Los mayores de 65 años acumulan el 75% de su patrimonio en inmobiliario

En España, el ladrillo concentra buena parte del ahorro de las personas jubiladas. Según recoge el estudio Vivienda como solución financiera en la jubilación realizado por SeniorExpert, asesor financiero independiente especializado en soluciones para la jubilación, 8 de cada 10 mayores de 65 años tiene casa en propiedad y un 59% posee además otro tipo de activos inmobiliarios, como una segunda vivienda. De hecho, para este colectivo las propiedades inmobiliarias representan el 75% de su patrimonio.
En total, este segmento de población es titular de más de 9,3 millones de residencias. De ellas, 6 millones corresponden a primera vivienda, sumando hogares unipersonales (2 millones) y compartidos (4 millones). Además, un 60% de los ciudadanos entre 65 y 74 años cuenta con una segunda residencia en su patrimonio, y en el caso de los mayores de 75 años el porcentaje es del 53%.
En este contexto, en España se dan unas excelentes condiciones para que la propiedad de la vivienda se convierta en una fuente de liquidez complementaria durante la etapa de la jubilación. En torno al 90% de las viviendas de mayores de 65 años está libre de cargas y, por tanto, se trata de activos en los que puede aplicarse la licuación patrimonial (equity release en terminología anglosajona). Entre estas soluciones encontramos la hipoteca inversa, la nuda propiedad, la vivienda inversa, la renta vitalicia inmobiliaria o la venta con alquiler garantizado. Todas ellas, en base a diferentes modelos económicos, permiten monetizar el patrimonio de la vivienda sin tener que renunciar a su uso e incluso, en algunos casos, a la propiedad.
NUDA PROPIEDAD E HIPOTECA INVERSA
Aunque no todos los inmuebles del patrimonio son susceptibles de acogerse a estas fórmulas, el análisis de SeniorExpert pone de manifiesto que la penetración de las soluciones de licuación patrimonial es muy reducida en comparación con otros mercados; y, además, se articulan fundamentalmente en el formato de nuda propiedad e hipoteca inversa.
Según los últimos datos del Colegio de Registradores, en 2024 se llevaron a cabo en España 2.026 operaciones de este tipo, lo que supone un aumento del 2% con respecto al año anterior. De estas, 1.817 con la fórmula de nuda propiedad y 209 como hipoteca inversa.
La Comunidad Valenciana fue la región que mayor número de operaciones registró, un total de 404. Andalucía se posiciona en segundo lugar con 396, seguida por Madrid con 343 y Catalunya con 222. Las cuatro concentran dos tercios del total nacional (un 67%). Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga encabezan el ranking acumulado de operaciones por ciudades, aunque es significativo que entre las diez primeras se incluyen poblaciones como la alicantina Torrevieja o la tinerfeña Arona.
El importe medio por operación fue de 213.392 euros. No obstante, esta cifra varía sustancialmente en función de las zonas geográficas. Illes Balears destaca por registrar las operaciones medias más elevadas, con una media de 374.088 euros. Euskadi es la segunda en la lista con 280.290 euros, a continuación Madrid, con 279.519 euros y en cuarto lugar Catalunya, con 268.606 euros. Estas cifras contrastan con las de Asturias, con 91.210 euros, y La Rioja y Castilla-La Mancha, que apenas sobrepasan los 100.000 euros. Si atendemos a la clasificación por municipios, de nuevo Barcelona y Madrid se sitúan a la cabeza con 359.432 y 310.615 euros, respectivamente.
A pesar del importante volumen de viviendas en propiedad que existe en nuestro país, el informe concluye que este tipo de soluciones se encuentra en una fase de desarrollo muy incipiente. Lupina Iturriaga, cofundadora y CEO de SeniorExpert, lo atribuye a una confluencia de factores: “Por un lado el desconocimiento que todavía existe sobre este tipo de operaciones. Además, entrañan cierta complejidad si no se hacen de la mano de un experto, y aquí los mayores y sus familias suelen tener dificultades para acceder a un asesoramiento totalmente independiente. Por último, todavía tienen peso algunos prejuicios relacionados con la preservación del legado o el miedo a que se perciba como un fracaso financiero”.