Pregunta.- Desde el CEDDD insisten en las desigualdades que genera el actual sistema de financiación de la dependencia. ¿Cuál cree que debería ser ese primer paso para reformularlo y, por tanto, poder empezar a reducir dichas desigualdades?
Respuesta.- Lo primero y más urgente, que se cumpla con la Ley de Dependencia, que establece que el Gobierno central destinará el 50% de la financiación y las Autonomías el otro 50%, pero actualmente el porcentaje es aproximadamente 40% y 60%, y como bien todo el mundo sabe, no todas las comunidades tienen la misma capacidad financiera.
En segundo lugar, es urgente elevar la partida de dependencia al 2% del PIB, como hacen otros muchos países europeos. De hecho, la media está entre el 2 y el 2,5% del PIB, mientras que aquí no llegamos al 1%. Aun cuando la previsión es que casi la mitad de la población supere los 65 años en 2050 y estamos ante el mayor reto demográfico de nuestra historia.
Y en tercer lugar, la creación de un Consejo Interterritorial para coordinar el sistema estatal de ayudas a personas dependientes que garantice un mínimo de atención y de cumplimiento de la ley en igualdad de condiciones para todas las comunidades autónomas.
P.- Insisten, como comenta, en que elevar al 2% del PIB la inversión estatal destinada a la dependencia es la única vía para garantizar la prestación de un servicio de calidad. Hace tiempo que desde la CEDDD alzan la voz sobre esta demanda. ¿Se sienten poco respaldados al respecto por parte del Estado?
R.- Absolutamente. El ejemplo más reciente lo tenemos en todo lo acontecido durante la pandemia y la falta de recursos con la que tuvieron que lidiar las residencias, que a mi entender han sido injustamente demonizadas. Y no me estoy refiriendo a un tema de salud, sino de dependencia. Y es que más financiación significa mejores salarios, más personal, más capacidad para renovar infraestructuras y para implementar tecnologías. En definitiva, para tener un sistema mejor. Porque con una partida exigua o insuficiente, como la que tenemos ahora, muchas cosas se quedan en el tintero. Si no se invierte, no se podrá mejorar. Y ahora que más temprano que tarde parece que se van a aprobar unos Presupuestos Generales del Estado, es hora de apostar por el sistema de cuidados a las personas antes de que sea tarde.
P.- ¿Qué otras medidas consideran que deberían adoptarse de manera urgente de cara a alcanzar ese Pacto de Estado por la Dependencia?
R.- Es crucial la creación de un organismo interterritorial que vele por la equidad en la dotación de recursos en todas las comunidades autónomas y garantice un mínimo de atención a las personas en situación de dependencia y a sus familias. No podemos seguir encontrándonos con datos como los que acaba de revelar el XXIV Observatorio de la Dependencia, con una persona fallecida cada 13 minutos esperando la prestación, listas de espera que en función de la comunidad pueden alcanzar los 500 días y un sistema de financiación que perpetúa las desigualdades por territorio.
Dicho esto, también urge simplificar el sistema de solicitud de las ayudas para hacerlo más accesible a todo el mundo. Actualmente, las ayudas a la dependencia se tramitan a través de un laberinto burocrático que solo ayuda a incrementar las listas de espera.