El duelo por la pérdida de la pareja o el estrés económico pueden influir en la salud cerebral

Los eventos vitales estresantes pueden tener un impacto negativo en la salud cerebral. En concreto, el duelo por la pérdida de la pareja se relaciona con alteraciones en procesos biológicos vinculados al Alzheimer, mientras que el desempleo y las pérdidas económicas se asocian con diferencias estructurales en el cerebro.
Estas son las conclusiones principales de un estudio –El duelo y los factores de estrés económico según sexo, género y educación: asociaciones con los resultados relacionados con la enfermedad de Alzheimer–, fruto de una colaboración entre el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa, y el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall.
Los resultados, que destacan diferencias en la respuesta cerebral a los eventos estresantes según el género y el nivel educativo, han sido publicados, recientemente, en la revista Neurology. El estudio, liderado por Eider Arenaza-Urquijo, investigadora de ISGlobal, contó con la participación de 1.200 personas de la cohorte ALFA (ALzheimer’s and FAmilies), del BBRC, que cuenta con el apoyo de la Fundación La Caixa. Se trata de personas sin deterioro cognitivo, la mayoría de las cuales cuentan con un historial familiar de Alzheimer. “Mediante resonancia magnética, estudiamos las diferencias en el volumen de la materia gris cerebral, además de analizar biomarcadores del alzhéimer en el líquido cefalorraquídeo, como la proteína beta amiloide”, explica Eleni Palpatzis, investigadora predoctoral de ISGlobal y primera autora del estudio.
CÓMO IMPACTA EL DUELO Y LA ECONOMÍA EN EL CEREBRO
En la enfermedad de Alzheimer, ciertos cambios en el cerebro –como la alteración en los niveles de ciertas proteínas– pueden darse años antes de que aparezcan los primeros síntomas. Por ejemplo, se observa una menor proporción de beta amiloide 42/40, un indicador que compara las concentraciones de dos formas de la proteína. Al ser la beta amiloide 42 la más propensa a agregarse en el cerebro, una disminución en esta relación en el líquido cefalorraquídeo suele reflejar una mayor deposición de beta amiloide en el tejido cerebral y, por lo tanto, suele considerarse un indicador temprano de Alzheimer. También se encuentran niveles más altos de tau fosforilada, que produce daño neuronal, y de neurogranina, que aumenta cuando se pierden conexiones entre neuronas.
El fallecimiento de la pareja sentimental se asocia con cambios en estos biomarcadores; una menor proporción de beta amiloide 42/40, efecto que fue más pronunciado en hombres, y niveles más altos de tau fosforilada y neurogranina, efectos que fueron más pronunciados en mujeres. Todas estas alteraciones fueron más acentuadas en personas con menor nivel educativo.
Por otro lado, el desempleo y las pérdidas económicas se relacionaron con una reducción del volumen de la materia gris en regiones cerebrales clave para la regulación emocional y cognitiva. Estos efectos también mostraron diferencias según el género: en el caso del desempleo, afectó más al cerebro de los hombres; mientras que las pérdidas económicas tuvieron un mayor impacto estructural en el cerebro de las mujeres.
AFECTACIÓN DESIGUAL POR SEXOS Y SEGÚN EL NIVEL EDUCATIVO
Un estudio anterior del mismo grupo ya mostró que la exposición a eventos vitales estresantes en la mediana edad puede aumentar la vulnerabilidad a la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, la prevalencia e impacto de los eventos vitales estresantes varía en función de algunos determinantes sociales, como pueden ser el género y la educación; las mujeres y las personas con menor nivel educativo sufren más eventos vitales estresantes, y es también en estos grupos donde la prevalencia de Alzheimer es más alta. La investigación mostró que diferentes situaciones estresantes afectan a hombres y mujeres de manera distinta.
“Los hombres parecieron más negativamente afectados por la pérdida de la pareja (afectando particularmente a las proteínas relacionadas con el amiloide) y el desempleo (mostrando reducción de materia gris). Esto puede deberse a que los hombres suelen tener menos relaciones cercanas, lo que hace que la pérdida de una pareja sea más aislante, y porque el desempleo puede conllevar un mayor estigma social para los hombres”, explica Eider Arenaza-Urquijo, investigadora de ISGlobal y autora sénior del estudio.
“Por otro lado, las mujeres parecen más vulnerables a las dificultades financieras (afectando al volumen de materia gris). Esto podría estar relacionado con que históricamente las mujeres han tenido menos seguridad financiera y con el hecho de que ellas suelen reportar niveles más altos de preocupación económica, lo que repercute negativamente en su bienestar mental general”, concluye Arenaza-Urquijo.