La Associació Catalana de Recursos Assistencials (Acra) presentó recientemente el estudio “Consumo de fármacos entre la población geriátrica”, en el que se analizó el impacto de la institucionalización en los centros residenciales sobre el perfil de consumo de medicamentos que toman los usuarios.
El estudio, realizado en un millar de usuarios de 21 centros asociados de Acra, determinó que, al cabo de un año de institucionalización, se produce una reducción media del 6,2% de personas que toman un medicamento especifico entre todos los fármacos estudiados y, en consecuencia, un mantenimiento de la calidad de vida de los usuarios. "Hemos podido determinar que la reducción se concentra fundamentalmente en aquellos fármacos relacionados con patologías en qué los hábitos de vida saludables tienen un papel fundamental", explica el doctor Toni Andreu, director de estrategia de Acra y coordinador del estudio, el más extenso de sus características realizado en el mundo. La disminución de consumo en estos casos apunta al papel positivo de la institucionalización en el control y la mejora de los hábitos nutricionales de los mayores, favoreciendo un control más preciso de su consumo de fármacos y, por lo tanto, de su salud.
El estudio, que tuvo el apoyo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se dividió en dos partes: una primera para estudiar el consumo de medicamentos (dosis y número diario de fármacos) de los participantes antes de la institucionalización, y una segunda parte al cabo de seis y doce meses de producirse el ingreso. Se estudiaron 41 fármacos agrupados en diez grupos terapéuticos, que representan una amplia muestra de los medicamentos más habituales entre los mayores. Finalmente, se ha podido establecer un descenso en la dosis y el número diario de fármacos como producto de la institucionalización.
El fenómeno de la polimedicación es una realidad emergente y relativamente poco estudiada entre los mayores, y está íntimamente relacionado con dos fenómenos de salud preocupantes: la medicación inapropiada o innecesaria. Como mínimo, un 70% de los mayores de más de 65 años consume un fármaco y un 20%, más de tres. Los fármacos tienen un beneficio en el control de numerosos problemas de salud de los mayores, pero la polimedicación, entendida como un consumo mínimo de tres o cuatro fármacos de forma habitual, representa un factor de riesgo que cabe considerar seriamente porque puede ser una causa de iatrogenia. Por otro lado, resulta evidente, si bien difícilmente cuantificable de un modo riguroso, que esta disminución en el consumo de medicamentos tiene un impacto positivo y directo sobre el gasto farmacéutico en este sector de población.
Desde Acra se puso un especial énfasis en la necesidad de desarrollar un instrumento que permita monitorizar los indicadores de salud en centros residenciales, y así disponer de información validada y contrastada respecto aspectos específicos de calidad de vida para los mayores institucionalizados. En este sentido, se pusieron como ejemplo aquellos mecanismos y estrategias (tipo la Central de Resultado en Catalunya) que proporcionan información fiable y contrastada, y que los agentes planificadores utilizan de un modo habitual en sus procesos de toma de decisión.