Glaucoma, la enfermedad silenciosa que roba la visión de manera gradual

"El glaucoma causa ceguera porque las células de la retina se mueren y no pueden transmitir información visual al cerebro para que este forme las imágenes, de modo que si protegemos a estas células de la retina, garantizaremos la visión durante más tiempo", explica Jesús Pintor, académico de la Real Academia Nacional de Farmacia.
La variante más común del glaucoma es el de ángulo abierto. El bloqueo de los canales de drenaje del ojo causa una elevación de la tensión ocular que al cabo del tiempo provoca daños en el nervio óptico.
"En la población europea, el tipo de glaucoma más frecuente es el de ángulo abierto, sin embargo, en los países asiáticos es el glaucoma de ángulo estrecho. El ojo necesita la circulación de un líquido por su interior (humor acuoso). En el caso del glaucoma de ángulo abierto, la enfermedad afecta a las vías de salida que van incrementando su resistencia al paso del humor acuoso. Es algo similar a una cañería que se va obstruyendo por depósitos de cal o restos de comida. Siguiendo esta analogía, en el caso de ángulo estrecho lo que sucede es que se bloquea la entrada de la cañería, es decir, el acceso a las vías de salida", comenta Julián García Feijóo, presidente de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG).
Una de las principales problemáticas del glaucoma es que es una enfermedad indolora, que no muestra síntomas hasta que los pacientes comienzan a perder la visión, por ello, es recomendable acudir de forma periódica al oftalmólogo, especialmente a partir de los 60 años.
Otra de las dificultades a las que tienen que hacer frente los afectados por el glaucoma, son los efectos secundarios que producen los fármacos empleados en los tratamientos. Si los pacientes padecen alguna otra patología –como problemas coronarios– ,surge una incomapatibilidad de fármacos. Los betabloqueantes pueden causar bradicardia e hipertensión y, por tanto, no son adecuados para los pacientes con problemas cardíacos. Tampoco lo son para los que tienen asma o enfermedades pulmonares obstructivas o distrofias corneales.
En este sentido, se están desarrollando, en la actualidad, diferentes tratamientos que buscan evitar estas incompatibilidades. Ejemplo de ello son las lentillas desarrolladas por el grupo español OcuPharm, que de manera gradual van liberando el fármaco en el ojo del afectado.
"El beneficio principal que tiene la lentilla frente a la aplicación tópica es el tiempo que permanece el colirio sobre la superficie ocular. La lentilla libera el fármaco de manera lenta y sostenida de forma que en lugar de estar presente solo unos pocos minutos, puede llegar a estar presente sobre la superficie del ojo en torno a unas cinco o seis horas", manifiesta el bioquímico Jesús Pintor, que es también el director de OcuPharm.
Esta investigación, que se lleva a cabo en colaboración con la clínica de la Escuela de Optometría de la Universidad Complutense de Madrid, se encuentra actualmente en la fase de experimentación con animales, como paso previo al empleo de estas lentillas en seres humanos.
"La lágrima puede ser un indicador de muchas afecciones sistémicas del organismo y, por consiguiente, el empleo de lentes de contacto especializadas en detectar diversos tipos de moléculas podrían ser muy útiles para el seguimiento, progresión y diagnóstico de muchas enfermedades", argumenta Pintor.
El Servicio de Oftalmología del Hospital de Torrevieja (Alicante) también ha desarrollado unas lentillas de silicona con microchip que detectan cambios en el diámetro de la córnea que se producen cuando hay una subida de tensión ocular.
Los pacientes tienen que colocar en su domicilio un pequeño dispositivo de almacenamiento de datos en el que van quedando registradas las fluctuaciones de la presión del ojo durante las 24 horas del día, incluso al dormir.
Futuro de la investigación
El desarrollo de estas nuevas técnicas, para el tratamiento y la detección del glacuoma a través de lentes de contacto, pone de relieve los avances en investigación y marca el camino a seguir en el desarrollo de este campo. Todo ello, a pesar de los fuertes recortes sufridos en I+D en los últimos años.
"Los recortes en el área de investigación son tremendamente dolorosos. Es bastante habitual tener que cancelar el desarrollo de algunas ideas por falta de financiación y quedamos solamente con aquellas para las que tenemos un mínimo de financiación que pueda garantizar el éxito de la investigación. Nosotros tenemos bastantes ideas en relación con el tratamiento de las patologías oculares desde una perspectiva novedosa, pero lamentablemente solo podemos llevar a cabo un número de abordajes extraordinariamente limitado por la carencia de financiación", se lamenta el director de OcuPharm.
Por otra parte, varios profesionales de la salud visual reclaman que España se adhiera a la iniciativa europea Vision 2020, ligada a los proyectos de Horizonte 2020, o que se ésta se incorpore en el Plan Nacional de Salud.
"España debe participar e integrarse en cualquier tipo de programa internacional como el 2020, o cualquiera que pueda organizar estructuras como la Organización Mundial de la Salud o la Unión Europea. No podemos dejar pasar oportunidades que nos permitan poner a la investigación en Oftalmología y Ciencias de la Visión en una posición de privilegio a nivel internacional", defiende el doctor Jesús Pintor.
Julián García Feijóo también comparte este punto de vista y plantea que "la integración de grupos de investigación y universidades dentro del consorcio, sería muy importante para lograr acceder a fondos de investigación de esta convocatoria europea".
>> Entrevista con Julián García Feijóo.