El Foro del Instituto Santalucía apuesta por las cuentas nocionales
En su primera reunión, los expertos recogieron en un documento sus argumentos a favor de esta propuesta
El Foro de Expertos del Instituto Santalucía, en su primera reunión, analizó una de las propuestas presentadas en la Comisión del Pacto de Toledo: introducir en España un sistema de reparto basado en cuentas individuales, también denominadas cuentas nocionales.
Y esto sería en respuesta, como explican los expertos, a la presión que el déficit estructural de la Seguridad Social ejerce sobre su propio sistema de pensiones.
De este análisis ha surgido un documento que recoge los principales argumentos que defienden la implantación de este modelo en nuestro país.
El texto ha sido elaborado por Guillermo de la Dehesa, chairman del Foro de Expertos; Ignacio Conde-Ruiz, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de Fedea; Rafael Doménech, economista jefe de España y Europa del Servicio de Estudios de BBVA; Ángel de la Fuente, director de Fedea e investigador del Instituto de Análisis Económico del CSIC; Luisa Fuster, investigadora en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales; José Antonio Herce, director asociado de AFI; y César Molinas, socio fundador de la consultora Multa Paucis y socio y consejero de CRB.
Entre las razones por inclinarse por este modelo, los expertos apuntan que “en la UE, varios países han instaurado en los años 90 del pasado siglo un sistema de cuentas individuales (Italia, Letonia, Polonia y Suecia, o una variante de estas, y también Noruega las ha adoptado en 2011) ante el temor y/o la evidencia de que el sistema existente antes de su introducción acabase teniendo unos gastos en pensiones difíciles de asumir y, por tanto, insostenibles”.
Asimismo, explican que “las Cuentas Individuales Nocionales, de contribución definida, acompañadas de un esquema de pensiones mínimas, ‘blindadas’ frente a la inflación, constituyen, en nuestra opinión, la próxima frontera de las reformas estructurales de la Seguridad Social en España”.
En este sistema, “las contribuciones de los trabajadores financian las pensiones públicas de los jubilados”, lo que en su opinión es “completamente contributivo, transparente y, además, más justo”.
Como explican, “cada trabajador dispone de una ‘cuenta virtual’ en la que se van acumulando sus cotizaciones y las de su empresa y a la que se añaden los rendimientos virtuales generados a un tipo de ‘interés técnico’ que fija la Seguridad Social. Una vez alcanzado el momento de la jubilación, el capital acumulado en esa cuenta se transforma en una renta vitalicia, que sería la pensión que el trabajador recibe y su cálculo puede hacerse de forma que su importe se actualice año a año con la inflación”.
También apuntan que “las cuentas nocionales no privatizan las pensiones públicas”, y aunque recurrir a ellas “no garantiza automáticamente la sostenibilidad del sistema de pensiones, sí ayuda a conseguirla”.
Añaden que “para asegurar la sostenibilidad del sistema es necesario ligar sus dos tipos técnicos de interés a la masa salarial agregada e introducir mecanismos correctores”.
En su diseño demandan “el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP)”.
Como colofón, los expertos dicen que “estos cambios tan importantes y, en nuestra opinión, necesarios, requieren de dos vías fundamentales de avance: análisis técnico y voluntad política”.
Y esto sería en respuesta, como explican los expertos, a la presión que el déficit estructural de la Seguridad Social ejerce sobre su propio sistema de pensiones.
De este análisis ha surgido un documento que recoge los principales argumentos que defienden la implantación de este modelo en nuestro país.
El texto ha sido elaborado por Guillermo de la Dehesa, chairman del Foro de Expertos; Ignacio Conde-Ruiz, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de Fedea; Rafael Doménech, economista jefe de España y Europa del Servicio de Estudios de BBVA; Ángel de la Fuente, director de Fedea e investigador del Instituto de Análisis Económico del CSIC; Luisa Fuster, investigadora en el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales; José Antonio Herce, director asociado de AFI; y César Molinas, socio fundador de la consultora Multa Paucis y socio y consejero de CRB.
Entre las razones por inclinarse por este modelo, los expertos apuntan que “en la UE, varios países han instaurado en los años 90 del pasado siglo un sistema de cuentas individuales (Italia, Letonia, Polonia y Suecia, o una variante de estas, y también Noruega las ha adoptado en 2011) ante el temor y/o la evidencia de que el sistema existente antes de su introducción acabase teniendo unos gastos en pensiones difíciles de asumir y, por tanto, insostenibles”.
Asimismo, explican que “las Cuentas Individuales Nocionales, de contribución definida, acompañadas de un esquema de pensiones mínimas, ‘blindadas’ frente a la inflación, constituyen, en nuestra opinión, la próxima frontera de las reformas estructurales de la Seguridad Social en España”.
En este sistema, “las contribuciones de los trabajadores financian las pensiones públicas de los jubilados”, lo que en su opinión es “completamente contributivo, transparente y, además, más justo”.
Como explican, “cada trabajador dispone de una ‘cuenta virtual’ en la que se van acumulando sus cotizaciones y las de su empresa y a la que se añaden los rendimientos virtuales generados a un tipo de ‘interés técnico’ que fija la Seguridad Social. Una vez alcanzado el momento de la jubilación, el capital acumulado en esa cuenta se transforma en una renta vitalicia, que sería la pensión que el trabajador recibe y su cálculo puede hacerse de forma que su importe se actualice año a año con la inflación”.
También apuntan que “las cuentas nocionales no privatizan las pensiones públicas”, y aunque recurrir a ellas “no garantiza automáticamente la sostenibilidad del sistema de pensiones, sí ayuda a conseguirla”.
Añaden que “para asegurar la sostenibilidad del sistema es necesario ligar sus dos tipos técnicos de interés a la masa salarial agregada e introducir mecanismos correctores”.
En su diseño demandan “el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP)”.
Como colofón, los expertos dicen que “estos cambios tan importantes y, en nuestra opinión, necesarios, requieren de dos vías fundamentales de avance: análisis técnico y voluntad política”.
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