Geriatras recuerdan que la vacunación puede contribuir a alargar la esperanza de vida

No obstante, la Segg cree que "irónicamente" y, a pesar de los beneficios demostrados de las vacunas, "en el mundo desarrollado, donde gracias a los programas de vacunación que se han aplicado desde hace décadas ya no se padecen las consecuencias de estas enfermedades, es también donde han proliferado los grupos antivacunas que vienen cuestionando el valor de las vacunas, a menudo manejando argumentos pseudocientíficos y encontrando amplificadores en medios sensacionalistas".
Ante esto, la Segg ha recordado que las vacunas son agentes de justicia e igualdad y ha explicado que, facilitando el acceso a ellas, se acortan las distancias entre grupos más o menos favorecidos desde el punto de vista socioeconómico.
Además, han recordado que las vacunas incluso pueden proteger frente a algunos tipos de cáncer, ya que muchos de ellos tienen un origen infeccioso, como por ejemplo en el caso de la hepatitis B crónica, que puede desembocar en un carcinoma hepático; o en el de las vacunas frente al virus de papiloma humano, que contienen antígenos frente a los tipos más frecuentemente implicados en el desarrollo de cáncer de cuello de útero y su aplicación ha demostrado reducir drásticamente las lesiones precancerosas en mujeres vacunadas.
Pero, además, existen vacunas que contribuyen a prolongar la expectativa de vida de las personas. Para el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Pedro Gil Gregorio, "tanto la vacuna antigripal como la neumocócica reducen los riesgos de las complicaciones que estas infecciones pueden causar en personas de mayor edad, inmunodeprimidas o con alguna enfermedad crónica, como diabetes o asma".