A puertas de la celebración del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, en concreto del 26 al 29 de noviembre pasados, A Coruña acogió la celebración del XIV Congreso GeSIDA –un grupo de estudio de la SEiMC (Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica), integrado por profesionales sanitarios que buscan promover y difundir la investigación y la docencia en el ámbito de la infección del VIH–.
A lo largo de cuatro jornadas, los expertos reunidos analizaron los datos epidemiológicos sobre VIH y las estrategias que nos pueden hacer avanzar en el complimiento de los objetivos de Onusida en España, entre ellas, facilitar el acceso a las pruebas de diagnóstico, la flexibilización del seguimiento terapéutico, la ampliación de criterios para la PreP (profilaxis pre-exposición) y el manejo de las coinfecciones (fundamentalmente, VIH, VHC e infecciones de transmisión sexual-ITS).
Y como tema transversal a todos ellos, el abordaje del estigma, que no solo tiene consecuencias sobre la integración social, salud mental y calidad de vida de las personas que vive con el virus, sino que es también una barrera para el abordaje del VIH, impactando negativamente sobre la continuidad asistencial, así como de las hepatitis virales y las ITS.
UN ESTUDIO SIGNIFICATIVO
En este foro tuvo lugar la presentación de los resultados de la primera gran investigación multicéntrica que se realiza en España sobre el impacto de la soledad y el aislamiento social en las personas que viven con VIH. En él participaron unos 400 pacientes mayores de 50 años, de 22 centros de nueve comunidades autónomas.
Unos resultados que muestran que existe una prevalencia “relativamente elevada” de soledad y aislamiento social en esta población. En concreto, la prevalencia de soledad fue del 16,5%, en tanto que la de aislamiento social se situó en el 12,3%. Asimismo, el 29,1% y el 21% refirió síntomas de ansiedad y depresión significativos (HADS) respectivamente, el 24,3% problemas de movilidad y el 40,8% de dolor.
Según se concluye, cuando sufren ansiedad y estigma, presentan una mayor predisposición a la soledad, en tanto que las personas con depresión lo son al aislamiento social. En concreto, la investigación muestra una fuerte asociación entre la soledad y el aislamiento social y vincula ambos a otros factores. Así, los resultados de la investigación sugieren que “vivir solo sin desearlo o estar soltero se asocian con un mayor riesgo de soledad y de aislamiento social”.
Así mismo, las personas que presentan ansiedad, sienten estigma, presentan una mayor limitación para la movilidad tienen una mayor predisposición a la soledad, en tanto que las que presentan depresión tienen una mayor predisposición al aislamiento social. Por este motivo, los autores destacan la necesidad de desarrollar estrategias de prevención y el abordaje de la soledad y del aislamiento en estas personas, ante la elevada prevalencia.
PREVENIR Y CONCIENCIAR
Uno de los grandes retos terapéuticos de los pacientes con VIH es lidiar con todos los problemas de salud ligados al proceso de envejecimiento. Santiago Moreno, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, explica que “el año pasado se diagnosticó de VIH a casi 3.000 personas. Esta cifra nos muestra la importancia de seguir trabajando en su prevención. Además, es importante insistir en la necesidad de hacerse la prueba también en edades adultas; por ejemplo, entre las personas mayores de 50 años: dos de cada tres se diagnostican tarde”.
LAS COMUNIDADES SE SITÚAN A LA CABEZA EN SU DEFENSA
‘Que lideren las comunidades’, lema elegido por ONUSida en el Día Mundial del Sida, “es más que un mero homenaje a los logros de las comunidades; es un llamamiento a la acción para habilitarlas y apoyarlas en sus puestos de liderazgo. Y como señaló la directora ejecutiva de esta entidad, “el fin del sida es posible, está a nuestro alcance. El mundo debe dejar que las comunidades asuman el liderazgo”.
‘PASEOS CON CIENCIA: HACERSE MAYOR CON VIH’
‘Paseos con Ciencia’, una serie de documentales científicos que abordan temas de interés relativos a la salud pública, dedicó su cuarto capítulo a ‘Hacerse mayor con VIH’, con el objetivo de profundizar en los retos clínicos y sociales del envejecimiento de las personas con VIH. Este proyecto de divulgación científica está dirigido por Carlos Martínez (Anchoa Films) y Débora Álvarez (La Doctora Álvarez) y cuenta con el mecenazgo científico de MSD y el apoyo de la Asociación de la Red de Investigación en Sida.
El objetivo de esta iniciativa es impulsar el cambio social a través del desarrollo de políticas públicas. Álvarez incide en la importancia de hablar del VIH para derribar tabúes y acabar con sus prejuicios. “Las personas que han vivido muchos años con la infección, los llamados “supervivientes”, son personas que se han enfrentado a muchísimas dificultades a lo largo de sus vidas, clínicas, pero también emocionales, como las pérdidas de personas cercanas a causa del sida, especialmente en los inicios de la epidemia en los años 80 y 90”, destaca.
MARGEN DE MEJORA
La situación actual del VIH en España, en general, es buena. Así lo indica el jefe de la Unidad de Inmunopatogenia del Sida del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Pepe Alcamí: “Es buena porque a los pacientes se les realiza el seguimiento en unidades especializadas con un tratamiento antirretroviral muy eficaz: su esperanza y calidad de vida se iguala a la de una persona que no vive con el VIH”, detalla.
No obstante, existen una serie de aspectos con margen de mejora, como el diagnóstico tardío de la enfermedad.