miércoles, 5 febrero 2025
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EDITORIAL

Uno de cada cuatro

El 26 de mayo del próximo año, España celebrará sus elecciones municipales, que coinciden también con las del Parlamento Europeo [...]
El 26 de mayo del próximo año, España celebrará sus elecciones municipales, que coinciden también con las del Parlamento Europeo. Además, a excepción de las cuatro comunidades históricas (Andalucía, Galicia, Catalunya y Euskadi), el resto de autonomías, hasta 13 regiones españolas, elegirán Gobierno en esa fecha. 

Es decir, en apenas nueve meses, se renovará el panorama político del país y puede que incluso se adelanten también unas hipotéticas elecciones generales, que algunos vaticinan para marzo, en el caso de que Pedro Sánchez no consiga aprobar los  Presupuestos Generales del Estado del año que viene.

Como suele ser habitual, cuando asoman las campañas electorales es cuando nuestros políticos parecen acordarse de las personas mayores. No solo lo digo yo, también lo asegura Roberto Rodríguez, director de Comunicación de Amavir, cuya investigación académica se centró en la relación entre la comunicación política y los senior.

Los políticos se acuerdan de los mayores por las mismas fechas, pero también con las mismas promesas y cantinelas en torno a un único tema: las pensiones. Esto es así porque desde la política se observa a las personas mayores como un grupo homogéneo.  Y, de la misma forma, se suele pensar que tienen un comportamiento de voto uniforme, cuando es todo lo contrario. De hecho, hay iniciativas cuyo objetivo es precisamente que el colectivo senior tenga “una sola voz” a la hora de reclamar sus derechos. Ceoma, por ejemplo, pretende adaptar un manifiesto de la plataforma AGE para las próximas elecciones del Parlamento Europeo para que, “hablando ‘todos a una’ y diciendo lo mismo, la voz de los mayores sea mucho más audible y, por lo tanto, tenida más en cuenta”.

Sigue llamando la atención el poco peso específico que representan los mayores en sus agendas, cuando en realidad son uno de los grupos más numeroso e influyente de los comicios. Casi el 25% del censo electoral es mayor de 65 años, es decir, uno de cada cuatro votantes. ¿Creen que una de cada cuatro medidas que se aprueba en el Parlamento les tiene presentes?

Las personas mayores no solo son una gran fuerza electoral, sino que también son un grupo de edad responsable. Casi no hay abstención en este tramo de edad, lo que habla a las claras de su conciencia cívica y social. Solo hace falta consultar el estudio postelectoral realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) tras las elecciones generales de junio de 2016 para darse cuenta de que el colectivo senior tiene sus valores muy claros. Por ejemplo, los mayores están más convencidos de que votar es un deber: así lo piensan el 42,5% de los senior, frente al 36% de la población total y el 27,9% de las personas de 18 a 24 años.

Sin embargo, su participación en la política de forma activa es cada vez menor. Me refiero a la política desde dentro, como líderes de los partidos e instituciones. Lo podemos comprobar fácilmente observando a los candidatos a la Presidencia del Gobierno, que cada vez son más jóvenes. 

Así, el papel de los mayores en el ámbito político se está acortando de forma alarmante, cuando su figura siempre se había asociado a la experiencia y la sabiduría. Quizá es el momento de reivindicar la posición que los mayores se merecen en el ámbito político y de reclamar, de paso, una  mayor  atención más allá de los próximos nueve meses.

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Redacción EM
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Información elaborada por el equipo de redacción.

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