Nació el 5 de marzo de 1907 en Niigata, Japón, primero de ocho hijos. Tras graduarse en la escuela, se mudó a trabajar a las plantaciones de caña de azúcar, donde pasó 18 años. Allí, se casó y tuvo cuatro hijos, y además formó parte del ejército durante la Guerra del Pacífico de 1944.

Después, regresó a Niigata, siendo este uno de los momentos más difíciles para su familia. Para su mujer y su primer hijo, sobrevivir fue tarea complicada. “Tener que vivir en esa circunstancia con cuatro niños pequeños no debió ser fácil”, admite Chitetsu. 

A su vuelta en Japón, Chitetsu trabajó en una oficina agrícola hasta jubilarse. Este hecho no impidió que se mantuviera activo. En 1974, su primer hijo y él construyeron una nueva casa con una granja de una hectárea, donde cultivó frutas y verduras de todo tipo hasta los 104 años.

Otra de sus aficiones fueron los bonsáis, algo que tuvo que dejar al ingresar en una residencia. En el momento del ingreso, tenía más de 100 bonsáis –de hecho, los presentaba en exposiciones locales–.

En una entrevista para un periódico local en 2019, reveló que el secreto de la longevidad es “no enfadarse y sonreír”. Su mujer afirma que tras más de 50 años viviendo juntos, no le ha visto nunca levantar la voz o enfadarse.

Ahora, en la residencia, ya no es tan activo como antes. El verano de 2019 lo pasó realizando ejercicios (parte de su rehabilitación), origami, caligrafía y problemas matemáticos.