por el sistema económico global. Ciertamente, se trata de una cifra impresionante.
Si se repartiera el importe de las pensiones entre la población perteneciente a la tercera edad, 7.840.000 personas en 2015, cada mayor recibiría 15.306 euros anuales, lo que equivaldría a 1.276 euros por persona al mes.
El salario medio actual en España es de 22.697 euros anuales. Esto significa que esa hipotética pensión representaría el 67,43% del salario medio. Si retrocedemos al año 2000, los ingresos netos por hogar de los mayores, por todos los conceptos, representaban el 53,27% de los obtenidos por los consumidores no pertenecientes a este grupo.
A partir de las cuotas de mercado de gasto en bienes y servicios realizado por los mayores en términos globales es de unos 65.000 millones de euros anuales en 2015. Resulta muy llamativo que el gasto en alimentación ascienda a unos 13.500 millones de euros, el vestido a casi 14.000 millones, los transportes unos 6.000 millones y el gasto en hoteles 4.100 millones. Estos gastos, anuales, superan las ayudas que se dieron para rescatar el sistema bancario español en 2012.
En España aproximadamente la mitad de las madres deja a los niños al cuidado de los abuelos cuando se encuentran enfermos o se prolonga la jornada laboral. En España viven 4.700.000 niños menores de diez años. Un cálculo rápido sobre el valor económico que representaría cuidarlos diez horas al mes durante un año a razón de diez euros la hora, retribución habitual de un cuidador, representaría 5.640 millones de euros al año. Este es el valor económico de su trabajo y atención.
También debería añadirse la valoración económica por los trabajos de voluntariado en cualquier sector, que realiza la tercera edad en España. El número de voluntarios existente en España es de unos 3.000.000, de los cuales un 19% pertenece a la tercera edad, y dedican un mínimo de cuatro horas semanales. Si se valora la hora dedicada, la aportación de la tercera edad en términos monetarios, también a diez euros la hora, sería de unos 1.250 millones de euros como mínimo.
La pregunta pertinente es por qué un mercado con unos comportamientos tan característicos, que se muestra tan fiel a establecimientos y marcas, no ha merecido mayor atención por parte de los productores de bienes y servicios. Posee un potencial de compra que se acerca rápidamente a la media del mercado, a medio plazo sus ingresos podría superar los salarios promedio y su tamaño lo convierte en el mayor segmento de mercado, que además crece. Las empresas no deberían pasarlo por alto. Atendiéndolo se genera satisfacción en los consumidores mayores, que es perfectamente compatible en términos económicos y éticos con la obtención de beneficios. ¿A qué esperan?