jueves, 27 marzo 2025
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La vacunación, según los expertos, la mejor medida de prevención ante el virus de la gripe

Esta medida de salud pública es la herramienta más efectiva para evitar el contagio de esta enfermedad respiratoria, que cada año provoca la muerte de entre 2.000 y 3.000 españoles, sobre todo mayores
La gripe es una enfermedad respiratoria de origen vírico que, cada año, provoca la muerte de entre 2.000 y 3.000 españoles­. Es por ello que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad insta a las personas mayores de 65 años y a otros grupos de riesgo a velar por la salud pública y a vacunarse.
La gripe es una enfermedad de curso agudo cuya máxima incidencia se observa en las estaciones de otoño e invierno. Este es el motivo por el que es en este periodo de año cuando se inician las campañas de vacunación en las comunidades autónomas. Y es que, según los expertos, la prevención es la mejor arma para luchar contra el virus.
“La vacuna hace que estemos protegidos frente a la cepa concreta de virus y, por tanto, que nuestras defensas estén en alerta para evitar que enfermemos, o si lo hacemos, que sea de forma mucho más leve. Nuestro sistema inmunitario produce anticuerpos, unas proteínas muy específicas, que neutralizan el virus impidiendo que infecte a las células, o se ayuda de otros componentes para destruirlo. Por tanto, al vacunarnos lo que hacemos es desarrollar un escudo frente al virus de la gripe”, apunta África González, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). 
“La vacunación es una de las prácticas que se viene realizando con éxito desde hace ya varios siglos y que, junto con la higiene y los antibióticos, más vidas ha salvado en todo el mundo. Esto es un hecho evidente, contrastado, y que no hay ninguna duda. Salva vidas, evita infecciones y secuelas”, declara la experta.
Sin embargo, y a pesar de su probada efectividad, los datos del Ministerio reflejan que, en la temporada pasada, tan solo el 56,1% de la población española mayor de 65 años decidió vacunarse. Además, la tendencia de este porcentaje es a la baja, pues en los últimos años se ha percibido un progresivo descenso de los datos de vacunación en el colectivo senior.

Un virus fácil de contagiar
África González, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), indica que “la gripe está producida por un virus que se denomina virus influenza”. 
La experta apunta que hay varias tipologías que responden a la nomenclatura “A, B y C”. Además, explica, estas cambian considerablemente de un año para otro, por lo que es preciso llevar a cabo una investigación continua de sus características y evolución.
Según comenta, los de tipo A son los que suelen producir las grandes epidemias a nivel mundial (pandemia), ya que pueden combinarse con virus que afectan a distintas especies, lo que hace que surja uno completamente nuevo. 
La gripe estacional se presenta como brotes epidémicos de intensidad variable durante las estaciones frías, es decir, entre los meses de diciembre y marzo. Estos brotes suelen durar de cinco a siete semanas. 
Pero, ¿cómo se propaga este virus? La presidenta de la SEI destaca que “el contagio se produce entre una persona que tenga la infección y otra sana” y que este tiene lugar “a través de estornudos, tos, manos sucias, pañuelos, ropa y aire”. Además, recalca, su transmisión “es muy fácil”. De hecho, “es bastante frecuente contagiarse en ambientes cerrados y con aglomeración de gente”.
Es por ello que desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad aconsejan taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables; lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado; y procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o al limpiar las secreciones nasales producidas.

Grupos de riesgo
El Sistema Nacional de Salud proporciona, gratuitamente, las vacunas a las personas que se encuentren entre los grupos de riesgo. Estos son, además de las personas mayores –con especial hincapié en aquellas que viven en instituciones cerradas–, los menores de 65 años que pueden desarrollar complicaciones derivadas de la gripe; y las personas que puedan transmitir este virus a otras que se encuentran en un estado vulnerable ante la enfermedad. Este último conjunto lo conforman tanto los trabajadores y estudiantes en prácticas de los centros sanitarios, como las personas que trabajan en instituciones geriátricas o que cuidan a personas mayores y aquellas que conviven con pacientes de alto riesgo debido a sus condiciones clínicas especiales. 
Además, se recomienda la vacunación a los trabajadores de los servicios públicos esenciales como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, bomberos, Protección Civil, emergencias sanitarias y trabajadores de instituciones penitenciarias y de otros centros de internamiento por resolución judicial.

