Con las voces de mujeres cantando alegremente se inicia este vídeo que comienza escenificando algunas actitudes machistas de esta sociedad por parte de los personas de más edad, que ya no secundan los jóvenes.
Este film de unos 15 minutos está protagonizado por un grupo de personas mayores de Kpalimé, Togo, país que se encuentra en la costa oeste de África, y que limita con Ghana, Benin y Burkina Faso. El escenario elegido es una ubicación periurbana en la región de Plateaux de Togo, a 120 kilómetros al norte de Lomé y a 15 kilómetros de la frontera con Ghana.
La denuncia es el punto de partida de este proyecto. Se observan las dificultades sanitarias para este grupo de edad; los problemas para disponer de una buena alimentación; la falta de cobertura económica por parte del gobierno en la edad senior, lo que les obliga a depender de sus familiares; y cómo los cuidados a los mayores son asumidos por las mujeres. Y por cierto, no pasan por alto, la necesidad de que sus derechos sean reconocidos.
Una vez contextualizado, ellos hacen sus recomendaciones. Con el fin de trabajar hacia un envejecimiento saludable, proponen realizar más investigaciones con personas mayores que permitan cambios positivos en su comunidad. En este sentido, reclaman un censo de este colectivo para poder identificar sus necesidades y darles respuesta. Piden disponer de alimentos asequibles y nutritivos, y de servicios y actividades centrados en ellos. El cambio de roles es algo que ya empieza a aparecer sutilmente, tratando desde las escuelas que las mujeres no asuman ciertas rutinas como habituales y transfieran parte de las labores adoptadas como femeninas. Reconocen que la labor de las ONG a pie de campo ha contribuido a cambiar ciertas aptitudes.
Los participantes también sugirieron permitir que las personas mayores obtengan sus propios ingresos, para mantenerse saludables y tener cierta independencia.
Por último, animan a favorecer la convivencia intergeneracional y en el epílogo, los protagonistas recogen un mensaje positivo de cómo encarar la vejez, desdramatizando el hecho de cumplir años.