La nueva cartera de servicios ampliará el modelo de atención de la dependencia y ofertará, por primera vez, recursos específicos para cada tipo de discapacidad

La conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, presentó esta herramienta ante las principales entidades prestadoras de servicios sociales, que también colaboraron en la elaboración de este instrumento. De hecho, la cartera partió de un estudio en profundidad de la situación actual de la oferta y demanda de servicios, que se realizó a través de más de 600 encuestas a profesionales de este campo, a las que se sumaron entrevistas con departamentos de las áreas sociales y con personas especializadas de los distintos sectores implicados.
Este nuevo modelo de atención novedoso “cambiará el paradigma de la prestación de los servicios para las personas con dependencia”. Con esta modificación, se pasará del actual modelo, que acredita los propios centros, la un en el que se acreditan los distintos servicios que puede prestar un determinado centro.
Así, por ejemplo, en una residencia o centro de día, se podrá acreditar no sólo su servicio de residencia asistencial; sino que será posible acreditar por separado otros recursos como podrán ser el de lavandería o de fisioterapia.
Esto supondrá, según explicó Mato, que se “optimizarán los recursos disponibles, habrá una mayor oferta, se personalizarán y se adaptarán a las necesidades y perfil de cada colectivo y habrá una mayor diversificación”.
Acreditación de servicios
Por lo tanto, con esta nueva cartera, se acreditarán los servicios siempre que cumplan los requisitos marcados para ello. Hasta ahora, lo que se autorizaba era un centro como tal (residencia, centro de día, centro de Alzheimer o centro de atención a la discapacidad, por ejemplo), por lo que los requisitos de autorización eran menos específicos.
Como ejemplo, cabría destacar que con el modelo actual una residencia, a partir de un determinado número de usuarios, tiene que tener ciertos servicios. Así, cuando una instalación supera una cifra de usuarios, tiene que tener determinados servicios (animación sociocultural,...).
Pero ahora, como se acredita cada servicio por separado, los requisitos pasan a ser más definidos y específicos. De este modo, a partir de ahora, se establecerá por cada recurso en concreto cuanto personal tiene que tener ese servicio, con que titulación o con que frecuencia tiene que prestarse (hasta ahora, los requisitos eran generales para un centro, no por cada servicio). Además de garantizar un mínimo de calidad muy elevado, estos requisitos suponen la posibilidad de homogeneizar los servicios en todo el territorio, sean públicos o personales.
Esto servirá, también, que podrán beneficiarse de determinados servicios no sólo los usuarios de los centros, sino los potenciales demandantes de este recurso en concreto que habiten en el contorno. Esto es, una residencia de asistencia seguirá prestando este servicio pero, si además, acredita un servicio de fisioterapia no sólo atenderá a sus propios usuarios, sino que también podrá atender a otro usuarios externos, siempre que sean dependientes y tengan una propuesta de su Programa Individual de Atención (PIA) en el que se establezca que precisan este recurso determinado.
Servicios específicos
La cartera de servicios garantiza la “máxima especificidad de la atención a cada colectivo de personas con dependencia”, adelantó Mato. La oferta se articula de la siguiente manera: servicios comunes y servicios específicos.
Los comunes son aquellos que se prestan la cualquier persona con dependencia reconocida, pero sin un diagnóstico específico. En este abanico estarían, entre otros, los siguientes servicios: ayuda en el hogar, teleasistencia y xeolocalización, atención diurna (modalidad básica y terapéutica); atención residencial (modalidad básica y terapéutica), y todos los servicios de prevención de la dependencia y promoción de la autonomía personal.
Por su parte, los servicios específicos son aquellos diseñados para la atención a las personas con dependencia debido la alguna causa específica: alzhéimer, discapacidad física, parálisis cerebral, daño cerebral, discapacidad intelectual, trastorno del espectro autista y enfermedad mental.
Así, en la cartera de servicios específicos de, por ejemplo, alzhéimer puede haber también un servicio de atención residencial (al igual que existe uno en la cartera común), pero este servicio de residencia estará adaptado –en intensidad, personal y en medios- a este diagnóstico. De este modo, los servicios de cada cartera tendrán un diseño específico adaptado la cada tipo de discapacidad.
Gracias a esto, el colectivo de personas con discapacidad tendrá por primera vez reconocida una serie de servicios específicos. Galicia se convierte así en la primera comunidad autónoma en desarrollar una cartera específica de servicios en función de la tipología concreta de cada discapacidad física, psíquica o sensorial.
Barrera de la edad
Otro aspecto relevante de la cartera es que con este nuevo modelo se superan “ciertos obstáculos administrativos”. Destaca, especialmente, que se rompe la barrera de la edad. Hasta ahora, esta barrera impedía a las personas menores de 65 años –o 60 en algunos casos- y sin ningún tipo de discapacidad acceder a servicios que precisaran. Por ejemplo, un menor de 60 años con una enfermedad degenerativa como el alzhéimer podía quedar fuera del sistema.
Por el contrario, ahora los usuarios podrán acceder a un “menú de servicios flexible, una especie de traje a medida donde se podrán combinar los diferentes recursos existentes para la atención a la dependencia de los usuarios”.
En definitiva, la cartera de servicios supondrá un “salto cualitativo muy importante”, que garantizará, especialmente, la personalización y calidad de la atención, resumió Mato.
Marco legal
Actualmente, la Consellería ya está trabajando en el decreto que desarrollará esta cartera de servicios, y que estará listo en el primer trimestre de 2012, adelantó la titular del departamento autonómico. También está ya en elaboración la orden en la que se plasmarán los requisitos de acreditación, y que estará lista también para esa misma fecha.
Mato consideró también que la cartera de servicios se complementará “a la perfección” con el mapa de infraestructuras sociales de Galicia, que está en desarrollo. Este mapa permitirá geolocalizar las necesidades sociales, así como los ratios de cobertura, nos distintos puntos de Galicia. Esto permitirá conocer la situación actual y también hacer proyecciones futuras.
Por lo tanto, estos dos instrumentos “abrirán las puertas a un modelo absolutamente eficaz y flexible de respuesta a las necesidades sociales, según criterios geográficos, socioeconómicos y demográficos tanto actuales como futuros”, concluyó la conselleira.