domingo, 16 febrero 2025
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El verano beneficia a los pacientes reumáticos

'Estos afectados suelen encontrarse mejor, con menos crisis y exacerbaciones de su dolor', explica el doctor Tornero, quien además asegura que los rayos ultravioleta del sol son especialmente favorables a personas con osteoporosis por déficit de vitamina D
El verano es una época beneficiosa para los pacientes con enfermedades reumáticas, al ser una estación meteorológicamente estable y sin variaciones bruscas de la presión atmosférica. “Estos afectados suelen encontrarse mejor, con menos crisis y exacerbaciones de su dolor en verano. Además, las personas que sufren osteoporosis por déficit de vitamina D son las que se ven más beneficiadas gracias a los rayos ultravioleta del sol”, según ha explicado el doctor Jesús Tornero, jefe de Sección de Reumatología del Hospital Universitario de Guadalajara.
A su juicio, al tener más días soleados, con más radiación ultravioleta dispersa y al ir con más zonas de la piel expuestas al sol tenemos más capacidad de sintetizar la vitamina D, que es fundamental para los huesos y los músculos. “Su falta favorece no sólo la osteoporosis, sino también las caídas y fracturas ya que, en ancianos, produce una mayor debilidad muscular”, ha señalado el portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER). Sin embargo, ha recalcado, “no es necesario ponerse directamente al sol, la radiación ultravioleta dispersa a menudo es suficiente para activar la síntesis de vitamina D”.
Además, el calor favorece la dilatación de los vasos sanguíneos por la relajación del músculo de la pared vascular. “Es por ello que en personas que presentan dolor de espalda y fenómeno de ‘Raynaud’, es decir, una condición que con el frío provoca palidez y dolor en los dedos, mejoran significativamente en verano. Tambien la inflamación ya establecida se resuelve mejor cuando se le aplica calor y aumenta el efecto analgésico de algunos tratamientos”, según el doctor Tornero, también profesor asociado del Departamento de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares.
Asimismo, las personas que sufren contracturas musculares en la espalda con el calor del verano suelen mejorar. Así sucede en las artrosis de la columna vertebral y los síndromes miofasciales cervicales, dorsales y lumbares.

Recomendaciones especiales
La radiación solar también es importante como activadora de las lesiones de algunas enfermedades reumáticas como el lupus eritematoso sistémico. En concreto, el sol puede ser un motivo desencadenante de algún brote de la patología y provocar reacciones fotosensibles como erupciones cutáneas, fiebre, fatiga, inflamación y dolor articular, entre otros síntomas. Por eso, es imprescindible que estos afectados no tomen el sol y usen cremas de fotoprotección solar.
En cuanto a las vacaciones, cuando se viaja en coche o en autobús durante una larga distancia en posición fija se favorece el remanso de la sangre especialmente en las extremidades inferiores y ello puede inducir a la formación de coágulos y los episodios de trombosis venosa o embolia de pulmón, ha recordado el experto. Además, los pacientes que tienen enfermedades reumáticas deben evitar la rigidez y el dolor que pueden ser causa de la inmovilidad, por eso es conveniente levantarse cada poco tiempo, caminar durante un rato y estirar y flexionar las articulaciones.
Si el trayecto se hace en avión hay que seguir las recomendaciones de los expertos; básicamente se trata de evitar tener comprimida durante mucho tiempo la circulación evitando cruzar una pierna sobre otra, así como hacer contracciones musculares y paseos.
Por otra parte, ha advertido el doctor Tornero, “es preciso beber mucho líquido pero hay que evitar el consumo excesivo de alcohol, porque este último produce vasodilatación en la piel y más pérdida de fluidos. Además la cerveza es muy mala para los pacientes que sufren gota, ya que favorece las reagudizaciones y ataques de esta patología”.

El ejercicio es clave en verano
El exceso de sedentarismo no es bueno. La actividad física y la contracción muscular favorecen la tonificación muscular, la estabilidad de las articulaciones y son los mejores estimulantes que existen para la formación del hueso en el esqueleto. En opinión del doctor Tornero, “hay que hacer, por ello, ejercicio físico, adaptado a la capacidad de cada persona, a su edad, situación cardiovascular y entrenamiento previo y patología afectada”.
En el caso de los pacientes con enfermedades reumáticas, “hacer ejercicio siempre es bueno para mantener el tono muscular, estabilizar las articulaciones y dotar al organismo de agilidad, buena función y habilidad”. El paseo, la natación y la gimnasia articular son siempre recomendables pero especialmente en estas fechas.
“La lucha contra muchas enfermedades reumáticas empieza con el mantenimiento de un peso ideal que puede lograrse con una adecuada alimentación (dieta mediterránea). Y, no hay que olvidar que moverse y hacer ejercicio también contribuye a evitar la obesidad”, ha concluido el experto.

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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