domingo, 17 noviembre 2024
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Hasta el 40% de la población mayor de 65 años convive con algún tipo de dolor crónico

Aunque el dolor es, habitualmente, un mecanismo de defensa, puede convertirse en una entidad patológica en sí misma. La SEN da un paso más allá y aborda el neuropatético, una aflicción subdiagnosticada y no tratada adecuadamente

En el Día Mundial contra el Dolor –celebrado a mediados de octubre– y según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más del 30% de la población sufre algún tipo de dolor en nuestro país, principalmente, personas entre los 45 y los 54 años de edad y, en un 60% de los casos son mujeres. Pero, además, un 18% de la población española sufre algún tipo de dolor crónico, es decir, padece dolor desde hace más de tres meses, y más de un 5% de la población lo sufre diariamente.

Como explica Alan Luis Juárez-Belaúnde, coordinador del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la Sociedad Española de Neurología (SEN), “el dolor es un sistema alarma que nos avisa de un daño actual o potencial y, por lo tanto, es un mecanismo de defensa. Pero ninguna persona está exenta de que el dolor se convierta en una entidad patológica en sí misma, convirtiéndose en lo que se denomina dolor crónico cuando se prolonga durante más de tres meses”. Juárez-Belaúnde añade, además, que “cada año, el dolor es el motivo del 40% de las consultas de pacientes en la atención primaria y, aproximadamente el 20% de estos pacientes, ya ha experimentado dolor durante más de seis meses”.

DOLOR NEUROPÁTICO

Diversos estudios realizados en Europa muestran que la prevalencia del dolor crónico oscila entre el 16 y el 31% de la población y que, en aproximadamente un 25% de los casos, este dolor crónico es de origen neuropático. Es decir, entre un 7% y un 8% de la población europea sufre dolor neuropático crónico. “El dolor neuropático es un tipo de dolor, generalmente crónico, que se produce por un daño o lesión del sistema nervioso periférico o central, que hace que se interpreten como dolorosos estímulos normales. Detrás del origen del dolor neuropático se encuentran una gran variedad de factores, como lesiones, infecciones, enfermedades o tratamientos médicos. Pero la diabetes y el dolor lumbar son las patologías que más frecuentemente se asocian con el mismo, así como las secuelas postraumáticas o postquirúrgicas. Aunque algunas personas también pueden desarrollar la misma clínica de dolor neuropático sin una causa aparente, denominado como dolor crónico primario y enmarcando dentro de la fisiopatología del síndrome de sensibilización central”, explica el doctor Juárez-Belaúnde. “Y lo que diferencia este dolor de otros dolores crónicos es su fuerte intensidad, la repercusión que tiene en la calidad de vida de los pacientes y la dificultad de su tratamiento”, especifica.

En España, y según datos de la SEN, el dolor neuropático afecta a más de tres millones de personas y cada año se producen alrededor de 400.000 nuevos casos, siendo más frecuente en mayores de 55 años y en mujeres (57% de los pacientes). Cuando este dolor aparece, los pacientes lo experimentan durante tiempo prolongado, y, con los tratamientos actuales, menos del 60% de los pacientes logran un adecuado alivio del dolor. “El dolor neuropático tiene una intensidad superior al de otros tipos de dolor y, en el 60% de los casos, se localiza en una parte concreta del cuerpo, como por ejemplo, un brazo o una pierna, aunque en muchos casos también puede afectar a varias zonas”, comenta Juárez-Belaúnde. “Pero, a pesar de que se trata de una enfermedad que afecta significativamente a la calidad de vida de las personas que lo sufren, y así lo afirman casi la totalidad de los pacientes, y que suele estar asociado a otras patologías, como trastornos del sueño, fatiga, ansiedad y depresión, se trata de un dolor generalmente subdiagnosticado y, por tanto, no tratado adecuadamente”.

UN MEJOR ACCESO A EQUIPOS TRANSDISCIPLINARES MEJORARÍA EL TRATAMIENTO

La depresión, ansiedad, fatiga y trastornos del sueño, considerados ya fundamentales para nuestra salud, son significativamente más prevalentes en pacientes con dolor neuropático comparado con otros tipos de dolor: el 60% padece trastornos del sueño, el 42% fatiga, el 34% depresión y el 25% ansiedad.

Además, el 41% dice haber sufrido dolor durante más de cinco años, el 40% que refiere haber recibido atención para ello indica que no están satisfechos, el 65% ha tenido que restringir sus actividades diarias y el 82% considera que este dolor ha tenido un impacto significativo en su calidad de vida. “Una evaluación correcta de cada paciente y un diagnóstico adecuado son fundamentales para intentar mejorar el manejo del dolor neuropático. Identificar correctamente este dolor puede no resultar sencillo, ya que es muy común que coexista con otras molestias, pero es necesario mejorar el diagnóstico tanto del dolor neuropático en sí, como de las comorbilidades asociadas para que, tratado de manera temprana e integral, se pueda mejorar la calidad de vida de los pacientes”, señala Juárez-Belaúnde.

“Y aunque es verdad que aún se necesitan fármacos más eficaces a largo plazo, es importante poder ofrecer a los pacientes acceso a equipos transdisciplinares, porque consiguen mejorar las posibilidades de tratamiento, así como facilitar que los pacientes lleven a cabo medidas no farmacológicas, que deben ser consideradas de forma individualizada para cada paciente”, concluye.

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