domingo, 17 noviembre 2024
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El sector urge la necesidad de comprometerse para reducir el edadismo y fomentar el envejecimiento activo

En el marco del III Foro de Envejecimiento de la Fundación Edad&Vida, se expone que una de cada dos personas es edadista a nivel mundial, y en España, el 52%de las personas considera que esta discriminación no existe o no es un problema grave

El III Foro de Envejecimiento, organizado por la Fundación Edad&Vida, inició la segunda de sus tres jornadas bajo el tema ‘Retos del Siglo XXI’. Esta jornada abordó de manera integral los desafíos asociados al envejecimiento en el contexto actual, explorando desde la inclusión y la igualdad hasta el papel de la tecnología y la vida en entornos rurales.

El evento contó con la participación de, Josep Parareda, director de acción social de CaixaBank, quien destacó el compromiso de la entidad con la acción social a través de su Fundación La Caixa, que reporta a la sociedad 600 millones cada año. En concreto los programas relacionados con la vejez van encaminados a mejorar la calidad de vida en esta etapa abordando la inversión en investigación, la soledad y la accesibilidad desde cualquier punto del territorio a la red de oficinas bancarias.

La jornada continuó con la charla inspiracional ‘Rompiendo Barreras: El Edadismo’ de Vânia de la Fuente Núñez, experta en envejecimiento saludable y edadismo. Durante su intervención acercó el término a la audiencia y destacó que “el edadismo es el cómputo de tres dimensiones: estereotipos (forma de pensar), prejuicios (forma de sentir) y discriminación (forma de actuar)”, y señaló que “las experiencias de edadismo impactan en dos etapas de la vida: la juventud y la vejez”.

De la Fuente subrayó que el edadismo genera barreras significativas en diversas áreas de la sociedad, como el ámbito laboral, sanitario y social. En España, la discriminación por edad es el principal factor de acoso y distinción en el entorno laboral. Los datos arrojan que, a finales de 2023, el 30% de los parados en España eran mayores de 50 años, y más del 60% de las personas considera que superar los 55 años supone una desventaja para encontrar trabajo. En el ámbito sanitario, el edadismo afecta desde el diagnóstico hasta el acceso a tratamientos, normalizando problemas graves como la depresión y el suicidio en personas mayores de 75, quienes presentan las tasas más altas de intento de suicidio en nuestro país. Además, se excluye a los mayores de los ensayos clínicos, a pesar de que muchos de estos estudios se centran en enfermedades prevalentes en la vejez. Socialmente, el envejecimiento está vinculado a una mayor mortalidad, deterioro cognitivo y problemas de salud física y mental, lo que subraya la necesidad urgente de “abordar el edadismo como un problema de salud pública y derechos humanos” señaló la experta.

Para combatir estas formas de discriminación, el Informe Mundial contra el Edadismo de la ONU propone tres estrategias clave. La primera es la implementación de políticas y leyes que prohíban la discriminación por edad, un área en la que se ha logrado un avance notable: el número de países con normativas contra el edadismo ha aumentado de 87 en 2018 a 105 en 2023.

A nivel global, también se aboga por una Convención de la ONU que proteja los derechos de las personas mayores, un documento legalmente vinculante que actualmente solo existe en dos regiones: la Unión Africana y la Interamericana. A nivel nacional, la Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación, incluye por primera vez la prohibición del edadismo, aunque su implementación aún enfrenta desafíos. Además, se destaca la importancia de las iniciativas locales, así como las estrategias educativas orientadas a fomentar la empatía y combatir los estereotipos. A lo que se suman las intervenciones intergeneracionales, que han demostrado ser efectivas para reducir los prejuicios. Finalmente, se subraya la necesidad de estrategias a nivel individual para cuestionar y combatir el edadismo.

Seguidamente, tuvo lugar la mesa redonda ‘Personas mayores y tecnología: ¿Estamos seguros?’ donde se discutieron las barreras que enfrenta la población sénior en el ámbito tecnológico y laboral. Moderada por Silvia Movellan, jefa de Acción Social y Voluntariado de Fundación Telefónica, en ella participaron Millán I. Berzosa, Senior Digital Strategy y experto en transformación digital, estrategia y desarrollo de negocio, Jordi Sánchez Navarro gerente en Seguridad Operativa y Fraude en CaixaBank y Paulino Moreno asesor senior de Secot Monitor TIC y digitalización en Fundación Cibervoluntarios.

