SECRETARIO DE LA RED INTERNACIONAL DE ADULTOS MAYORES PREVENTORES (RIAMP)
Javier Martín Nieto: “La principal característica de la RIAMP es la de centrarnos en el papel de los mayores como agentes de salud orientados a la prevención”

PREGUNTA.- Parece un tabú, hay pocas referencias a las adicciones en las personas mayores. ¿Por qué cree que pasa esto?
RESPUESTA.- Es cierto. Se insistió tanto durante décadas en el binomio juventud y drogas, que pudo dar la impresión de que solo existía consumo, o un comportamiento adictivo en esa época de la vida, pero es una impresión falsa. En España, la esperanza de vida es de unos 84 años. Tradicionalmente, las estadísticas sobre comportamientos adictivos se centraban entre los 16 y los 64 años, es decir, no disponíamos de datos sobre un tercio de la vida de las personas. Eso ha impedido hacer diagnósticos correctos. Recientemente se ha comenzado a recopilar datos de otras edades, pero aún nos falta información para conocer tendencias. Seguimos faltos de datos. No olvidemos que las políticas públicas se han hecho, y se siguen haciendo, desde la perspectiva política, y aunque se incluyen factores técnicos, estos no siempre marcan el rumbo, lo decimos en referencia a la inclusión de edades avanzadas en estadísticas y estudios.
P.- ¿Qué papel juega el entorno (familia, comunidad…) en la prevención y en la detección de esta situación? En este caso, ¿cómo deberían actuar?
R.- La principal característica de la Red Internacional de Adultos Mayores Preventores es la de centrarnos no en los problemas, los comportamientos adictivos, sino en las soluciones, es decir, el papel de las personas mayores como agentes de salud orientados a la prevención.
Creemos que las personas de mayor edad tienen un potencial enorme como agentes preventivos, ya sea en cuestiones de drogas o adicciones, como en otras, por ejemplo, la soledad no deseada, la violencia, la nutrición, la exclusión social, el estigma, la xenofobia o el racismo. A través de los programas intergeneracionales, tal y como señalan la ONU y la OMS, podemos desarrollar intervenciones de alto impacto orientadas a la prevención.
Las personas mayores se relacionan a través de la empatía y las emociones, y no a través de la información, y este es un factor comunicacional que tiene un potencial enorme en prevención.
Además, nuestros socios son de España, Argentina, Colombia, Panamá, Uruguay y Venezuela, y eso nos permite tener una mirada amplia, heterogénea y de mayor pluralidad.
P.- Hablando del entorno. Cuando la persona mayor está institucionalizada. Sería más difícil que esto pase o sería más fácil su detección…
R.- Eso depende. Hay entornos familiares que son preventivos y muy favorables para una vida sana y saludable, y otras que no lo son, incluso que son perjudiciales. Lo mismo puede decirse de las instituciones. Algunas son un entorno protector, y otras no. Lo importante es que la atención, en el ámbito familiar o en el institucional, esté centrada en la persona y que sea de calidad cuidando la calidez humana.
P.- Como ha dicho antes, faltan estudios más exhaustivos, pero la casuística de conductas adictivas, sí parece que es diferente en hombres que en mujeres, ¿a qué se podría atribuir?
R.- Las actuales personas mayores han vivido su infancia, su juventud, y su edad adulta, en un mundo muy diferente al actual, un mundo donde el patriarcado tenía una presencia mucho más intensa. Muchos de los derechos de las mujeres que hoy vemos con normalidad son muy recientes. Eso tiene implicaciones en todos los órdenes de la vida, también en el de los comportamientos adictivos. En la mayoría de las sustancias psicoactivas la prevalencia, entre las personas mayores, es superior entre los varones, con una salvedad, los psicofármacos, donde los porcentajes son mayores entre las mujeres.
P.- Finalmente, ¿qué recursos, programas u organismos existen que brinden ayuda a los mayores con algún problema de adicción? ¿Serían necesarios más o más adaptados a este colectivo?
R.- No creemos que deban existir recursos, programas u organismos específicos, sin rechazar que alguno pueda ser de interés. Lo ideal es incluir la perspectiva de edad en los existentes, y mejorar la formación de los profesionales. Hace años incluimos las perspectivas de género y de derechos humanos en los programas y recursos, aún estamos en ello. El siguiente paso es incluir la perspectiva de edad. Lo importante es no olvidar que la ciudadanía no tiene fecha de caducidad, y que no existe la sociedad por una parte y las personas mayores por otra. Todos, todas, somos sociedad, una parte de ella, y vivimos en comunidad.