lunes, 24 marzo 2025
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Con el frío, llega la neumonía, una infección que amenaza a los mayores

Cada día, 274 personas son hospitalizadas en España por esta enfermedad que provoca la inflamación de los pulmones. El colectivo senior, junto con la población infantil, son quienes más probabilidades tienen de contagiarse de ella
Con la llegada del frío y la estación invernal, el virus de la gripe se convierte en una de las principales preocupaciones del sistema sanitario español. No es para menos: la OMS estima que, cada año, la padecen entre 3 y 5 millones de personas, que pueden derivar en hasta 650.000 muertes.

“Durante el invierno, circulan más virus respiratorios –como el de la gripe– que afectan a amplios grupos de población”, explica Rosario Menéndez, jefa del Servicio de Neumología del Hospital Universitari i Politècnic La Fe y Coordinadora del Año Separ 2018-19 de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Algunas bacterias como el neumococo, que causa la neumonía, también aparecen con mayor frecuencia en este período. De hecho, cuando estos virus nos debilitan, facilitan la infección por bacterias”, añade.

Esther Redondo, médica de Familia y coordinadora del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), ve al virus de la gripe como un “aliado del neumococo”. “Cuando una persona se infecta de gripe, daña los epitelios del pulmón, de la mucosa respiratoria. El neumococo se adhiere muy fácilmente a esta mucosa una vez desprotegida. Por otro lado, el virus de la gripe provoca que el moco se espese y así proliferan las bacterias”, señala.

Y es que la neumonía es otra enfermedad frecuente que también puede acarrear graves consecuencias para la salud. Produce inflamación de los pulmones y existen tres posibles agentes que la pueden motivar: hongos, virus y bacterias, siendo estas últimas la razón más frecuente. La única característica que diferencia una causa de las otras es la posibilidad de los tratamientos, ya que el curso de la enfermedad es el mismo en las tres situaciones. 

Como consecuencia de la neumonía, los pulmones no funcionan con normalidad y se produce toda una retahíla de síntomas. Tras la estabilización y desaparición de estos signos, quienes la padecen pueden sentirse cansados y no volver a la normalidad hasta medio año después.

CAUSA, DIAGNÓSTICO, TRATAMIENTO Y HOSPITALIZACIÓN
El envejecimiento del sistema inmune a partir de una determinada edad (los 65 años), hace de la población senior el grupo más susceptible de padecer enfermedades infecciosas. Por otro lado, las enfermedades crónicas suelen ser más frecuentes en edades avanzadas, y la neumonía neumocócica suele ser favorecida por diabetes y enfermedades renales, hepáticas, cardiovasculares y respiratorias crónicas. Estas dos características convierten a los mayores en uno de los grupos de riesgo más predispuesto a padecer neumonía, junto a las personas con cáncer o personas trasplantadas.

Los signos más comunes de neumonía en personas mayores incluyen “dolor torácico al toser o al respirar, tos con esputo, cansancio o fatiga y fiebre alta (aunque puede darse una temperatura anormalmente baja)”, explica Esther Redondo. A estos síntomas, Rosario Menéndez añade que en personas muy ancianas y debilitadas, los signos de la enfermedad pueden ser más inespecíficos, “como confusión o caídas con afectación del estado general”, detalla. 

Como todas las bacterias, el neumococo se combate con antibióticos. Si la neumonía es causada por un virus, también se prescribe antibiótico, siempre y cuando exista sospecha de que hay una sobreinfección bacteriana, que tiende a suceder cuando la neumonía aparece junto a la gripe.

Cada día son hospitalizadas 274 personas por neumonía en España, y aunque el ingreso depende, en gran medida, de las patologías de base crónicas que presenta el paciente, los mayores de 65 años tienen seis veces más posibilidades de ser hospitalizados que una persona menor de esta edad que está en las mismas condiciones de salud. Además, muchos de los ingresos que se producen por esta enfermedad acaban siendo trasladados a la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI). “Un 10% de los hospitalizados en Europa se complican de tal manera y evolucionan tan mal que acaban en la UVI”, afirma Esther Redondo, a lo que añade que en personas mayores de 65, la mortalidad supera el 8%.

Tras el alta, la doctora Isabel Jimeno, responsable del Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (Semg), recomienda una buena hidratación, “porque beber agua hace que las flemas se muevan mejor y así tendremos menos taponamientos en el pulmón”. Hacer ejercicio según la capacidad del paciente y tomar la medicación correctamente son otros de los consejos de la experta. Si el paciente vuelve a presentar tos, fiebre o dificultad respiratoria, debería volver al médico de cabecera.

Isabel Jimeno insiste en que la gravedad de la neumonía no reside solamente en la enfermedad en sí o el riesgo de padecerla, sino que “la calidad de vida con la que sale del hospital baja mucho con respecto a cuando ingresó”. En este sentido, Redondo afirma que las personas de más de 65 años tienen cuatro veces más riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en los 30 días posteriores a haber sido hospitalizados por neumonía en comparación con aquellos que no han padecido la infección.

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