Se acercan las fiestas navideñas y, con ellas, los momentos de celebración con los seres más estimados. Las reuniones familiares y el tradicional intercambio de regalos son una buena oportunidad para hacer partícipes a las personas afectadas y reforzar los vínculos con su entorno, a pesar de parezca que ya no sea del todo consciente. Pero, ¿qué regalo es lo más adecuado para una persona con Alzheimer? Para intentar facilitar esta tarea, la Fundación Pasqual Maragall ha elaborado un listado de recomendaciones y sugerencias a tener en cuenta a la hora de elegir un regalo para una persona afectada por esta enfermedad.
Hay que tener presente que no siempre es necesario buscar un regalo que esté adaptado a la condición de la persona afectada. Regalos comunes, como unas zapatillas, una bata, un fular o un complemento también pueden ser adecuados si, antes de escogerlos, nos planteamos las posibles dificultades con que la persona puede encontrarse al utilizarlos. Por ejemplo, eligiendo zapatos que se puedan sacar y poner con facilidad potenciaremos su autonomía a la hora de vestirse.
Si se piensa en objetos más específicos y particularmente adecuados por personas con esta enfermedad, la fundación recomienda optar por regalos que sean significativos para ellas, es decir, que evoquen recuerdos o vivencias o bien personalizarlos según sus preferencias o aficiones. Pueden ser, por ejemplo, regalos que incluyan fotografías, música o algún capricho por el paladar, como una caja de bombones o galletas.
Otra posibilidad es hacer un regalo que favorezca la estimulación cognitiva, siempre de manera adaptada a cada fase de la enfermedad y ajustada a las capacidades que la persona todavía preserva. “Esto es importante puesto que, desgraciadamente, las capacidades perdidas debido a Alzheimer no son recuperables y pretender su mejora mediante técnicas de estimulación, o por insistencia, puede generar frustración, tanto a la persona afectada como las del suyo cercando”, explica la doctora Muñeca Gramunt, neuropsicóloga de la Fundación Pasqual Maragall.
FASE LEVE
Teniendo en cuenta el anterior, esta entidad propone algunos ejemplos de regalos adaptados a las diferentes fases de la enfermedad. Cuando este se encuentra en fase leve:
-Si el enfermo es aficionado a la lectura, se le pueden regalar libros de temas que le interesen, sin que la trama sea excesivamente compleja. Si le gusta la música, se puede valorar regalarle algún dispositivo de mp3 de uso fácil donde se incluyan canciones de su época. También es una buena opción una cámara de fotos sencilla, materiales para pintar o útiles de costura que los permitan mantener por más tiempo sus aficiones.
-Regalar experiencias, como salidas culturales o actividades de ocio, pueden ser una buena idea en esta fase temprana. Podemos preguntar, por ejemplo, en museos o centros culturales de nuestra localidad, si disponen de programas adaptados.
-Los objetos prácticos por el día a día son una buena opción para regalar por Navidad, como un móvil adaptado para un uso más sencillo que potencie su autonomía y autoestima. El mismo sucede con una tableta electrónica, si la persona está habituada a su uso, o con un reloj grande donde se distinga la fecha y la hora con facilidad.
-Los clásicos juegos de mesa estimulan las capacidades cognitivas y favorecen las relaciones familiares, incluidas las intergeneracionales cuando se impliquen en el juego, por ejemplo, sus hijos y nietos. Hace falta pero adaptar las reglas del juego a las capacidades de la persona siempre que sea necesario.
-Una película clásica o un musical en DVD pueden ser una alternativa, tanto a la fase leve como moderada.
-Los objetos personalizados con fotografías familiares o de experiencias pasadas son otra opción por estas fiestas. Se pueden incorporar imágenes familiares en marcos, tazas, puzzles, almohadas y llaveros, entre otros. También se puede regalar un álbum o una libreta y animar a la persona que enganche fotografías, recuerdos u otros elementos.
FASE MODERADA
Si la persona está en la fase moderada de la enfermedad no es recomendable insistir en actividades que la persona afectada ya realiza con dificultad. “En fases moderadas de la enfermedad, por ejemplo, disminuye claramente la capacidad para utilizar aparatos nuevos o desconocidos” apunta la doctora Gramunt. En esta fase se reduce el espectro de posibilidades y es aconsejable simplificar los regalos y adaptarlos, cada vez más, a las capacidades de la persona:
-Si se opta por un juego de mesa, lo domino o el parchís se erigen como una buena opción. En ambos, se ejercitan varias habilidades como la atención y la concentración, la percepción visual, habilidades de cálculo y la memoria de trabajo. Se pueden adaptar las normas, por ejemplo en el parchís, jugando con dos fichas, en ninguna parte de cuatro, o contando debe de en ninguna parte de veinte o, si hace falta, contando en voz alta cuando se “come” una ficha.
-Si la persona tiene una mascota, se le puede hacer un regalo relacionado, como un collar, una correa o un juguete. Así se puede potenciar el vínculo afectivo y se favorece la realización de actividades con la mascota.
FASE AVANZADA
Cuando la enfermedad se encuentra en fase avanzada, el abanico de objetos se tiene que reducir a aquellos basados en estimulación sensorial, que tranquilicen la persona afectada y la hagan sentir a gusto. Algunos ejemplos son la colonia o el perfume que ha utilizado toda la vida, música vinculada a sus vivencias o una manta con tacto agradable.
"Tenemos que procurar aprovechar las oportunidades que estas fiestas nos ofrecen y enfocarlas con optimismo", dicen desde la Fundación Pasqual Maragall. “Envolver el regalo de forma cuidada, trasladar la emoción en el momento de abrirlo o hacer participar del momento a los más jóvenes de la familia, ayudará a mantener los vínculos de la persona afectada con su entorno” afirma la doctora Gramunt. Un dibujo o una manualidad hecha y entregada por un nieto u otro ser querido puede ser una de las mejores opciones. Y es que no se tiene que olvidar que el que convierte un regalo en algo significativo es la calidez y el aprecio con las que se hace.