Hablamos de un proyecto, Lata 65, que no es nuevo –ya tiene once años de vida–, pero sigue marcando estilo por las calles del mundo. Nos acercamos a este arte urbano que ya no solo habla portugués, ya es políglota. Y que no solo seduce a los adolescentes, sino que ha involucrado ya a 761 personas de muchas edades, aunque, sobre todo mayores, que spray en mano han llenado de color sus comunidades.  

Para poder averiguar el secreto de este iniciativa –reconocida, en 2023, como Proyecto de Interés Cultural por el ministerio del ramo luso–, hablamos con Lara Seixo Rodrigues, arquitecta portuguesa y alma mater de esta idea tan transgresora. 

“Para hablar del inicio de Lata 65, tendremos que aludir al Festival Wool/Covilhã Arte Urbana, que fue cofundado por mí en 2011 como el primer evento de este tipo en Portugal. Con un formato y modus operandi específico y único, destinado a introducir estas nuevas expresiones del arte contemporáneo como herramientas capaces de grandes transformaciones sociales, culturales, económicas y urbanas en una comunidad, y además llegaba a los más variados grupos de edad, en particular, a los ‘habitantes de más edad’ de nuestra área de actuación”.

Este fue el germen. “Un día –continúa–, la puesta en común de esta experiencia me llevó a una mesa de café y salí de ella con el reto de crear lo que podría ser un taller de arte urbano para mayores de 65 años, capaz de demostrar que conceptos como envejecimiento activo y solidaridad entre generaciones tienen cada día más sentido; que el arte urbano tiene el poder de fomentar, promover y valorar la democratización del acceso al arte contemporáneo, por la sencillez y naturalidad con la que llega a los más variados grupos de edad; y lo que queríamos demostrar: que la edad es (solo) un número”.

Y llegó el primer taller, en 2012, en la LXFactory de Lisboa con un grupo de diez participantes. Con ellos, primero compartieron información sobre la historia, las técnicas, los artistas, los temas, etcétera. A esta primera fase le siguió el módulo de etiquetas, después el de estarcido y, por último, “salimos a pintar una pared, lo que dio lugar a momentos de pura alegría, una energía y un entusiasmo nuevos que desafiaron todas las capacidades intelectuales y motrices, todos los estereotipos y parecieron reescribir todas las reglas. Era como si este grupo hubiera encontrado una forma nueva, más creativa, emocionante y liberadora de estar en el mundo”, añade Lara Seixo.

Después de esta primera experiencia, Lara Seixo y su equipo han viajado a Brasil, España, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá el año pasado. Seixo, que derrocha fragilidad y sensibilidad en cada palabra, no duda en afirmar orgullosa, que para ella, “los talleres de Lata 65 son sesiones de aprendizaje constante y renovado. Intensas y agotadoras, pero gratificantes. Es una misión, un compromiso con la sociedad y con nuestro propio futuro”. ¿Y para los participantes? “Estamos seguros de que al final de cada taller siempre ganamos personas ‘más grandes’, no solo en términos de edad, sino también en términos de darse cuenta de sus capacidades y superar sus limitaciones”, concluye.

¿Quieren saber más de Lata 65, convertirse en padrinos de esta iniciativa o incluso adquirir algo de su merchandising –camisetas, sudaderas, tote bags, calcetines bordados, pins, etcétera– para ayudar a que este proyecto continúe durante muchos años? No dude en seguirles en sus redes o visitar este enlace.