Recientemente tuvo lugar en Zamora la segunda reunión del Grupo de Trabajo de Iberlongeva, el ambicioso proyecto transfronterizo de CENIE que tiene como objetivo prevenir la fragilidad en mayores de 60 años y anticiparse a los retos del envejecimiento.

Más del 21% de la población europea tiene más de 65 años, y se espera que este porcentaje supere el 30 % en 2050. Una realidad que ya existe en provincias como Zamora, Ourense o regiones del noreste de Portugal, por lo que es imperativo actuar cuanto antes para lograr una longevidad saludable en nuestra sociedad.

El proyecto financiado por la Unión Europea a través del programa de cooperación Interreg VI-A España–Portugal (POCTEP), ha reunido en la Escuela Universitaria de Enfermería de Zamora a un nutrido grupo de instituciones de primer nivel: la Universidad de Salamanca, la Universidad de Vigo, el Instituto Politécnico de Bragança, la Fundación CTIC y a las Escuelas Universitarias de Enfermería de Ourense y Zamora, así como representantes del ámbito académico de las también universidades de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), Universidad Pompeu Fabra y Universidad Complutense de Madrid. Estas instituciones se han unido, a través de expertos en salud, sociología, tecnología, derecho y comunicación para construir una nueva estrategia científica y social ante el desafío del envejecimiento poblacional.

En esta segunda reunión se han compartido los progresos del proyecto, tanto en la forma de trabajar como en la organización. En los últimos meses se han creado cuestionarios con base científica, se ha elegido una muestra representativa de personas para participar y se han digitalizado las herramientas para recoger los datos. El trabajo de campo empezará este otoño y lo llevarán a cabo equipos locales que han recibido una formación específica y especializada.

“En este proyecto no solo recogemos datos, generamos vínculos”, ha explicado durante la sesión una de las coordinadoras, la socióloga Celia Fernández-Carro, que junto a la demógrafa Madelín Gómez-León, lideran el módulo social, mientras que la catedrática Mónica de la Fuente encabeza el equipo científico del módulo de salud, centrado en aspectos como el sueño, el estrés, la nutrición, la resiliencia o la fragilidad física.

Las investigadoras portuguesas presentes en la reunión destacaron además la importancia de esta colaboración como una forma de “tejer ciencia y comunidad en un territorio común”.

UN PROYECTO QUE REPRESENTA LA DIVERSIDAD DEL ENVEJECIMIENTO

Se entrevistarán y valorarán a 1.061 personas mayores de 60 años —354 en Zamora, 354 en Ourense y 353 en Bragança— siguiendo un muestreo que garantiza la diversidad por edad, género y entorno (urbano o rural), lo que permitirá comparar territorios y generar patrones de riesgo y de protección ante la fragilidad.

Los datos se recogerán mediante entrevistas presenciales realizadas por equipos creados por las propias escuelas de enfermería de cada territorio. Esta cercanía con la comunidad es una de las señas de identidad de Iberlongeva: “no queremos que la población se sienta observada desde fuera, sino parte activa de un proyecto que también les devuelve conocimiento sobre su salud y bienestar”, señalan desde CENIE.

La digitalización de los cuestionarios, llevada a cabo por la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Vigo, permite hacer un seguimiento riguroso e individual de cada dato recogido, asegurando su calidad, correcta interpretación y protección bajo el marco legal europeo. La Fundación CTIC lidera, junto al equipo jurídico del proyecto, el diseño del modelo de gobernanza que acompañará al Observatorio que Iberlongeva pondrá en marcha en una segunda fase.

Los datos obtenidos se usarán para hacer informes personalizados para cada participante, para los estudios científicos de los equipos del proyecto y para crear una herramienta permanente que ayude a la esfera pública, a entender y mejorar cómo vivir más y mejor: el Observatorio de la Longevidad Activa y con Sentido (OLAS).

UN LEGADO PARA LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Este Observatorio OLAS integrará y analizará los datos recogidos por Iberlongeva y otros proyectos futuros, con el objetivo de anticipar la aparición de la fragilidad y guiar políticas públicas más ajustadas a la realidad de las personas mayores. Será, “un punto de encuentro entre la ciencia, el territorio y la acción pública” y un espacio de análisis y participación abierta a instituciones, profesionales y ciudadanía, enmarcado dentro de la Alianza por el Envejecimiento Saludable, que busca movilizar apoyos sociales e institucionales a medio y largo plazo.

Los datos de Iberlongeva también se integrarán en Espacio de Datos ‘Territorio de Bienestar’, otra iniciativa complementaria que busca cambiar a los territorios más afectados por el envejecimiento y la despoblación, apostando por su potencial como espacios de calidad de vida.

El trabajo de campo empezará en octubre y se alargará hasta marzo de 2026. A partir de entonces, se integrarán y analizarán los datos, poniéndose en marcha el Observatorio OLAS, que estudiará los resultados y los convertirá en ideas útiles para mejorar las políticas públicas. Los primeros hallazgos se darán a conocer en la segunda mitad de 2026.

Iberlongeva se perfila como uno de los primeros estudios europeos que integra ciencia de datos, evaluación y compromiso comunitario para anticipar la fragilidad en las personas mayores y diseñar estrategias de prevención adaptadas a cada territorio.

Desde el CENIE lo expresan con claridad: “Hemos conseguido alargar la vida. Ahora nos toca asegurar que esos años se vivan con salud, autonomía y bienestar. Ese es nuestro compromiso, y eso es lo que representa Iberlongeva”.

Este proyecto no solo estudia la longevidad, también pone en valor esa etapa de la vida. Y nos recuerda que prepararnos para vivir más no es solo una cuestión de futuro, sino una forma concreta —y urgente— de cuidar mejor el presente.