martes, 18 febrero 2025
InicioGaliciaLa SEPG advierte que la crisis genera estrés, depresión y otras enfermedades en los mayores

La SEPG advierte que la crisis genera estrés, depresión y otras enfermedades en los mayores

La Asociación, presidida por el gallego Raimundo Mateos, insiste en que en época de crisis, las personas mayores son el colectivo más desfavorecido y vulnerable en todos los ámbitos
El estrés y la ansiedad se han convertido en las principales enfermedades atendidas en los servicios de psicología y psiquiatría desde que comenzó la crisis. Un fenómeno avalado por las principales instituciones médicas y de seguros públicas y privadas “si bien a nivel social se suele olvidar que el colectivo más afectado, vulnerable y desfavorecido por las consecuencias de la crisis, es el de las personas mayores” recuerda Raimundo Mateos, presidente de la Sociedad Española de Psicogeriatría (SEPG) que como otros facultativos de dicha especialidad (que trata las enfermedades mentales de las personas mayores) aseguran que este grupo de población es el más afectado por el estrés, lo que atribuyen, básicamente, a que los mayores se sienten responsables por la mala situación de sus familias y por tener que ayudarlas y solucionarles sus dificultades económicas.
En concreto la depresión es el problema mental de mayor consulta en los usuarios de atención psiquiátrica de la mayoría de las aseguradoras médicas españolas, hasta en un 14%. En los mayores de 60 años llega al 36%, agravado porque a partir de estas edades, el estrés es la principal causa de depresión y puede generar otras muchas enfermedades. No en vano y según el último estudio de la SEPG de 2011 la prevalencia de trastornos mentales en general en la tercera edad llega al 35%. La depresión en concreto afecta a un 25% de los mayores de 65 años.
En consecuencia y ante situaciones de crisis “la persona mayor puede adoptar una enfermedad psiquiátrica, normalmente ansiedad y depresión, y otras físicas” matiza Mateos, “ya que el cuerpo y el organismo están más débiles y envejecidos por el paso del tiempo y por dicha situación de estrés, con lo que es más fácil que se descompensen de otras patologías que se están produciendo como diabetes, hipertensión, problemas circulatorios, etc”.
Y es que, aunque el estrés sea el mismo para jóvenes y mayores, “la respuesta ante él y la capacidad de controlarlo y gestionarlo, que es lo que determinará que aparezca o no la enfermedad, es diferente” señala.
De hecho las circunstancias que provocan el estrés, salvo situaciones extremas, no son importantes en sí mismas, pero sí cómo las sienta y controle el paciente. En ese sentido, indica este experto, “las circunstancias físicas, mentales, emocionales y en mayor grado sociales, disminuyen en los mayores su percepción de control sobre el estrés”. En esta situación influyen también los prejuicios sociales que “tienden a marginar a la persona anciana, a identificar viejo con inútil o alguien que no sirve ya para nada. A invalidar su capacidad de enseñar, tener sexualidad o participar activamente en la sociedad. Económicamente se encuentran debilitadas por unas bajas pensiones y los recortes económicos y sociales. Paralelamente deben enfrentarse a más número de pérdidas, mayor volumen de tiempo libre que no sabe gestionar por haberle hecho creer que no se merece o no precisa, menor vitalidad y más necesidad de cuidados socio sanitarios que, a su vez, han disminuido con la crisis”.
Si a ello se suma que los acontecimientos que lo generan “son muy intensos o desagradables y que el organismo está más debilitado física y mentalmente como corresponde al paso del tiempo, aparece una reacción patológica”.
Los casos de enfermedad mental en las personas mayores también aumentan debido al progresivo envejecimiento de la población que, al unirse a la crisis, ha hecho que las urgencias psicogeriátricas de los hospitales del país hayan pasado del 5 al 12% desde el comienzo de la crisis.
Esta circunstancia exige que la atención psicogeriátrica sea específica, muy bien planificada y centrada en la prevención ya que, en la actualidad únicamente se detectan el 50 por ciento de las patologías psiquiátricas en la vejez desde la Atención Primaria. Un infradiagnóstico que encarece a corto y largo plazo la atención socio sanitaria necesaria en estos casos y que, unido a los recortes, pueden derivar en una mayor problemática.
En ese sentido, es más efectivo, útil y económico, tanto para el usuario como para el Estado, abordar esta problemática desde la prevención y el aumento del gasto sanitario público para su abordaje, que actualmente se sitúa en España en el 5 por ciento de los presupuestos dedicados a este ámbito, muy por debajo de lo necesario y de lo que es habitual en otros países de Europa.
No en vano los expertos reivindican el reconocimiento como subespecialidad de la psiquiatría geriátrica para poder desarrollar políticas de prevención, en un futuro, más importante que la propia curación frente a la psiquiatría reactiva que se hará insostenible, sobre todo teniendo en cuenta el envejecimiento poblacional.

Lo más visto

Redacción EM
Redacción EM
Información elaborada por el equipo de redacción.

Más información