El importante papel del movimiento asociativo
La pregunta radica en si estos centros específicos para mayores LGTB son la única opción que tiene el colectivo para poder expresarse libremente en un ambiente tolerante en el que no se sienta aislado y juzgado por el resto de usuarios. Es decir, ¿realmente existe discriminación en los que podrían denominarse centros tradicionales?
A las preguntas de Entre Mayores, dos importantes grupos residenciales coinciden en afirmar que “no existe ningún protocolo, ni cláusula, ni tratamiento especial que impida que los mayores mantengan relaciones afectivas, sean heterosexuales u homosexuales”. Además, añaden que “el hecho de exponer su condición sexual al resto de residentes o trabajadores del centro forma parte de la libertad de la persona y de su vida privada, es decir, de querer decirlo, o no. Y en ese sentido, desde el centro se mantiene el máximo respeto”.
Por lo tanto, más que una discriminación por parte de las empresas, se trata de una cuestión de tolerancia en el conjunto de la sociedad. En este término juega un papel esencial el movimiento asociativo, que es el mayor abanderado de esta visibilidad.
Cogam cuenta, desde hace dos años y medio, con un grupo de 40 mayores que realizan actividades culturales e intentan enseñar a los miembros del grupo a cómo acceder a redes sociales y a relacionarse. “Se podría decir que es un grupo de ayuda mutua. El siguiente paso es crear un grupo en el que comencemos a integrar a los mayores LGTB en todas las estructuras de nuestro colectivo”, destaca Miguel Ángel González, presidente de la entidad madrileña.
A las preguntas de Entre Mayores, dos importantes grupos residenciales coinciden en afirmar que “no existe ningún protocolo, ni cláusula, ni tratamiento especial que impida que los mayores mantengan relaciones afectivas, sean heterosexuales u homosexuales”. Además, añaden que “el hecho de exponer su condición sexual al resto de residentes o trabajadores del centro forma parte de la libertad de la persona y de su vida privada, es decir, de querer decirlo, o no. Y en ese sentido, desde el centro se mantiene el máximo respeto”.
Por lo tanto, más que una discriminación por parte de las empresas, se trata de una cuestión de tolerancia en el conjunto de la sociedad. En este término juega un papel esencial el movimiento asociativo, que es el mayor abanderado de esta visibilidad.
Cogam cuenta, desde hace dos años y medio, con un grupo de 40 mayores que realizan actividades culturales e intentan enseñar a los miembros del grupo a cómo acceder a redes sociales y a relacionarse. “Se podría decir que es un grupo de ayuda mutua. El siguiente paso es crear un grupo en el que comencemos a integrar a los mayores LGTB en todas las estructuras de nuestro colectivo”, destaca Miguel Ángel González, presidente de la entidad madrileña.