Síntomas y posibles complicaciones
El período de incubación del virus de la gripe es de 48 horas, su evolución de cinco a siete días y sus síntomas suelen durar entre dos y tres semanas. Estos últimos son: fiebre de hasta 39ºC, escalofríos, cefalea, dolores musculares, estornudos, tos intensa y persistente, rinorrea, lagrimeo y faringitis leve. Cabe señalar que los síntomas pueden confundirse con los de otras patologías respiratorias, como el catarro común, por lo que, desde el Ministerio de Sanidad, recomiendan consultar al médico de Atención Primaria. Igualmente, es bastante habitual que las personas infectadas carezcan de síntomas, aunque estas poseen, igualmente, capacidad de infectar.
Lo normal es que la recuperación se produzca en una o dos semanas y sin necesidad de suministro de fármacos específicos. A pesar de ello, determinados grupos de población como los niños muy pequeños, las personas mayores y los pacientes que padecen enfermedades graves o dolencias respiratorias crónicas, pueden llegar a sufrir complicaciones severas derivadas de este virus y precisar de intervención médica especializada. 
Prevenir este tipo de complicaciones es otro de los objetivos de las campañas de vacunación. En este sentido, el doctor García Pérez, neumólogo y coordinador del Área de Enfermedades Infecciosas y Tuberculosis de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), explica, “los neumólogos recomendamos la vacunación antigripal, así como la neumocócica, en todos aquellos pacientes con enfermedades respiratorias crónicas ya que es una parte fundamental del tratamiento de cualquier enfermedad que afecte a la salud respiratoria de la población”. De hecho, señala que “los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc), bronquiectasias, asma o fibrosis quística pueden llegar a presentar complicaciones potencialmente mortales, fundamentalmente neumonías”. 
“Es por ello que la vacunación constituye una medida imprescindible en el abordaje terapéutico global de este tipo de pacientes. Además, es una medida fácil y segura, ya que, en la mayoría de los casos, no provoca efectos secundarios relevantes”, añade.

Las personas mayores, las principales afectadas
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), que recientemente publicó una guía con recomendaciones de vacunación para mayores y adultos en general, destaca que, en la temporada 2014-2015, en España, los casos graves se registraron, sobre todo, en personas de edades superiores a los 64 años, que un 88% de los mismos presentaron complicaciones y que el 52% había recibido la vacuna antigripal. De hecho, los datos estadísticos asocian los periodos de mayor mortalidad de los senior a las épocas de máxima actividad gripal. 
El motivo de la mayor vulnerabilidad de este grupo de población se explica por lo que se denomina como ‘inmunosenescencia’, es decir, las alteraciones que se producen en el sistema inmune a medida el cuerpo envejece. A esto hay que sumarle la mayor incidencia de condiciones médicas crónicas en edades avanzadas, lo que aumenta su predisposición a contraer el virus de la gripe, a sufrir complicaciones y a ser incapaces de superarlo.
Los ataques cardíacos, los infartos, las exacerbaciones diabéticas y las insuficiencias cardiacas congestivas se erigen como las principales dolencias derivadas que provocan el fallecimiento de las personas mayores enfermas de gripe. 
Cabe señalar que los pacientes senior suelen presentar una sintomatología más intensa que otros grupos de población en el tracto respiratorio inferior. Esto conlleva la aparición de tos productiva, dificultad para respirar con tendencia al jadeo y dolor torácico. 
Además, dado que, ante un proceso gripal grave, el procedimiento habitual es el encamado del paciente, es preciso tener en cuenta que los mayores pueden llegar a perder entre el 2 y el 3% de su masa muscular por día de reposo. Esto implica una incapacidad que, en función de la duración del proceso de cura, puede tener resultados de gran alcance en la movilidad e independencia del paciente.
La SEGG señala que, en la temporada pasada, el 97% de los mayores fallecidos por complicaciones derivadas presentó algún factor de riesgo y que el 53% había recibido la vacuna antigripal. Sin embargo, este último dato no implica que esta medida de salud pública sea ineficaz, pues “con una correcta y extensa implementación de la vacuna antigripal entre la población, se podrían impedir hasta el 50% de los fallecimientos provocados por la gripe en España”, afirma el doctor García Pérez.
De hecho, la SEGG destaca un estudio en el que, con un espectro de 300.000 personas mayores no residenciales a las que se les hizo un seguimiento durante dos temporadas de actividad gripal, se concluyó que, con la vacunación, el número de neumonías, de complicaciones cardíacas y de enfermedades cerebrovasculares se vio significativamente reducido. Esto implica, igualmente, que descendieron tanto el número de hospitalizaciones, como la incidencia de la mortalidad.

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