Lugares para envejecer
Este 1 de octubre ha arrojado nuevos datos sobre la posición de nuestro país en lo que a calidad de vida y atención a los mayores se refiere. Hemos aprobado pero todavía tenemos mucho que aprender de nuestros vecinos franceses o alemanes, sin contar a los insuperables cabeza de lista: los noruegos -que han desbancado a Suecia de su primer puesto-. Ellos, los nórdicos, sí que pueden presumir de cómo recrear un ambiente propicio para envejecer.
Se trata de un ranking de 96 estados y España se sitúa en el puesto 21. Se podría mejorar. Según exponen desde el informe de Helpage, en la actualidad hay 868 millones de personas que superan la barrera de los 60, o lo que es lo mismo, el 12% de la población mundial. Lo verdaderamente alarmante es que se estima que para 2050 esta cifra se elevará hasta los 2.000 millones, lo que ya equivaldría a un 21%. Si se extrapolan estas cifras al territorio español se concluye que en 2050 nos convertiremos en la cuarta región más envejecida de esas 96 naciones, con un 40,2% de población mayor de 60 años.
Expuestas las cifras y los porcentajes, y tras saber qué lugares del mundo son los mejores para envejecer, lo destacado de este informe es tomar nota y aprender de ellos. Los mayores españoles no viven mal, no tan mal como en Afganistán, Mozambique o Malawi, desde luego, pero los reiterados recortes sociales sí empiezan a intervenir en el poder adquisitivo de este colectivo. Este es el motivo por el cual España ha perdido posiciones en este ranking, porque la crisis -como hemos repetido tantas veces desde esta cabecera- no entiende de arrugas, ni de años. Las generaciones más jóvenes necesitan el respaldo económico de los mayores y ello, por ende, repercute en la calidad de vida y el bienestar de los senior. Las pensiones no dan para tanto y congeladas, todavía menos.
El envejecimiento de la población es imparable y todos los estados, como reclaman desde Helpage, deben estar preparados para asumir esta realidad. Y es que incluir al envejecimiento en la agenda política -y como materia prioritaria- debe ser, ya, de obligado cumplimiento.
Si llegarán tiempos mejores, o no, aún está por ver. Por ahora tenemos hasta el próximo examen para mejorar vértices tan importantes como estos: optimizar los recursos sociales disponibles y combatir el aislamiento y la soledad de los mayores. En pocas palabras: cuidarlos y respetarlos como se merecen.