El uso actual de las técnicas de neuroimagen, su evolución y qué se puede esperar de ellas en el futuro fueron los temas que centraron el tercer encuentro de voluntarios participantes y colaboradores del Estudio Alfa, organizado por la Fundación Pasqual Maragall y la Obra Social La Caixa y dedicado a la detección precoz y a la prevención del Alzheimer.
Las pruebas de neuroimagen son, hoy en día, el único método para poder observar los cambios cerebrales que preceden a la aparición de los primeros síntomas de esta dolencia. En los últimos años, la investigación sobre esta enfermedad ha experimentado un giro radical en su diseño y ejecución, basado en la constatación de la existencia de una fase preclínica, que se inicia de forma silenciosa entre 15 y 20 años antes de la aparición de los primeros síntomas.
Durante el evento, celebrado en Barcelona, Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria La Caixa, comentó que “una de cada diez personas mayores de 65 años tiene Alzheimer” y explicó que, “como entidad que quiere velar por el bienestar de las personas, con nuestra colaboración queremos contribuir a mejorar la vida de los enfermos de Alzheimer y la de sus familias” .
Por su parte, el doctor Jordi Camí, director de la Fundación Pasqual Maragall, explicó que “en España, las demencias cuestan 60 millones de euros diarios, unos 27.000 euros por paciente al año. Las familias afectadas acaban asumiendo el 87 % de este coste. Solo con más investigación y más conocimiento científico será posible encontrar soluciones que sean definitivas”.
Al encuentro asistieron cerca de 2.000 personas voluntarias participantes en el Estudio Alfa para la prevención del Alzheimer y también colaboradores que, con aportaciones periódicas o puntuales, ayudan a financiar este proyecto del Barcelonaβeta Brain Research Center, el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall.
El futuro de la neuroimagen en prevención de Alzheimer
Actualmente, con esta técnica los investigadores pueden detectar cambios cerebrales asociados a la fase preclínica de la dolencia mediante los resultados obtenidos con la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones de betaamiloide o tau, entre otras técnicas. “Sabemos que hasta 20 años antes de los primeros síntomas del Alzheimer, en el cerebro se producen cambios biológicos”, explicó el director científico de la fundación, el doctor José Luis Molinuevo.
La introducción de estas técnicas en la práctica clínica va de la mano del desarrollo de tratamientos que puedan retrasar o evitar el inicio de la enfermedad. Según Molinuevo, el futuro del tratamiento del Alzheimer pasará por la medicina personalizada. “A través de la combinación de técnicas de neuroimagen y de otros marcadores podremos detectar, para cada persona concreta, en qué momento de la fase preclínica se encuentra y qué factores pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad”, comentó.
Contar con este conocimiento permitirá definir tratamientos de prevención más exactos y adaptados a los factores de riesgo de cada persona.