Los profesionales apuestan por la colaboración público-privada para afrontar el reto generacional

Expertos y profesionales del sector de la dependencia se reunieron en la Fundación Botín de Madrid para debatir sobre los modelos de vida y cuidados en el siglo XXI en el marco de la jornada ‘Decidiendo Nuestro Futuro’, organizada por el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) y la Fundación Alicia y Guillermo y en la que se acordó que España enfrenta un reto estructural en el envejecimiento de su población, un desafío que requiere respuestas inmediatas y soluciones innovadoras.
En esta tercera edición del ciclo ‘Un nuevo concepto de envejecer’ se ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de repensar el envejecimiento en España, ya que expertos de diferentes ámbitos coincidieron en que es imprescindible fortalecer la colaboración público-privada para financiar la dependencia, profesionalizar el sector de los cuidados, garantizar viviendas accesibles y combatir el edadismo.
Asimismo, subrayaron la importancia de la planificación financiera y de modelos intergeneracionales que fomenten la convivencia y el apoyo mutuo entre distintas generaciones, lo que refuerza la idea de que el envejecimiento no debe verse como un problema, sino como una oportunidad para seguir creciendo y aportando a la sociedad. «El valor de una persona no depende de la edad, sino de su experiencia y contribución», enfatizó Albert Campabadal, presidente de CEDDD, durante la clausura del evento.
Josep de Martí, fundador de Inforesidencias y experto en derechos de servicios sociales, abrió la jornada con su ponencia «Sardinas y salmones», donde planteó un debate clave al cuestionar si envejecer en una residencia es una cuestión de preferencia o de necesidad. «Las residencias son cada vez mejores, pero también más caras. La clave está en cómo financiarlas y si la administración debe asumir un mayor papel», explicó, mientras exponía modelos de financiación en países como Noruega o Finlandia, donde los servicios son públicos pero el coste del alojamiento recae en los usuarios. Ante este panorama, lanzó una reflexión crucial: «Tenemos que preguntarnos: ¿cómo queremos vivir cuando seamos mayores? Si queremos opciones dignas, accesibles y de calidad, el sector público y el privado deben colaborar estrechamente».
La primera mesa de debate reunió a representantes del sector de la dependencia y la arquitectura social, quienes abordaron diversas estrategias para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. David Igual, de Pensium, presentó un sistema de financiación mediante anticipo de alquileres, que permite costear residencias sin perder la propiedad de la vivienda, una propuesta que, según sus palabras, «busca que la vivienda sea una herramienta que permita a las personas mayores pagar su propio cuidado sin renunciar a su patrimonio».
A su vez, José Luis Fernández, presidente de Ceoma, puso el foco en la urgencia de profesionalizar los cuidados y mejorar la formación de las familias para evitar el mercado negro de la asistencia, ya que, según destacó, «es fundamental que las administraciones públicas apoyen a las familias para garantizar una atención digna».
Marina del Corral, directora general de CEAPs, insistió en la necesidad de aumentar el presupuesto público en dependencia hasta el 2% del PIB para garantizar una atención de calidad, porque «estamos ante un reto demográfico sin precedentes y debemos afrontarlo con un compromiso financiero sólido».
Por otro lado, Margarita Torrego, presidenta de la Asociación Jubilares, expuso el modelo de cohousing colaborativo como una alternativa sostenible y accesible, pero con listas de espera de hasta 9 años, lo que la llevó a señalar que «necesitamos políticas que impulsen este modelo, que favorece la independencia y la comunidad».
Finalmente, Ariadna Puig, de Qida, subrayó la importancia de integrar la tecnología en los cuidados domiciliarios y alertó sobre el encarecimiento del sector en los últimos cinco años, ya que, según explicó, «si no encontramos soluciones innovadoras, la asistencia domiciliaria será cada vez más inaccesible».
En otra mesa planteada bajo un enfoque más centrado en la experiencia personal y la tecnología, los expertos ofrecieron una visión más humana del envejecimiento, con testimonios y propuestas concretas, como el programa ‘Reconectados’, diseñado por Fundación Telefónica para reducir la brecha digital en personas mayores, resaltando que «la tecnología no es un fin en sí mismo, pero sí una herramienta que puede mejorar la vida de las personas mayores; lo que no puede ser es que les limite o les excluya».
La jornada concluyó con la intervención de Agustín Martínez, coordinador de estudios y apoyo técnico del Imserso, quien aseguró que «es necesario encontrar vías de viabilidad para las propuestas planteadas». En esa misma línea, Albert Campabadal reafirmó la importancia de seguir generando espacios de diálogo y soluciones reales para una sociedad cada vez más envejecida, enfatizando que «no se trata solo de añadir años a la vida, sino de añadir vida a los años». Los organizadores de ‘Decidiendo Nuestro Futuro’ instaron a Administraciones, empresas y ciudadanos a asumir su parte en la construcción de un modelo de envejecimiento más inclusivo y sostenible, concluyendo que «necesitamos un cambio de mentalidad y políticas a la altura del desafío».