La mesa redonda exploró las tendencias tecnológicas y su impacto en la ciudadanía, con especial atención a las necesidades digitales de las personas mayores. Moreno destacó cómo la pandemia de Covid-19 marcó un punto de inflexión en la relación de los mayores con la tecnología subrayando “la tecnología genera miedo y preocupación en este colectivo, y es necesario cambiar esa percepción, haciendo que la vean como una herramienta” y abogó por interfaces más sencillas que se adapten a este colectivo. Sánchez señaló la importancia de “aplicar sentido común y de no caer en la exigencia de respuestas inmediatas”, algo que está detrás de muchas estafas digitales. Resaltó iniciativas de CaixaBank para este sector, como los gestores senior y la simplificación de aplicaciones. Finalmente, Berzosa enfatizó “existe un margen de mejora en los productos digitales, ya que no están pensados para todos los públicos” y apostó por promover un lenguaje simplificado para mejorar la comunicación y facilitar el entendimiento entre generaciones.

Seguidamente, los asistentes pudieron asistir a la segunda mesa redonda de la jornada A la Vejez Vitales, moderada por Juan López-Ibor, patrono Fundación López Ibor y experto en el sector de sanidad, salud mental, mayores y bienestar. Durante su introducción, se enfatizó la importancia de mantenerse activo y cuidar de la salud tanto física como mental, destacando que “el 30% de los mayores tienen algún problema de salud mental” y abogó por estrategias para mejorar el bienestar emocional, combatiendo problemas comunes como la soledad y la depresión. En este contexto, Sabina Camacho, expresidenta de Ceoma, subrayó la necesidad de “crear espacios intergeneracionales que fomenten la interacción y el aprendizaje mutuo”, promoviendo la participación activa de los mayores en la sociedad. Por su parte, Elisabet Faus directora de la Red Solidaria de Acción Social de CaixaBank. agregó que existen programas específicos para la inclusión financiera y el desarrollo de iniciativas que incentivan la vida activa de las personas mayores, incluyendo talleres y actividades de voluntariado en áreas como la educación y el medio ambiente. También destacó “el valioso compromiso de los exempleados”, quienes contribuyen como voluntarios y directores en programas estratégicos, aportando experiencia y dedicación.

Para terminar el evento, se celebró la mesa redonda ‘Envejecer en el Entorno Rural: Un Proyecto Alternativo’, moderada por María José Abraham, directora de la Fundación Edad&Vida. Este encuentro reunió a un panel de expertos en el que participaron Iñaki García, investigador del CSIC que lidera el proyecto RURAL3D; Esther Garzón, de Fadermur; y Inma Ruiz, presidenta de UDP y Josep Martínez, director de Agrobank.

Ruiz abrió la discusión afirmando que es fundamental “no ser invisibles “. En su intervención señaló las necesidades de los mayores en entornos rurales, destacando la importancia de reducir la brecha digital y sanitaria, prevenir la soledad y garantizar el acceso a servicios públicos y cuidados a largo plazo. Iñigo García presentó el Proyecto Rural 3D del CSIC “diseñado para evaluar económica y socialmente si la impresión 3D puede ofrecer a los jóvenes una alternativa de empleo a la agricultura o los servicios”, buscando atraerlos a estos entornos ya que “los jóvenes ya no ven volver al pueblo como un fracaso”.

Teresa López, de Fademur, subrayó la importancia de “apoyar a las mujeres en el entorno rural para evitar la masculinización y despoblación de los pueblos”. Enfatizó que las mujeres rurales enfrentan desafíos añadidos, como la falta de transporte, infraestructuras, servicios sanitarios y dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, además de la violencia de género. Destacó que el tiempo que dedican a trabajos no remunerados casi duplica al de los hombres en estas áreas. Además, presentó iniciativas de Fademur, uno de ocio para mayores y la lanzadera de emprendedoras rurales Ruralactivity, que ha apoyado 489 proyectos en toda España. Josep por su parte explicó que “es necesario fomentar el relevo generacional, pero para ello es necesario un tejido empresarial que haga atractivo el campo” y destacó el papel de la mujer para fijar población lo que implica una red de servicios.

El evento terminó con la intervención de Patricia Rodríguez Calleja, portavoz del PP en el Senado, quien resaltó la importancia de que cualquier política relativa a este colectivo parta de una escucha activa a los mayores.

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