Incertidumbre ante un copago que podría aumentar hasta en un 50%

Al respecto, De Martí defiende que si se crea “un sistema de copago en el que quienes tengan capacidad económica suficiente se puedan hacer cargo de una parte importante del coste y los que no la tengan, cuasi gratuitamente, es posible que se produzca un ahorro”. Por su parte, Vilaplana explica que “habría que tener datos sobre la capacidad económica de los beneficiarios para poder analizar el impacto del nuevo copago y de sus posibles modificaciones, unos datos que el sistema de información del Saad no ofrece” por lo que la profesora de la UM espera que “antes de fijar nuevos umbrales, se tengan en cuenta las proyecciones económicas a corto plazo, y en especial, las expectativas de revalorización de las pensiones”.
Jaime-Esteban García cree que aumentar el copago, en las cifras que se plantean, “significa la expulsión directa de miles de usuarios del sistema, dadas las circunstancias de penuria económica que se viven en muchos hogares”. ¿Repercutirá esto en una “huida de las residencias”? El director de Inforesidencias admite que es una incógnita, pero apuesta por que no sucederá ya que “durante la crisis los precios de las residencias no han crecido, o incluso han bajado, por lo que supongo que, incluso si el copago sube, las familias preferirán que su ser querido reciba una atención de calidad”.
A su vez, recuerda José Manuel Ramírez, “el aumento del copago supone la aplicación de mayores descuentos a la cantidad que perciben las personas con prestaciones económicas por cuidados familiares”, ya que éste no se aplica sólo a los servicios sino a todas las prestaciones vinculadas al Saad.