Cristina Pérez: “Lo más gratificante de los talleres intergeneracionales es la relación que se establece entre ambos grupos”

Pregunta.- Hace más de 20 años que la Residencia Bouco Meco cuenta con una escuela infantil den sus instalaciones. ¿Cómo surgió esta iniciativa?
Respuesta.- La escuela infantil se concibió en un principio para que los trabajadores de Bouco Meco pudieran desarrollar su actividad profesional a la vez que tenían un lugar donde dejar a sus hijos. Después, poco a poco, se fue ampliando con la llegada de nuevos niños pertenecientes a otras familias del municipio y alrededores.
P.- ¿Qué características tiene esta escuela infantil actualmente?
R.- Es una escuela pionera a la hora de integrar en un mismo espacio físico a niños y a mayores. A lo largo del curso lectivo se realizan actividades conjuntas intergeneracionales, dos días a la semana.
P.- ¿En qué consisten los talleres intergeneracionales que se desarrollan en la residencia y con qué frecuencia se hacen?
R.- La relación entre pequeños y mayores es continua. Los mayores tienen un perfil concreto, suelen presentar cierto deterioro cognitivo, ya que son los mayores los que más se benefician de estos talleres. Los niños son un revulsivo para ellos y su estado de ánimo. Niños y mayores realizan actividades acorde con su edad y el estado cognitivo de los residentes. Solemos cantar canciones, hacemos bailes, pintamos, leemos cuentos,organizamos juegos como el paracaídas, etcétera.
P.- ¿Cuáles son los principales beneficios para las personas mayores que participan en actividades con niños?
Esta cita con los niños aporta a los mayores mucha alegría, les estimula en todos los sentidos. Les aporta beneficios tanto físicos como cognitivos. En las actividades más físicas, los niños hacen que se muevan para jugar con ellos. A nivel cognitivo, al presentar deterioro, suelen ser perfiles más apáticos, y las actividades con niños les activan. A los mayores les cambia la cara, expresas sus emociones. Los niños les ayudan a socializar y también fomenta su movilidad. Es una forma de ralentizar el deterioro.
P.- Y para los niños ¿Qué les aporta realizar talleres con personas mayores?
R.- Los niños aprenden convivencia, respeto y amor de y hacia las personas de más edad. Los integran en su vida desde muy pequeños y eso les influye en la formación de su personalidad y sus valores. Aprenden también a normalizar cómo nos hacemos mayores, el deterioro cognitivo, etcétera.
P.- ¿Podrías contarnos alguna anécdota bonita que se haya producido en estos intercambios lúdicos?
R.- Lo más gratificante de los talleres intergeneracionales es la relación que se establece entre ambos grupos. En varias ocasiones, los niños han generado una conexión tan cercana con las personas mayores que los identifican como sus propios abuelos ya que los encuentros son continuos entre ellos. Experimentan sentimientos como el amor incondicional y la admiración y eso es algo precioso.
P.- Qué nuevos talleres terapéuticos tenéis previsto poner en marcha en la residencia a corto o medio plazo?
R.- A corto plazo tenemos previsto poner en marcha un huerto terapéutico, permitiendo trabajar habilidades motoras, la responsabilidad compartida y el contacto con la naturaleza.