Pregunta.- ¿Qué principales conclusiones destacaría tras la celebración de la Segunda Reunión de Expertos para el Seguimiento de la Carta de San José sobre los derechos de las personas mayores?

Respuesta.- En la reunión participaron 200 personas provenientes de distintos países de la región. Todos coincidieron en valorar el aporte de la Cepal en la promoción y protección de los derechos y la dignidad de las personas mayores.
Hemos secundado iniciativas que ahora son una realidad, tal como ocurre con la creación de un procedimiento especial sobre el tema en el Consejo de Derechos Humanos en 2013 y la aprobación de la Convención Interamericana sobre la protección de los derechos humanos de las personas mayores de 2015.
El trabajo de la Cepal en este tema se refuerza con ambos logros, que nacieron por el compromiso de los países de la región con la Declaración de Brasilia de 2007 y la Carta de San José sobre los derechos de las personas mayores de 2012.
La próxima Conferencia Regional Intergubernamental sobre envejecimiento será una ocasión para reforzar estos acuerdos. 

P.- Uno de los pilares sobre los que se trabajaron en este encuentro fue analizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Qué medidas han concluido que deberían ser desarrolladas dirigidas al colectivo de personas mayores?

R.- La Cepal considera que el consenso en torno a la Agenda 2030 expresa la necesidad de avanzar hacia objetivos que apunten a una mayor igualdad. Las Naciones Unidas han insistido en que en el logro de los ODS todos cuentan, y no podemos dejar a nadie atrás.
Durante la reunión de expertos, se reafirmó esta posición y los participantes manifestaron un genuino interés por incorporar a las personas mayores en el logro de esta ambiciosa Agenda. Se hizo un llamado a valorar su contribución en la sociedad, particularmente, en la erradicación de la pobreza y su aporte al cuidado de niños y personas con dependencia.
De igual manera se hizo evidente la necesidad de ampliar la producción y análisis de datos desagregados por edad, incluyendo el grupo de 60 años y más.
En nuestra región y el mundo solo hay datos desagregados por edad para indicadores básicos. La medición del cumplimiento de los ODS es una oportunidad para generar información que visibilice a las personas mayores, sus aportes y sus derechos humanos.

P.- ¿Cómo avanza la Convención Interamericana sobre la protección de los derechos humanos de las personas mayores? ¿En qué punto se encuentra?

R.- Desde la aprobación de la Convención en junio de 2015, varios países están trabajando a favor de su ratificación. Argentina, Bolivia, Brasil y Chile ya firmaron la Convención, lo que expresa su intención de adoptar medidas para obligarse por el tratado en una fecha posterior. Ahora corresponde que los parlamentos de cada uno de estos países ratifiquen el instrumento.
Costa Rica y Uruguay ya ratificaron la Convención. Este último país hizo el depósito en la OEA en las últimas semanas, lo que le habilita para ejercer la Presidencia de los Estados parte, una vez que el instrumento haya sido ratificado por diez países.

P.- Durante esta reunión han marcado los objetivos que serán revisados en la Cuarta Conferencia Regional que se desarrollará en 2017. ¿Qué considera prioritario en este ámbito?

R.- Estamos trabajando de manera coordinada con Paraguay, en su calidad de anfitrión de la Cuarta Conferencia, para definir los temas a desarrollar durante la reunión, tomando en consideración los resultados de la pasada Reunión de Expertos, así como la resolución 70/164 “Medidas para mejorar la promoción y protección de los derechos humanos y la dignidad de las personas de edad”, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 2015.
Una de las materias que sugirieron los especialistas es, por ejemplo, la discriminación por edad y múltiple que opera en contra de la inclusión económica, social y política de las personas mayores. Este es un tema amplio que nos exige hacernos cargo de la diversidad al interior de la población adulta mayor y dar visibilidad, entre otros grupos, a las mujeres y los ancianos indígenas.