La OCU recuerda mantener una dieta equilibrada y cuidar los alimentos en verano
La Organización de Consumidores y Usuarios elabora una guía donde señala la alimentación ideal en base a la edad y las claves para manejar los productos, conservarlos y cocinarlos

El verano y las vacaciones modifican muchos de nuestros hábitos, lo que hace que comer sano sea, en ocasiones, muy complicado. Es por esto por lo que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto a nuestra disposición una guía útil de 24 páginas que explica cómo debemos cuidar la alimentación en función de nuestra edad, así como una serie de consejos para conservar y cocinar los alimentos.
Tomar a diario un plato principal compuesto de patatas, arroz o pasta; la ingesta en cada comida de algo de pan, o evitar consumir más de cinco huevos a la semana son algunas de las claves para mantener una dieta sana. Pero, ¿qué alimentos se deben tomar, qué cantidad y con qué frecuencia? Pues bien, lo primer que debemos saber es que la alimentación no es igual para todos.
A partir del año de edad, la cantidad de alimento que deben tomar los niños va en aumento. Por ejemplo, los 60 gamos de patatas recomendados para los 3 primeros años de vida durante 4 veces por semana, llegan hasta 150 en el periodo de 10-12 años.
En la adolescencia se suele incrementar el consumo de bollería, aperitivos y comida fast food. Esta edad es, junto con el embarazo, el momento en el que se requiere la mayor cantidad de calcio, por eso, en el periodo 13-19 años se recomienda tomar 250 mililitros de leche 3 o 4 veces al día.
A partir de los 40 años, se aconseja reducir la ingesta calórica, desde un 5% entre los 40 y los 49 años hasta un 30% a partir de los 70. Además, las personas mayores son particularmente vulnerables a los peligros de los alimentos en mal estado.
En general, la OCU recomienda tomar menos comidas ricas en grasas, azúcar y sal y reducir los alimentos de origen animal, en beneficio de un mayor consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, de frutas y verduras, que son una fuente importante de vitaminas, minerales y fibra.
Además, la organización recuerda que cocinar al vapor o al horno ofrece ventajas como la reducción de la pérdida vitamínica, o una menor pérdida de nutrientes respectivamente, al contrario que la fritura, que provoca una degradación de las grasas por reutilización. En la guía, además, aparecen una serie de consejos a tener en cuenta en la cocina, como evitar que los alimentos cocinados y crudos entren en contacto hasta el momento justo de servirlos; al recalentar un plato cocinado se debe calentar bien y asegurarse de que el calor llega a todos los puntos; no devolver las sobras al recipiente del que se ha sacado el alimento; no dejar los platos cocinados a temperatura ambiente; recalentar solo las raciones que se vayan a servir; y si se va a tardar más de 2 o 3 días en tomar un plato cocinado, congelarlo.
Subraya también, que consumir productos que hayan superado la fecha de caducidad puede ser peligroso por el riesgo microbiológico (carnes, pescados, salmón ahumado…), por lo que, antes de la fecha, se deben congelar. La fecha de consumo preferente se aplica en productos duraderos y estables, por eso, superada esta fecha, pueden perder propiedades, pero no hay riesgo microbiológico. La información del etiquetado de los alimentos debe ser veraz y no inducir a error al consumidor: en ningún caso puede atribuir al alimento efectos o propiedades que no posee, ni insinuar que tiene características propias especiales.