Soy dermatólogo y me dedico a tratar enfermedades de la piel como el cáncer de piel, pero también realizo técnicas de dermatología estética, es decir, intento ayudar a los pacientes a verse de la edad de la que se sienten, utilizando los avances de la dermatología moderna. Por mi profesión, y por mi edad, me interesa mucho el mundo del “buen envejecer”. Es un área fascinante, y cada vez hay más estudios y publicaciones que tratan sobre cómo prevenir el envejecimiento, aunque también es cierto que existe mucho “humo”, e incluso los gurús del antienvejecimiento envejecen.
Gandhi recomendaba lo siguiente: “Vive como su fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir siempre”. Me encantan las personas que no paran de aprender, incluso en la edad madura. Cuando un paciente me pide consejo sobre qué puede hacer para ralentizar su envejecimiento, mi respuesta siempre se basa en lo que realmente ha demostrado la ciencia: una buena dieta, mantener una actividad física, cuidar las conexiones mente/cuerpo, potenciar las relaciones personales con los demás, manejar bien el estrés, el peso adecuado y alimentar, adecuadamente, nuestro espíritu. El refranero español lo resume perfectamente: “Poco plato, mucho trato y mucho zapato”.
Picasso decía que “el camino de la juventud lleva toda una vida”. A pesar de esta bonita cita parece cierto que el envejecimiento es un fenómeno complejo que afecta a todos los seres vivos, y aunque es inevitable, podemos realizar acciones concretas para promover un envejecimiento saludable. A continuación, comparto cinco consejos clave respaldados por la ciencia para ralentizar el envejecimiento y mejorar la calidad de vida en ese “veranillo de la vida” que la medicina moderna nos ha permitido vivir de más.
1. Ejercicio intenso para activar los genes de la longevidad. Una de las formas más efectivas, y más baratas, de promover un envejecimiento saludable es a través del ejercicio físico regular e intenso. Diversos estudios confirman la importancia del ejercicio no solo para mantener una buena forma física, sino también para activar los genes de la longevidad. Los telómeros, que actúan como protectores de nuestros cromosomas, tienden a ser más largos en las personas que realizan actividad física de manera regular. Este fenómeno contribuye a una vida celular más prolongada y, por ende, a un envejecimiento más lento. Es crucial señalar que el ejercicio debe ser intenso para obtener estos beneficios; simples paseos diarios no son suficientes para activar los genes relacionados con la longevidad.
2. Restricción calórica y ayuno intermitente. Comer menos cantidad y con menos frecuencia emerge como otra estrategia efectiva para ralentizar el envejecimiento, activan los genes de la longevidad si no se cae en la malnutrición. Estas prácticas dietéticas no solo ayudan a controlar el peso, sino que también mejoran la salud metabólica y reducen el riesgo de enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento.
3. Importancia de una dieta saludable. Una dieta equilibrada, rica en antioxidantes, frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales, y pobre en azúcares, sal, carnes rojas y alimentos procesados, es fundamental para un envejecimiento saludable. Sustituir las proteínas animales por opciones más saludables puede disminuir significativamente la mortalidad.
4. La exposición controlada al frío ha demostrado ser otra vía para activar los genes de la longevidad. Las bajas temperaturas estimulan la producción de sirtuinas, moléculas que favorecen la generación de grasa parda, un tipo de tejido adiposo asociado con una mayor longevidad. Aunque aún se estudia cómo utilizar el frío de manera segura para este propósito, los hallazgos preliminares son prometedores.
5. Suplementos y fármacos. Finalmente, moléculas como la rapamicina, el resveratrol y la metformina, que simulan los efectos de la restricción calórica, han mostrado potencial para reducir la incidencia de cáncer, demencia, depresión y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es importante considerar las palabras de Carlos López Otín, investigador español en envejecimiento saludable, quien advierte sobre las expectativas exageradas en torno a estos productos y recomienda enfoques más holísticos y probados para el envejecimiento saludable, como el control del peso, evitar el tabaco y el alcohol, mantener un equilibrio emocional y seguir horarios regulares para las actividades diarias.
En conclusión, mientras que la ciencia continúa explorando y descubriendo nuevos métodos y protocolos para ralentizar el envejecimiento, no olvidemos lo que decía Pitágoras: “Una buen a ancianidad es la recompensa de una buena vida”.