La mayor parte de las citas de las personas participantes, más del 67%, recogen una adaptación a la jubilación de forma exitosa desde el inicio. En el resto de los casos, en la etapa inicial del periodo vital que comienza al término de la vida laboral, perciben una disminución de su bienestar que se irá incrementando gradualmente. Esa situación se revierte, en todo caso, “a medida que las personas encuentran nuevas fuentes de propósito”. Es solo uno de los datos que aporta el estudio Longevidad, cambios biográficos y bienestar: la transición a la jubilación, realizado por la Cátedra Abanca – Afundación / Icade sobre Longevidad, Economía y Sociedad. El informe aborda las implicaciones de la jubilación en el ámbito emocional, relacional, de construcción de identidad y propósito vital en esta etapa de la vida adulta. De acuerdo a este estudio cualitativo, en el que se ha escuchado a las personas que han realizado o están cerca de iniciar esta transición vital, prepararse para la jubilación permite adaptarse más fácilmente a esta parte de la vida.

El informe fue presentado en la Sede de Afundación en Santiago de Compostela. Para desarrollar la investigación a partir de la que se extrajeron las conclusiones, la Cátedra – Afundación / Icade organizó 14 grupos focales con 96 personas usuarias de los Espazos +60 que la Obra Social de Abanca tiene en toda Galicia, con edades comprendidas entre los 56 y los 91 años.

Participaron en la presentación, Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación; Salomé Adroher, directora de la Cátedra Longevidad, Economía y Sociedad de Abanca-Afundación e Icade; Rosalía Mota y Macarena Sánchez-Izquierdo, investigadoras principales del estudio; Dolores Pedrouso y María Rafaela Dopazo, socias de los Espazos +60 participantes en el estudio y Xosé Luís Liñares, responsable de estudios y evaluación del área de Mayores de Afundación.

LA IMPORTANCIA DE LA PLANIFICACIÓN

De acuerdo al estudio, la actitud previa ante la jubilación es uno de los factores que más inciden en la mayor o menor facilidad con la que las personas se adaptan a la etapa que comienza cuando concluyen su vida profesional. El 100% de las citas de quienes la veían como una fase de liberación, y el 50% de las que la percibían como una oportunidad para el crecimiento personal y desarrollo de nuevos proyectos, muestran que se adaptaron de forma exitosa, de acuerdo a lo que el informe denomina “patrón de recuperación”. Un 22% de las citas de las personas participantes en el estudio recogen que a priori la jubilación les generaba rechazo, debido principalmente al duelo por el rol laboral perdido. El proceso de adaptación es, en este caso, más duro.

La capacidad de decisión sobre el momento de la jubilación y la preparación anticipada son también cruciales para una adaptación positiva. Una jubilación sobrevenida y forzada por circunstancias ajenas, como coyunturas laborales, problemas de salud o demandas de cuidado, se vive con rechazo. Por otra parte, aquellos que planifican actividades, ya sea en continuidad con ocupaciones previas o explorando nuevas, enfrentan esta transición con mayor satisfacción y propósito, evidenciando la importancia de la preparación para mitigar los desafíos asociados con esta etapa.

Tal y como explicó durante la presentación del informe, el presidente de Afundación “en la etapa de la jubilación forzada y en los momentos previos a la misma, experimentamos, sin duda, unos de los mayores desafíos de nuestro ciclo vital”. Escotet subrayó la importancia de cultivar el propósito de vida, independientemente de la etapa que se transite: “Intentemos vivir una existencia en la que las pasiones más profundas se conviertan en nuestras responsabilidades y deberes”.

Por su parte, Salomé Adroher, directora de la Cátedra, incidió en la relevancia del trabajo conjunto de los agentes sociales y anunció que a partir de los hallazgos de este informe “comenzará la investigación de carácter cuantitativo, con una encuesta a personas de toda España. Nuestro objetivo final es no solo conocer esta realidad sino mejorarla a futuro y por ello, a la luz de las conclusiones, pondremos en marcha un programa piloto de preparación para la jubilación”.

En el proceso de adaptación a la jubilación también pesan otros factores como la identificación de cada persona con su rol laboral: a mayor identificación, la transición suele ser más compleja. En contraste, quienes no construyeron una fuerte identificación con su rol laboral tienden a experimentar la jubilación como una liberación o una oportunidad. También hay diferencias significativas según el género, tanto en la asunción del cambio de vida como en el tipo de actividades que desarrollan las personas una vez dejan de trabajar. De acuerdo al informe, el 65% de las citas de hombres relacionadas con actitudes previas describen la jubilación como una recompensa merecida tras años de esfuerzo laboral. Mientras, el 40% de las expresiones de mujeres con carreras laborales y trayectorias profesionales significativas indican que percibieron la jubilación con rechazo inicial, debido a la fuerte identidad que muchas desarrollaron con el trabajo. Sin embargo, aunque inicialmente enfrentan mayores desafíos, las entrevistas muestran que las mujeres logran superar esta etapa y alcanzar el bienestar emocional con el tiempo, evidenciando su capacidad de resiliencia.

La familia desempeña un papel crucial en el bienestar según declaran las personas participantes. En este ámbito, aunque en muchos casos encuentran satisfacción en el cuidado de las nietas y nietos, subrayan la importancia de establecer límites. Asimismo, contar con una red social sólida de amigos y vecinos es fundamental para prevenir el aislamiento. Por otro lado, la capacidad de adaptarse, involucrarse en actividades recreativas, sociales o comunitarias que sean significativas para la persona, y redefinir el propósito vital resultan esenciales.

En cuanto a las preocupaciones en esta etapa, el miedo a perder la autonomía física y mental es una de las más recurrentes. Junto a ella, las personas participantes en el estudio mencionan la seguridad económica, la pérdida de seres queridos y la soledad, el futuro de las nuevas generaciones y el legado, además del cambio de valores. Por otro lado, se manifiesta una tendencia generacional que representa una nueva identidad en el proceso de envejecimiento, marcada por un deseo profundo de mantener el control sobre sus vidas en esta etapa.

PROGRAMA PILOTO

El proyecto que dio origen a la investigación ‘Longevidad, cambios biográficos y bienestar: la transición a la jubilación’ surge de la experiencia y reflexión concreta de Afundación. El estudio trata de desentrañar los cambios vitales significativos en las etapas más avanzadas de la vida adulta, enfocándose en analizar las implicaciones de la jubilación en diferentes ámbitos de la vida, y en explorar oportunidades y riesgos percibidos. También analiza cuáles son los factores sociales, familiares y personales que contribuyen a una buena adaptación a la jubilación.

En esta primera etapa del proyecto, se ha abordado la investigación cualitativa. Los resultados son los que forman parte del informe Longevidad, cambios biográficos y bienestar: la transición a la jubilación. El trabajo continuará en 2025 con una investigación de carácter cuantitativo, y culminará con el desarrollo de un programa piloto de preparación a la jubilación. Abordar los retos de la nueva longevidad y desarrollar propuestas que promuevan el envejecimiento activo y saludable es uno de los cuatro ejes principales de actividad de Afundación.

Los Espazos +60 tienen más de 13.000 personas usuarias y constituyen un laboratorio de excepción para investigar las vivencias de las personas mayores en esta etapa, desarrollar con ellas nuevas propuestas y testearlas en los mismos.